Encuentros

Red Passenger, aterriza en Lottogatika

 

 

Red Passanger son un caso aparte en la escena granadina, y quizás también en la nacional. Insólitos y originales en un buen puñado de aspectos, desde su virtuosismo instrumental al enorme bajage de influencias musicales y extramusicales que manejan para conformar su propuesta. En este su tercer disco en apenas tres años pulen y concretan las múltiples ideas expuestas en su doble debut, construyendo su propio universo sonoro sobre el que orbitan el jazz, Morricone, la psicodelia, Robert Fripp, un toque de hip hop y las teorías neoludistas Nos ponemos en contacto con Luís Martín, líder y teclista del cuarteto, que nos revela los muchos entresijos de este misterioso Lottogatikka.

Han pasado dos años desde vuestro sorprendente debut discográfico por partida doble, con esta pequeña perspectiva temporal como evaluáis la acogida de aquellos discos; en principio parece difícil que un mercado acostumbrado a el bombardeo de canciones sueltas pueda asimilar una propuesta como la vuestra.

Atendiendo a criterios puramente artísticos, para nosotros fue muy satisfactorio ponernos en órbita y recibir opiniones por parte de la gente y los medios. Se trata de dos trabajos a los que tenemos un cariño especial porque supusieron el arranque artístico del proyecto y valoramos bastante positivamente la acogida que tuvieron. Éramos conscientes del riesgo que suponía hacer dos trabajos y editarlos simultáneamente, pero preferimos ser muy honestos y lanzar los dos discos como reflejo de la forma de trabajar que usábamos en ese momento. Además, prefiero confiar en que sigue habiendo mucha gente capaz de analizar una obra artística en su conjunto, y que desprecie ese concepto del usar y tirar aplicado a la creación musical.

¿Y de cual de aquellos dos registros es más heredero este nuevo Lottogatika?

Tanto musical, como conceptualmente, lo consideramos más heredero de «Studio di uno Spettro». A nivel de composición, armonía e influencias, sigue bebiendo de algunos sonidos que ya nos enamoraron en su momento. Sin embargo hay cambios a nivel de instrumentación, métodos de trabajo, arreglos, etc…A nivel conceptual, Lottogatika también comparte esa voluntad de querer narrar algo sin palabras. Lottogatika es un planeta inventado, en el cual acaban de aterrizar unas sondas que portan información sobre la Tierra, con sus virtudes, pero también con sus miserias más absolutas. Algo así como las Sondas Voyager, pero quitando el azúcar.

No tengo información acerca del proceso de construcción de las canciones, ¿las escribes tú o las desarrolláis toda la banda en el estudio?

La banda cuenta con dos compositores, que somos Víctor Costela y yo (Luís Martín), que ha participado de manera decisiva en el disco. El hecho de invertir en tecnología para grabar nos está permitiendo un método de trabajo bastante ágil, puesto que las canciones llegan al ensayo y posteriormente al estudio en un avanzado estado de gestación. Una vez allí, se pulen detalles, se piensan nuevos arreglos, etc…

Explicar vuestra música a alguien que nunca la haya escuchado es bien complicado, pero lo intentaremos; en este sentido no se si os sentís participe de esa nueva ola del jazz europeo, que ha mezclado esta música con otras influencias, me vienen a la mente nombres como Calibro 35, Heliocentrics o cruzando el charco gente como Kamasi Washington

Diría que el concepto musical de Red Passenger es algo promiscuo, pero es algo que llevamos con orgullo. El jazz está presente, pero también la electrónica, las bandas sonoras, la psicodelia o el hiphop. Todos los ejemplos que mencionas nos encantan, y podríamos citar muchos más, actuales y del pasado. Siempre odiaré eso de que «cualquier tiempo pasado fue mejor» o el tópico aburrido de “ya no se hace música como la de antes”.

Porque, corregirme si me equivoco, a mucha gente de vuestra edad el jazz les debe sonar a cosa del pasado, ¿de donde os viene la afición?

Realmente hay ciertos puntos de conexión entre los miembros de Red Passenger con respecto a los gustos musicales, pero no sé si el jazz es de los más claros. Diría que Dani y Víctor son los más eruditos con respecto al jazz. Yo tengo enormes lagunas sobre clásicos que debería haber escuchado, pero me atrae enormemente el concepto del jazz como una música donde la trampa no es posible. Y, por textura, permite adivinar muy bien los modos de expresión de cada músico.

El nuevo disco, a diferencia de los precedentes que eran monotemáticos musicalmente hablando, hace gala de una amplia gama de tonalidades musicales, poco tiene que ver la ternura de <<Symphonie En Blanc>>con el toque casi brutalista de <Revolunazionaria>

Es algo que va ligado al propio concepto narrativo del disco. ¿Cómo poner música al amor, a la religión, al sexo, a la revolución, a la idolatría, al trabajo industrial, o a una despedida sin decir una sola palabra? Obviamente hay un fuerte componente subjetivo en todo esto, y puede variar con cada oyente. Lo que sí teníamos claro es que debía haber un hilo conductor que trate de llevarte a distintos lugares de la mano. Una vez allí, que cada cual interprete.

Equidistante a ambas se encuentra <<Arbeit Macht Frei>>, un tema en el dosificáis una lograda mezcla de melodía con un ritmo frío, cuadriculado, con un mensaje casi tremendista apoyado por el correspondiente video…

Realmente creemos que es un tema que sintetiza bastante bien el concepto del disco, e incluso de la banda. Suena industrial, pero está fabricado casi artesanalmente, con cajas de ritmos y sintetizadores antiguos. El vídeo complementó perfectamente la idea que teníamos en la cabeza: un macrosistema perfectamente engrasado en el cual se produce un error que provoca una liberación de nuestros automatismos diarios.

Y más alejada aún de la tónica general esta <<Let Kaczynski Do The Talking>> que en el archivo sonoro que envías se titulaba <<Krimson>>, muy apropiado, dado su tono progresivo

Efectivamente, ese corte supone un acercamiento a lo progresivo, algo que ya habíamos hecho de un modo semejante en <<The Chase>>, de Studio Di Uno Spettro. Un patrón armónico y melódico en bucle sobre el cual se va desatando un poco de tormenta, con melodías de guitarra, synths, vocoder, mellotrones…Solemos disfrutar eso de coger una idea sencilla y llevarla a un desarrollo a través de la intensidad.

Entiendo que para que cristalice un proyecto como Red Passenger tienen que confluir elementos musicales con otros, sean cinematográficos, literarios o del mundo del comic…

No sé si es algo imprescindible, pero nos interesa especialmente. Nos ayuda creativamente y también permite proyectar nuestra obra hacia fuera.

El hecho de que amén de algunos coros y algún speach, vuestros temas sean instrumentales ¿quiere decir que pensáis que vuestra música ya trasmite plenamente vuestro mensaje?

Como comentaba antes, partimos de entender la música como algo muy subjetivo, pero con unos códigos propios al fin y al cabo. Dotar a la obra de un mensaje global es algo que nos atrae y nos divierte, y habrá gente a la que le interese conocer sobre «qué tenían estos tíos en la cabeza cuando compusieron esto». Sin embargo, habrá otros que prefieran simplemente escuchar, sacar sus propias deducciones o experimentar algo totalmente propio.

 

Texto: Manuel Borrero

 

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