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Ciegos: privados de visión pero no de oído

Ray Charles

La ceguera es un hándicap casi insalvable para desempeñar numerosas actividades en el día a día. Pero uno de los aspectos en los que su grado de incapacitación se minimiza es la música. De todos es sabido que, al fallar uno de los sentidos, los demás hacen piña y se refuerzan, entre ellos el oído. Este hecho seguro que ha facilitado el nacimiento de numerosas figuras de la música popular invidentes, quienes no han necesitado ver sus instrumentos para engendrar sus canciones.
Ray Charles es uno de los músicos más importantes en el desarrollo de la música soul, aunque se ha sumergido a lo largo de su carrera en el blues, el r&b, el jazz o el country. Ray Charles Robinson nació en septiembre de 1930 y a los cinco años comenzó a perder la vista. Una de las últimas cosas que vio el pequeño Charles fue el ahogamiento de George, su hermano pequeño. No fue este trauma el causante de su ceguera, sino un problema médico, probablemente un glaucoma. El dolor que padecía en su ojo derecho fue
tal que tuvieron que extraérselo a los siete años. Comenzó a estudiar composición y aprendió a tocar el piano para no convertirse en un bluesman ciego más que toca laguitarra. Todo lo demás es pura historia del soul y del rythm and blues.

Blind Lemon Jefferson

Seguro que muchos de los artistas de los que voy a hablar a continuación dejaron huella en la trayectoria de Charles. Por ejemplo, un año antes de que él naciera, moría en Chicago Blind Lemon Jefferson, uno de los principales guitarristas de country y blues durante la década de los 20. Aunque su fecha de nacimiento no es un dato exacto (entre 1893 y 1897), se sabe que nació ciego y que falleció en 1929 de un ataque al corazón. En su lápida se grabó una frase que hace referencia a su canción más conocida: “Lord, it’s one kind favour I’ll ask of you, see that my grave is kept clean » (“Señor, te pediré un favor, vigila que mi tumba se mantenga limpia”) . Sonny Terry no nació ciego como Jefferson, pero perdió la vista en dos accidentes separados. Primero un ojo a los cinco años, y posteriormente el otro, cuando aún no había cumplido los dieciocho. Esta discapacidad le cerraba las puertas del único trabajo que podía desempeñar un negro: recolector o empleado en una granja, por lo que se dedicó a tocar la armónica para ganarse la vida. Comenzó acompañando a otro ciego del que hablaremos luego, Blind Boy Fuller, para consolidar y desarrollar una prolífica carrera junto a Brownie McGhee -con la pierna derecha paralizada por la polio-, desde los años 40 hasta los 60. Murió el 11 de marzo de 1986 por causas naturales.

Seguimos indagando en el blues y en artistas con el apelativo Blind, que no son pocos. Sobre Blind Blake planean muchas incógnitas. Sólo hay una foto de él, y su desaparición en su mejor momento, alrededor del año 1933, nunca fue esclarecida (según el historiador del blues Gayle Dean Wardlow, el único rumor del que se tiene referencia es que fue atropellado por un coche). Todo apunta a que, como en el caso de Fuller, nació
ciego. Su talento y su prodigiosa técnica con la guitarra fue enorme, influenciador de gente
como Mike Bloomfield o Ry Cooder.

Blind Boy Fuller (nacido Fulton Allen) tuvo una corta carrera musical, ya que falleció a los 33 años. A partir de los 20 años, comenzó a tener problemas de visión, que desembocaron en ceguera total. Desarrolló su obra musical en la década de los treinta, ayudado en sus inicios por el Reverendo Gary Davies (del que hablaré más adelante). BlindWillie Johnson nació en 1897 y quedó ciego al caerle en los ojos lejía que su madrastra
había arrojado a su padre durante una disputa familiar, a la edad de 7 años. Empezó a tocar el slide guitar con una navaja de bolsillo, y ha sido revisado por gente como Bob Dylan, EricClapton o Ry Cooder. Otro pianista ciego de renombre fue Blind John Davies, quienacompañó a Tampa Red, Sonny Boy Williamson y Big Bill Bronzy, entre otros. Blind JamesCampbell fue otro bluesman, guitarrista, que quedó ciego a la edad de 30 años tras sufrir unaccidente en la planta fertilizadora en la que trabajaba. Acerca de la naturaleza de la ceguera de Blind Willie McTell hay lagunas. Lo cierto es que cuando comenzó su carreramusical, en la década de los 20, ya llevaba varios años ciego. Uno de sus temas más conocidos es «Statesboro Blues», que fue inmortalizada por los Allman Brothers y que sonó en el entierro de Duane Allman. Con esto acabo el repaso a músicos apodados Blind, aunque no dejamos a los bluesmen. Reverend Gary Davis, maestro de Ry Cooder, nació aún en el siglo XIX, el 30 de abril de 1896. Como en otros casos que estamos viendo, un erróneo tratamiento médico agudizó la ulceración que padecían sus ojos cuando contaba únicamente con tres semanas de vida.

