El matrimonio que mejor entrelaza sus voces, The Mastersons, vuelve como una suave y redentora brisa tras un caluroso día de verano, demostrándonos una vez más en su cuarta entrega, “No time for love songs”, que, dentro del country melódico, son la banda a batir. Raíces con toque pop grabadas bajo el sol californiano en Sunset Sound, al mando de Shooter Jennings a la producción.
Aunque desde la inicial canción titular de apertura, con Chris Mastersons llevando la voz cantante, nos subrayan que “no es tiempo para canciones de amor”, es precisamente ese sentimiento el que se desborda, como un rojizo atardecer interminable, en estas flamantes diez piezas cargadas de armonías y emociones a flor de piel.
En «Spellbound» Eleanor Whitmore despliega esa voz cristalina que parece provenir de la naturaleza más pura, hechizando cada surco y tocando techo vocal en «So impossible».El momento acústico gourmet llega con «There is a song to sing», en el que Chris retoma el camino folk, con Whitmore fundiéndose en cada fraseo y sacando perseidas de su violín.
Y si en el preciosista final de «Pride of the wicked» consiguen cegarnos, con «Eyes open wide» (The Birds bajo las alas) nos dejan los ojos abiertos como platos, sumando un clásico instantáneo más a su repertorio.
Texto: David Pérez
