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Better Call Saul – Temporada 5 Vince Gilligan & Peter Gould (Netflix)

Para quienes caímos en los brazos de Saul desde su primera aparición en Breaking Bad, el anuncio de la primera temporada de esta spin-off protagonizada por Bob Odenkirk —un actor capaz de embelesarte leyendo la lista de la compra—, supuso un alivio, un escalofrío y la consecuencia lógica de crear un personaje tan completo y atractivo como el del abogado. Y eso, la lógica narrativa, consigue hacer de esta serie un torrente sereno, constante, que va calando hasta los huesos mientras te muestra como los pasos que vamos dando, y que se van dando a nuestro alrededor, nos llevan al punto en el que estamos, o aquel en el que vamos a estar. Better Call Saul comienza cada nuevo ejercicio con las consecuencias de Breaking Bad y nos va llevando, lentamente, paladeando cada recodo del camino, hacia el momento en el que todo aquello tuvo lugar. Como si de una partida de ajedrez se tratara, cada movimiento de los personajes, tanto los propios del universo Jimmy McGill, como de aquellos que rondaban Los Pollos Hermanos, nos muestran las causas y las consecuencias de las decisiones, propias y ajenas, en sus vidas.

No hay Deus Ex Machina que valga: sus creadores no se permiten ningún atajo, y no tienen piedad con ninguno de los pilares de la comunidad a uno y otro lado de la frontera. Con el mismo estilo minucioso, con su ritmo sin prisa ni pausa, cada capítulo es un deleite con engranajes propios que forma parte de una historia mayor. El proceso mediante el cual Jimmy acabará siendo Saul para luego mutar en Gene Takavic se ha convertido en la mejor historia que puedas encontrar, y la mejor excusa para visitar Albuquerque y dejar la ‘’meta’’.

Texto: Jorge Alonso

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