Davis absorbió influencias del gospel, el ragtime y eljazz, y dio forma a su particular estilo a la guitarra, usando la técnica de fingerpicking y alumbrando lo que se denominaría el estilo Piedmont. Posteriormente, de toda su maestría se beneficiarían gente como Blind Boy Fuller, Bob Dylan, Grateful Dead o Rolling Stones.
Una semana después de cuplir los 76 años, el 5 de mayo de 1972, un infarto se llevó al otro mundo al Reverendo. Para completar el repaso a estas figuras seminales del blues, hemos de hacer mención, casi sobre la campana, al denominado “padre del blues”, a W.C. Handy.
Este quedó ciego a los 70 años, en el año 1943, al sufrir una caída en el metro y partirse el cráneo, aunque para entonces ya había dejado su testamento sonoro a la humanidad. Moriría de neumonía 15 años más tarde a los 84 años.

Si nos pasamos al lado blanco de la época, al lado country, no podemos dejar de citar al autor de esa murder-ballad de libro llamada “Psycho”. Leon Payne nació en junio de 1917 y perdió la vista siendo un crío, al recibir un tratamiento erróneo para un inflamación del ojo. A los doce años consiguió su primera guitarra y en 1950 llegó a lo más alto en las listas de country con “I Love You Because”. En 1965 sufrió un ataque al corazón que hizo que bajara el pistón creativo y se retirara a San Antonio. Aún así, en 1968, un año antes de morir de otro ataque definitivo (el 11 de septiembre de 1969), escribió “Psycho” para que la grabara su amigo, el tejano Eddie Noack, y nos alegrase la vida.

Otro bluesman, o mejor dicho folkman, que perdió la visión al poco tiempo de nacer fue Doc Watson, a causa de una infección ocular antes de cumplir el año de vida. Nacido en 1923, se empapó de gospel en su infancia, para luego aprender a tocar la guitarra y conjugar en su estilo, bien con púa o con los dedos, el country y el folk. ¿Qué le quedaba? El blues. Y para eso estaba Mississippi John Hurt, a quien conoció en el Festival de Newport. Con esos cuatro ingredientes, poco más le hace falta a un ser humano. Su apodo Doc surgió en una entrevista de radio, cuando el locutor le dijo que no podía ir por la vida artística llamándose Arthel Lane Watson -aplaudimos a ese locutor-, así que, usando su apellido, tomó el apodo del ayudante del detective más famoso de la historia y se convirtió en Doc Watson. Todo lo demás, hasta su muerte el 29 de mayo de 2012, con 89 años, es FOLK.

Otro de los grandes de la historia del pop marcado por la ceguera es Stevie Wonder, el músico negro que se inició en el mundo del soul de la mano del antes mencionado Ray Charles (su segundo disco, sin ir más lejos, se tituló “Tribute to uncle Ray”) y de la Motown. Su ceguera se originó justo al nacer, un 13 de mayo de 1950, ya que fue un niño prematuro, lo que unido a un exceso de oxígeno en la incubadora le provocó la pérdida de visión para toda la vida al desprendérsele las retinas (enfermedad conocida como retinopatía del prematuro). Su irrupción en el mundo de la música fue precoz, puesto que a los siete añosaprendió piano y posteriormente la armónica, la batería y el bajo. Con once años lo descubrió Ronnie White, de The Miracles, y lo presentó a Berry Gordy. Nacía Little Stevie Wonder.

Del mundo del soul proviene también Clarence Carter, guitarrista y vocalista negro autor de canciones como “Slip Away” o “Patches”. Nació ciego en Alabama en 1934 y comenzó a tocar la guitarra a los once años, escuchando discos de John Lee Hooker. La década de los 60 acogió su mayor popularidad, con la explosión de la música soul, primero en el sello Duke junto a Calvin Scott y luego en solitario dentro de Fame Records, hasta nuestros días, en los que sigue actuando y grabando discos, a sus 83 años. George Shearing murió en Nueva York el día de los enamorados del año 2011, a los 91 años, de un ataque al corazón. Dejaba tras de sí una carrera musical al piano de más de setenta años. Shearing nació ciego en 1919 y a finales de los años 30 comenzó a desarrollar su carrera profesional en Inglaterra hasta que aquello se le quedó pequeño y decidió hacer las américas en 1947. Allí comenzó a componer y tocar con sus famosos quintetos de jazz, con los cuales consiguió su personal sonido. Si quieren comprar todos sus discos deberán tener, aparte de dinero, sitio para guardarlos…

El saxofonista de jazz Roland Kirk vino al mundo el 7 de agosto de 1935 como Ronald Theodore Kirk, pero a raíz de un sueño, cambió de orden la “n” y la “l” de su nombre para la posteridad (en 1970 ampliaría su nombre añadiendo “Rahsaan” al principio, empujado por otro sueño. Unos soñamos que se nos caen los dientes y otros que tienen que ir alterando su nombre) . Kirk quedó ciego a la edad de dos años a consecuencia de una administración de medicamentos errónea, y a los 15 años ya tocaba profesionalmente
el saxo tenor en bandas de r&b. A destacar su lucha a favor de los derechos civiles, de la igualdad de razas y de la integración de personas con discapacidad. En 1977 falleció tras haber quedado paralizado de medio cuerpo en 1975, algo que no le impidió seguir tocandohasta el fin de sus días.

