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La aparición de la guitarra eléctrica

No hay duda de que si un instrumento ha definido el rock, ese es la guitarra eléctrica. Porque, si bien es cierto que difícilmente podríamos entender el género sin una batería, por ejemplo, o hasta un bajo, en ocasiones – y aunque muchos grupos prescindieran de él – no hay ningún instrumento que aguante un par de asaltos a la guitarra eléctrica en cuanto a importancia sonora e incluso en cuanto a impacto simbólico. Porque cuando alguien piensa en el rock, automáticamente piensa en un tipo con una guitarra colgada al cuello. Por eso nos atrevemos a afirmar que el nacimiento de este instrumento es uno de los momentos más importantes de la historia de una música que, sin él, hubiera sido muy diferente.

 

Orville Gibson: la historia del luthier que empezó todo | Guitarriego
Orville Gibson. Un visionario

El origen de las guitarras, como tales, lo encontramos en torno al año 1000 a.C. en las liras que utilizaban los hititas y los asirios, pero deberían pasar 2000 años para encontrarnos con el nacimiento de la primera guitarra eléctrica. En los años veinte, las orquestas de baile y los grupos de jazz de Estados Unidos incorporaban la guitarra como uno de sus instrumentos, aunque esta tenía una importancia apenas perceptible ya que el volumen que eran capaces de realizar instrumentos como los vientos o la percusión las hacía pasar desapercibidas. Eran instrumentos destinados al acompañamiento y a rellenar espacios, pero nunca a ejercer de solistas por ese citado escaso volumen. Varios fueron los ingenieros que intentaron resolver el problema pero solo Lloyd Loar, trabajador de Gibson logró conseguirlo. Fundada en 1894 por Orville Gibson en Kalamazoo, Michigan, en 1902 la empresa se dedicaba prácticamente solo a la venta de mandolinas, aunque muy pronto empezó a comercializar guitarras. En 1922, Gibson comercializó la L5 que, aunque era una guitarra amplificada, no puede considerarse eléctrica como tal, ya que se caracterizaba por llevar un par de micrófonos convencionales colocados detrás de su caja. Loar era uno de sus trabajadores designados para evolucionar el instrumento y en 1924 lo hizo, y de qué manera. El ingeniero inició su experimentación con imanes, cosa que le llevó a acabar diseñando una pastilla que podía colocarse debajo de las cuerdas de una guitarra convencional. Los imanes captaban el sonido de las cuerdas y los convertían en vibraciones eléctricas que, a través de un cable de sonido eran trasladados a un amplificador. No era una guitarra eléctrica, tal y como la conocemos, pero sí el primer y enorme paso para llegar a ellas. Para eso tendríamos que esperar hasta 1936, aunque no avancemos acontecimientos.

 

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Les Paul. Un tipo con ingenio

El siguiente gran avance hacia ese momento llega en 1931 en otra fábrica. Paul Barth y George Beauchmanp se asocian Adolph Rickenbacker y crean Electro String o Electro Patent Instruments, una compañía encargada de comercializar instrumentos básicamente eléctricos. Por ello crean unas guitarras de acero y aluminio, conocidas rápidamente como sartenes. La Rickenbacker Fryng Pan era una guitarra que se tocaba sobre las rodillas, debido a que su tapa era arqueada. Su sistema de sonido se basaba en un imán en forma de herradura. Eso sí, el honor de ser considerada la primera guitarra eléctrica real de la historia se la lleva, de nuevo, una Gibson, concretamente el modelo ES- 150. Las siglas significan Electric Spanish, dado que su forma era la de una guitarra española, y el número es el precio en dólares que costaba. Lanzada en 1935, rápidamente se convirtió en el instrumento favorito de los músicos de jazz.

 

Pero esas guitarras tenían un problema que aún no se había resuelto. El tipo de pastillas utilizadas hacían que cuando el volumen se incrementaba, se produjera una vibración (feedback) que acababa distorsionando el sonido. Rápidamente, y por una ley física, se llegó a la solución: incrementar la masa y por lo tanto hacer compactas los cuerpos de la guitarra. Y aunque hay dudas sobre quien fue el primero en crear una de esas guitarras que funcionara de manera correcta, a menudo es Lester William Polfuss, conocido universalmente como Les Paul, el que se lleva los honores. El guitarrista creo un prototipo llamado “Log” (tronco) uniendo un mástil de una Gibson convencional a un tronco de madera (de ahí su nombre) lugar en el que montaba las pastillas y el puente. El músico ofreció su idea a Gibson, pero su presidente Maurice H. Berlin la rechazó, algo de lo que se arrepentiría cuando en 1951 llama de nuevo al guitarrista para que le ayude a desarrollar una guitarra que pueda competir con la recién comercializada por la competencia Fender Telecaster. Esta fue la primera guitarra comercializada en serie, primero como Fender Broadcaster y después con su nombre definitivo. Fabricada por Leo Fender, fue la precursora de la Fender Stratocaster, aparecida en 1954 y probablemente la guitarra eléctrica más famosa de la historia.

 

Jimi Hendrix With A Flying V by Tom Copi
Hendrix con su Flying V

A partir de ahí, muchos verían un negocio en ciernes y fábricas como Gretsch, Epiphone o Jackson se incorporarían al sector. Y es que la guitara eléctrica es un objeto tan importante que incluso los guitarristas muestran su filiación definitiva y casi siempre innegociable a uno u otro modelo y marca. Jimmy Page (Led Zeppelin), Slash (Guns n’Roses, Billy Gibbons (ZZ Top) o Zakk Wylde (Ozzy Osbourne) siempre han apostado por Gibson. Eric Clapton, Stevie Ray Vaughan, Rory Gallagher o Jeff Beck son o fueron de Fender. Eddie Cochran, Chet Atkins o Bo Diddley de Gretsch. Tommy Thayer (Kiss), B.B. King o The Edge (U2) de Epiphone. Y Dave Mustaine (Megadeath), Kirk Hammett (Metallica) o Dimebag Darrell (Pantera) de Jackson. El caso más curioso, eso sí, es el de Jimi Hendrix, considerado frecuentemente como el mejor guitarrista de la historia. Porque si bien llegó a utilizar guitarras Danaelectro, Epiphone o Ibanez, fue con guitarras Fender con las que pasó más tiempo, aunque es un modelo de Gibson, la Flying V la que frecuentemente se suele asociar a su persona.

 

Eduardo Izquierdo

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