Discomático

Nina Simone – Fodder on my wings (Universal)

Con Nina Simone no hay trampa ni cartón. A pesar de su carácter díscolo, sus etapas musicales están definidas. La primera con el piano como soporte y un corte más clásico, la de Phillips es la más brillante, con más registros y, finalmente en RCA sale la artista combativa, la que tenía un discurso más político.

A partir de ahí no quiere pisar su país, se siente traicionada, busca refugio en África y Europa. En lo artístico es más irregular e imprevisible, vive una situación atípica: un revival por la inclusión de una conocida canción suya en un anuncio. Pero no le saca mucho partido. No fue de casarse con nadie, tampoco con el éxito. Por tanto, Fodder in my wings, una obra grabada en enero de 1982 en París, traza ni más ni menos, que lo que estaba viviendo por aquel entonces.

Con una gran influencia de la música africana (cuenta con dos músicos del continente), se adapta perfectamente y el sonido le sienta como un guante. Quizás el problema del álbum sea precisamente ese; no es unidireccional. Introduce temas que anticipan lo que vendría después con el antológico y oscuro A single woman, su despedida en forma de disco, pero que aquí no acaba de encajar (con la excepción de “Fodder on my wings”). De todos modos, el disco es notable, con dos canciones en francés, una versión de Gilbert O´Sullivan (“Alone again naturally”) y una ceremonia coral de altos vuelos en “Heaven belongs to you”. Nina Simone quería crear su propia África en el corazón de Europa y a su manera, lo consiguió. Esta es la indispensable banda sonora de ese momento.

Texto: Toni Castarnado

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