Tete Montoliu

No podemos abandonar el espectro jazzístico de músicos ciegos sin nombrar a Tete Montoliu. Este nació en la ciudad condal el 28 de marzo de 1933 con una desventaja evidente (vino al mundo ciego), pero con una ventaja fundamental en su devenir: su padre era músico titular de la Orquesta del Liceo y la Banda Municipal de Barcelona, y su madre adoraba el jazz. Con esos ascendientes, el joven Vincenç era capaz de tocar melodías al piano con cuatro años y a los 16 ingresa en el Conservatorio Municipal de Barcelona, en contra de la opinión de su director, que no quería enseñar a un ciego. Aunque empezó inmerso en la música tropical, pronto encontraría su sitio en el jazz – aleccionado entre otros por la figura de Art Tatum, de quien hablaremos ahora -, hasta el fin de sus días el 24 de agosto de 1997. Un cáncer de pulmón se llevó al genio, a la edad de 64 años.

No considerándolo estrictamente ciego, Art Tatum, el pianista nacido en la Toledo a la que le cantara Bacharach, sufrió problemas oculares y cataratas desde pequeño, que acabaron por impedirle la visión en el ojo izquierdo y limitársela considerablemente en el derecho cuando el pequeño Art contaba con tres años de edad. Cuenta la leyenda que durante ese período su madre solía sentarlo en el taburete del piano para que se entretuviese mientras ella hacía las labores del hogar, y ahí nació el pianista de jazz. Se dice que un día entró en un club donde Fats Waller, uno de sus grandes inspiradores, se encontraba tocando, este se hizo a un lado del piano y anunció, “Yo sólo toco el piano, pero esta noche Dios está en la casa”. Tatum murió en Los Ángeles el 5 de noviembre de 1956 a causa de una uremia provocada por trastornos en el sistema renal. Tenía 47 años.

El mundo del blues nos trae de nuevo otra figura ciega a este artículo, aunque en esta ocasión es un contemporáneo, no un pionero. Jeff Healey vino al mundo en Toronto el 26 de marzo de 1966 y quedó ciego a la edad de un año, a causa de un cáncer de ojo no muy común. A los tres años tuvo su primera guitarra, así que más precoz es difícil. Este músico se distingue de los demás músicos de blues-rock por tocar su Stratocaster sobre sus rodillas. Healey también fue un compulsivo coleccionista de discos de jazz e incluso llegó a tocar el clarinete y la trompeta en su propia banda de jazz, los Jazz Wizards. Murió en marzo de 2008 poco antes de cumplir 42 años a causa de un cáncer de pulmón. “See The Light”, publicado en el año 1988, fue su trabajo más aclamado por crítica y público.

A los 16 años, un cartucho de dinamita le explotó en la cara y dejó ciego a Louis Thomas Hardin. Ese nombre probablemente no os diga nada, pero sí el nick que adoptó años después, en memoria de una mascota que le aullaba a la luna: Moondog. A mediados de la década de los cuarenta llegó a la Sexta Avenida de la gran manzana para quedarse. Para quedarse en la calle, donde vivió durante tres décadas, sin dejar de componer. Sus creaciones se movían a caballo entre lo experimental, lo clásico y lo minimalista. Un avant-garde en toda regla.Si a todo esto le sumamos que acostumbraba a llevar la barba hasta el ombligo y a vestir con un casco vikingo y una lanza -fue conocido como “el vikingode la Sexta Avenida”-, su excentricidad se torna inmanejable. En 1974 viajó a Alemania, dedonde era originaria su madre, donde siguió grabando y girando hasta su muerte el 8 de septiembre de 1999, en la ciudad de Münster, de un ataque al corazón. Tenía 83 años. Aunque desde hace muchos años se encuadra su música dentro de un pop suave, dirigido a adultos, lo que no le daría mucha cabida en estos artículos, José Feliciano llegó con cinco años a Nueva York -donde se interesó por la música y aprendió de forma autodidacta- y bebió en sus comienzos de las fuentes del folk y del latin jazz. Es más, sus primeros éxitos los consiguió con las versiones de “Light My Fire”, de The Doors y del clásico del rythm and blues “Hi Heel Sneakers”, del malogrado Tommy Tucker, a finales de los sesenta. Su ceguera le acompaña desde el 10 de septiembre de 1945, el día en quenació, a causa de un glaucoma congénito.

Nombres menos conocidos que surten el conjunto de músicos ciegos son los del cantante de blues con orígenes en Cabo Verde Paul Pena, el pianista de jazz y swing de Florida Marcus Roberts, o Ronnie Milsap, conjugador de country y pop durante la década de los setenta.
Todo esto sin olvidar formaciones enteras compuestas por invidentes, como es el
caso de The Five Blind Boys Of Alabama o The Five Blind Boys Of Mississippi, dos bandas
muy similares que han cultivado el gospel desde las décadas de los 30 y 40 hasta nuestros
días.

Texto: Juan Carlos León

Escucha la playlist preparada por el autor:

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