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Kathleen Edwards, Total Freedom canción a canción

 

Me declaro fan de Kathleen Edwards, aunque los últimos pasos de su carrera me han ido enfriando el interés. Eso sí, hacer este repaso, canción a canción de su último disco me parece casi obligado. Total Freedom (Dualtone Records) se publicó el pasado 14 de agosto y consta oficialmente de 10 canciones, con un Bonus Track escondido. Cierto es que su portada es digna de un disco de Barbra Streisand, pero nos e dejen llevar por las apariencias.

 

«Glenfern». Metida en una depresión desde que en 2012 publicara Voyageur, esta es la canción que sacó a Edwards a la que da título la calle en la que vivía con su ex marido. Una canción vitalista con cierto aroma a Suzanne Vega y otras artistas folkies.

 

«Hard On Everyone». Muestra el toque pop que apuntalará todo el disco y que, sinceramente, es lo que más me chirría. Prefiero a una Kathleen más cercana a las raíces. Parece el contraste a la canción anterior. Si en aquella todo eran agradecimientos al amor, en esta se ha vuelto perturbación. No desentonaría en el último disco de Alanis Morissette.

 

«Birds On A Feeder». Folk con mucho de inglés para el tercer y calmado tema del disco. La guitarra como protagonista y una pequeña percusión que va dando ritmo al tema toman el protagonismo.

 

«Simple Math». Solía ser habitual que Kate mirara hacia atrás en sus discos. Su infancia siempre ha sido un tema recurrente en sus letras y esta es la muestra. Una oda a la amistad, a esos momentos en que se cogía los bajos de los pantalones vaqueros con imperdibles.

 

«Options Open». Otra canción de desamor en la que destacan los coros de Daniel Tashian que nos devuelven a esa Edwards experta en los duetos. Y es que su voz siempre ha encajado a la perfección, sobre todo, con voces masculinas. Esas opciones abiertas del título son una llamada a mantener la libertad.

 

«Feelings Fade».  Algo del folk intimista que su ex Justin Vernon imprimió a Voyageur se manifiesta en esta canción. DE hecho, parece dirigida a él, ya que es una canción que habla del proceso de desenamoramiento de una persona en la que habías depositado grandes esperanzas.

 

«Fools Ride». De los temas más animados del disco se la dedica a ese canalla que se gastó su pasta y la llevó hasta un paseo de tontos. Aquí el que pilla, pilla bien ¿Será otra vez Justinn Vernon? ¿Será su ex marido Colin Cripps?

 

«Ashes To Ashes». Otro tema de guitarra acústica. A estas alturas ya habrán adivinado que el disco no es la alegría de la huerta. Aquí alguien ha muerto y Edwards le escribe unas palabras justo después del funeral en el que se ha despedido de esa persona importante para ella. Lo dicho, un jolgorio. La canción, eso sí, es una preciosidad.

 

«Who Rescue Who». El otro tema movido del álbum, dedicado ¡a su perro desaparecido! Una muestra de amor a nuestras mascotas y como un animal al que supuestamente estás rescatando, acaba rescatándote a ti.

 

«Take It With You When You Go».  Para cerrar otro tema de ruptura amorosa que musicalmente va in crescendo con la adición de instrumentos. Acaba en un supuesto desenfreno instrumental – que no llega a tanto – y que no me acba de convencer demasiado.

 

BONUS TRACK: «Dogs And Alcohol». Curiosamente el bonus es mi tema favorito del disco. La Kathleen Edwards más rural y menos “Arreglada”. Aunque parece que los tiros en su carrera no vayan  air por ahí, viendo lo visto.

 

 

Eduardo Izquierdo

 

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