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La curiosa relación entre Hendrix y Elvis / #EnRutaEnCasa

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Cuando uno se pone a escribir sobre Jimi Hendrix ha de ir con cuidado. No solo es que sobre él se haya escrito todo lo posible, y más, sino que eso hace que a la dificultad de ser original se pueda añadir algún patinazo imperdonable que te persiga el resto de tu vida de articulista. Y ya no digamos si a su figura le añadimos el querer hablar también de Elvis Presley. Ahí ya estamos rizando el rizo. Pero uno, habituado a meterse en fregados de este calibre y a la vez carente de rizos que rizar en la mollera, se lanza a la inconsciencia de hacerlo pensando que, al menos, en cuanto a originalidad algún punto extra nos llevamos. Porque esta relación – que aunque parezca imposible existe – destaca por su poco material, cosa que hace su análisis igual de difícil que de interesante y adictivo para los que nos dedicamos a aporrear teclas.

 

Jimi Hendrix

Es cierto que no es complicado encontrar referencias a que Jimi era fan de Elvis y a un famoso dibujo del que hablaremos un poco más adelante, pero escarbando se puede encontrar bastante más de lo que parece. Desde simples anécdotas como el hecho de que el siempre rocambolesco Ted Nugent los utilizara en una misma frase en su Instagram para defender el redneckismo (“Si Elvis Presley y Jimi Hendrix hubieran sido criados con un arco y una flecha al aire libre, todavía estarían vivos hoy en día”), hasta sus siempre misteriosas muertes. Y es que en ambos casos los barbitúricos tuvieron mucho que ver y también los dos decesos han tenido en alguna ocasión a sus managers en el punto de mira. No son pocas las ocasiones en las que el Coronel Tom Parker fue acusado de dejar morir a Elvis por culpa de seguir exprimiéndolo y hacer la vista gorda ante su cohorte de médicos que simplemente se dedicaban a recetarle todo lo que se les ocurría para mantenerlo en pie, y por tanto que siguiera su actividad en los escenarios. Más rocambolesca, eso sí, es la historia de Hendrix. James ‘Tappy’ Wright, técnico de sonido del malogrado guitarrista, aseguró en su autobiografía que fue el manager del artista el que lo mató para cobrar una póliza de seguros de casi un millón y medio de dólares que estaba contratada a su favor. Casi nada.

 

El Elvis Negro

 

Uno de los artículos aparecidos en la prensa británica en 1967

Pero vayamos con las cosas más evidentes. La primera de ella es una de las denominaciones con las que se conoció a Jimi Hendrix, y esa no es otra que la de “el Elvis negro”. Una curiosa definición si atendemos a sus estilos musicales, pero comprensible dado su origen. Y es que fue la prensa británica la primera que empezó a hablar así de nuestro protagonista después de ver el famoso episodio del incendio de su guitarra en el Astoria de Londres, en marzo de 1967 y la energía que el de Seattle mostraba en el escenario. Pero ¿le gustaba a Hendrix ese apodo? Sí y no, porque era algo que le parecía tan infundado que la hacía sentir honrado por un lado, mientras le perturbaba por otro. No en vano, y ahora vamos a su gran punto de encuentro, Hendrix era un grandísimo fan de Elvis y, como tantos otros verlo en concierto le cambió la vida.

 

El dibujo y el concierto de Seattle

 

Elvis dibujado por Hendrix a los 15 años

El momento en que Hendrix vio a Elvis en concierto se ha narrado de diversas formas, pero la que parece más cercana a la realidad es la que explica Charles R. Cross en su libro Room Full of Mirrors. En 1957, cuando Jimi contaba con catorce años, quiso aprovechar el paso de uno de sus grandes ídolos por su ciudad para acudir a verlo. Hablamos de Elvis, claro, y su concierto en el Sick’s Stadium de Seattle el 1 de septiembre de aquel año. Pero el muchacho no disponía del dólar con cincuenta que costaba una entrada, y en contra de lo que aseguran algunos biógrafos, no se coló en el recinto para ver a su héroe. El chaval se las ingenió para ver el concierto a lo lejos, desde una colina cercana al estadio que le permitía ver el escenario. Luego, tras acabar el show, bajó corriendo a la carretera y pudo ver a Elvis, con su traje de lamé dorado, pasando a toda velocidad en su Cadillac blanco.

Póster del concierto de Elvis en Seattle al que asistió Jimi

Fue lo más cerca que estuvieron de conocerse. En otro fallo habitual de muchos textos, se dice que aquella noche, Hendrix dibujó a Elvis y apuntó en la misma hoja los títulos de las canciones que interpretó. Este dato es erróneo, ya que el famoso dibujo, que acompaña este texto, se realizó un año después, por un Jimi de 15 años – mucha traza con el lápiz no tenía el hombre- y las canciones apuntadas eran simplemente sus favoritas en aquel momento.

