Meeting Point

Meeting Point – Antonio Arias (Lagartija Nick)  

Lagartija Nick, Stage Live, Bilbao (Foto: Dena Flows)

Seguimos con nuestro periplo granadino con otra pieza clave para entender el devenir del rock estatal de los últimos treinta años. Antonio Arias, alma mater de Lagartija Nick , todo un ejemplo de obstinación y trabajo. Los “Lagartija” siempre ha sido sinónimo de vanguardia, ¿o es que Inercia no sigue sonando contemporáneo?, por no hablar del antes y después que supuso Omega… en esta última década la formación se ha recompuesto con los miembros originales, recuperando su esencia más roquera y volviéndonos a sorprender el pasado año con el trabajo conceptual Los Cielos Cabizbajos basado en el poemario del añorado Jesús Árias.

 

Disco:
In The Flat Field de Bauhaus (1980)

Un disco y un grupo que ha tenido mucha importancia en Lagartija Nick, tanto por la elección del nombre como por lo que este álbum propone y representa. Más allá de la estética, que nos arrastró a todos, la producción era muy distinta a lo que habíamos oído, muy pegada a trabajos de Joy Division. Vienen a mi mente el bajo distorsionado de Doble Dare con esas voces post Bowie, “In the flat field” con su aceleración y guitarras que se escapan. La base rítmica de “St Vitus Dance” tan Siouxie marcó un camino en nuestra forma de sonar. Hay que destacar los singles que acompañaron a este álbum, como “Telegram Sam”, demostración de esa influencia glam, “Dark Entries” demostrando la urgencia de su propuesta o “Terror Couple Kill Colonel” marcaron el principio de nuestra carrera.

 

 

Canción:

– «Astronomy Domine» de Pink Floyd.

Mientras el pop estaba ya en una fase realmente barroca aparece Syd Barrett acercando los movimientos y expresiones experimentales de grupos tan importantes como AMM a una canción imaginativa como pocas. La repetición obsesiva del acorde mi mayor y sus semitonos hacia arriba y abajo acercan esta canción a las formas flamencas que tanto conocemos. La etérea batería acompaña la dinámica composición de Barrett con texto lleno de referencias al sistema solar son un resplandor del que todavía no hemos salido. Gran diamante era ese tal Syd Barrett, joya que ni sus propios compañeros de banda consiguieron destrozar, basta oír sus tres discos en solitario para darse cuenta.

 

Concierto:

– Enrique Morente, Cabaret Voltaire y New Order. (Marbella, 1984)

Fuimos en el coche de Paco Cara, bajista de KGB, más apelotonados que asentados. El campo estaba bastante despejado, supongo que, porque el cartel era tremendamente ecléctico, es la verdad, Mario Pacheco era el genio en la sombra de todo esto. Recuerdo a Morente con Habichuela anticipándose a su propio destino, once años después ya estaría Morente liado con nuestras baterías y guitarras distorsionadas. Disfrutamos del frío espectáculo de Cabaret Voltaire y esperábamos mucho más material de New Order, aunque verlos tres años después de la muerte de Curtis seguía siendo sobrecogedor. Un concierto frío, cristalino y veloz en la Costa del Sol.

 

Película
La Montaña Sagrada de Alejandro Jodorowski

Historias de locos, de Tarot, de un mundo de” irrealismo mágico”, tan pegado a la tierra, tan ajeno a ella, tan religioso, tan ateo. Cómo putea a los actores es otro de los alicientes del trabajo, casi que maltrata de igual forma al espectador, llevándolo caóticamente por los laberintos de la psique. Una estética a veces pop con una banda sonora arrebatadora. Un gurú del tamaño de Alejandro Jodorowski rechazó el apoyo de George Harrison para lanzar su película ya que le pedían que retirase la escena en que a Cristo le lavan el orto, él obviamente se negó. Y de ahí para arriba. Su cine ha sido siempre cuestionado, pero basta otro de sus filmes El Topo para caer rendido de por vida a su poderoso arte.

 

 

Libro

El Ruido Eterno de Aless Ross.

Puedes tardar toda una vida en leer este libro, yo de hecho no lo he terminado, y mira que hay una segunda parte. El trayecto comienza con las vanguardias de la música clásica del siglo veinte y con la ayuda de las plataformas digitales te enganchas a las óperas de Schonberg, Strauss y a todos esos compositores a los que has ignorado hasta ahora: con El Ruido Eterno ya no tienes excusa para dejar de oír las simplezas del pop-rock y morir con un poco de gusto y dignidad musical.

 

 

 

 

 

Texto: Vicente Merino

 

 

 

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