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Tiger King – Eric Goode (Netflix)

Tiger King

 

Como ese paraje agreste de Oklahoma donde se ubica el serial, la sensación del espectador mientras dura este meta reality show también se sitúa en una tierra de nadie: en concreto, en algún lugar entre la vergüenza ajena y el bajón.

Incluso la realización utiliza los recursos cutres de la televisión por cable: una mezcla de los anuncios de teletienda de madrugada, simulando situaciones que no pudo tomar la cámara, así como primeros y primerísimos primeros planos con los que intentar captar la verdad de cada personaje. Como Hitchcock, tú. Pero la trama y los plot twist que esta genera trasciende el lenguaje audiovisual, copando las expectativas de cualquier accionista de cualquier cadena privada de televisión.

Y es que, como hacía Eloy de la Iglesia, a su modo, nadie da más que Tiger King: mullets, sectas, poligamia, intentos de parricidio, cachorros tigre, orgias en Las Vegas, política, infiltrados del FBI, libertarios, metanfetamina, subfusiles, dentaduras postizas, suicidios accidentales, el talego, lisiados, carne caducada del Wallmart, gays que no lo son… una sobredosis de trash sureño que no lo soñaría ni Patterson Hood tras acabar la carrera de antropología. Por ahora, tras el reciente visionado, no me quedan los arrestos suficientes para recomendarla, lector. O sí. No lo sé.

Texto: Alvaro Fierro

 

 

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