 

Hendrix actuaría en ese estadio en el verano de 1970, en la única ocasión en que lo haría cerca de su barrio. En un bonito detalle, su familia quiso que la comitiva de su funeral, poco tiempo después pasara cerca de aquel lugar que para Jimi era casi sagrado, por su relación con Presley.

 

Hound Dog

 

Normalmente, un punto de encuentro entre artistas que se admiran son las versiones. Suele ser fácil encontrar a músicos demostrando admiración por sus compañeros en forma de reinterpretaciones de sus canciones. Elvis parece que nunca interpretó una canción de Hendrix. Pero Hendrix, al menos en una ocasión, sí que se encontró con el repertorio de su ídolo. Lo hizo con «Hound dog» y no encima de un escenario. Fue el 18 de febrero de 1969, en el Royal Albert Hall de Londres, pero en el backstage. Entre bastidores, Jimi cogió una guitarra acústica con la que empezó a juguetear para acabar tocando una versión de la mítica canción de Big Mama Thornton que Elvis convirtió en uno de sus grandes éxitos. Ya en este siglo se hizo pública una casera grabación del momento que, por supuesto, vale su precio en oro.

 

 

Tom Hulett

 

Chaleco de Hendrix – Colección Tom Hulett

Dicen que todas las personas de la tierra estaban conectadas por seis grados de separación. A Hendrix y Elvis les sobraban cinco. El nombre de su punto de encuentro era Tom Hulett. En el verano de 1970, el Coronel Parker andaba trabajando para que Elvis, tras el fin de la temporada en Las Vegas, diera una pequeña gira de 6 conciertos. Para promocionar dicho tour decidió contratar un pequeño equipo de personas en el que estaba Tom Hulett, uno de los capos de la empresa de Seattle Concert West. Pero ¿de qué conocía el Coronel a Hulett? Pues de su éxito con, claro está, Jimi Hendrix. Concert West fue la promotora que se encargó de la mayoría de conciertos de Hendrix en su carrera, aunque hay un punto de encuentro todavía más chocante e impactante para el que no lo conozca. Con la gira de Elvis ya acabada – lo había hecho el 14 de septiembre en Alabama– Hulett tuvo que pedir permiso al Coronel para ausentarse dos días y viajar a Londres porque su contrato finalizaba días después, debido a que tocaba analizar los resultados de la gira. Al Hendrix, el padre de Jimi, le había pedido el favor personal de que viajara a la ciudad inglesa para organizar el traslado del cadáver del guitarrista, fallecido el 18 de septiembre. El Coronel le concedió dicho permiso, y Hulett pudo cumplir los deseos del viejo Al que, a cambio, le entregó a aquel amigo de confianza buena parte del vestuario de su hijo. Pero, aunque el agua no llegó al río, Hulett también estuvo a punto de vivir muy de cerca la muerte de Elvis. Fue el 1 de abril de 1977, cuando Presley no pudo dar su concierto previsto en Baton Rouge. Hulett, que había decidido seguir trabajando desde 1970 en el equipo del Coronel optó por suspender el concierto ante un Elvis exhausto y visiblemente enfermo. Cuando este le preguntó asustado por la posible reacción de su manager, “¿y el coronel?”, Hulett simplemente le dijo “déjamelo a mí, le diremos que estás enfermo”. Elvis moriría, como sabemos, meses después.

 

Reyes del merchandising

 

Funko Pop dedicado a Hendrix

Para acabar no podemos obviar, aunque suene casi a blasfemia, tras hablar de sus muertes, el tema del merchandising. Porque Elvis y Hendrix son dos de los reyes del mismo, y sus icónicas figuras siguen generando cientos de miles de dólares en todo el mundo. A principios de los noventa, los grandes generadores de dinero en ventas de productos relacionados con su imagen, por lo que respectaba a músicos fallecidos, eran John Lennon, Jim Morrison y Jimi Hendrix. En 1991, y según la revista Forbes, un nuevo nombre se iba a sumar al de esos músicos desaparecidos que facturaban más de 4 millones de dólares al año. Y ese no fue otro que el de Jimi Hendrix, dato que se mantiene en la actualidad, con la adición tras su muerte de Michael Jackson.

 

Y hasta aquí hemos llegado. Habrán otros puntos de encuentro entre estas dos grandes figuras de la música popular de nuestro tiempo – sin ir más lejos en Internet se encuentra incluso la reproducción de una posible charla que podrían haber tenido de llegar a conocerse, toma freakada – pero servidor se ha quedado con estos. Si les ha divertido, me alegro muchísimo. Si les ha picado la curiosidad por investigar más, más todavía. Y si no, con mis disculpas, les recuerdo que nadie les puso una pistola en la sien para leer estas líneas. Con cariño, al menos, les garantizo que están hechas. Hacia ustedes, hacia Hendrix y hacia Elvis.

Eduardo Izquierdo

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