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Ardent Studios, guía por el legendario estudio de la mano de John Fry / #EnRutaEnCasa

 

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La historia del rock no la han escrito únicamente los artistas superventas y los grandes sellos discográficos, sino que parte de su mitología también se esconde en la trastienda de los estudios de grabación. Aunque lo mejor será que hagamos un poco de memoria. ¿Alguna vez os habéis preguntado qué tienen en común Led Zeppelin, Big Star, ZZ Top, The White Stripes o REM? Todas estas bandas han editado álbumes legendarios y han disfrutado de un éxito masivo, pero, también encontraron su “mojo” creativo en los Ardent Studios de Memphis (Tennessee). Sin duda, éste es uno de los estudios más famosos del mundo y ha sabido preservar su influencia musical durante más de cinco décadas. Aprovechando que Ruta 66 estuvo de viaje por el sur de los Estados Unidos, nos encontramos con John Fry (fundador y presidente de Ardent) para repasar su trayectoria, recordar anécdotas de las bandas que ha grabado y descubrir su relación mágica con Stax Records.

Remontémonos a los orígenes de tu carrera musical. ¿Podrías contarnos cómo fueron los inicios de Ardent Studios?

A finales de los años 50 monté un estudio de grabación en mi casa, justo cuando empezaba a ir al instituto. Al principio teníamos un equipo muy rudimentario, pero con el tiempo lo fuimos mejorando, y grabamos algunas bandas, editamos singles en vinilo y los distribuimos de manera local. Piensa que, en aquellos días, todo el mundo quería formar una banda de rock y en Memphis había una escena musical muy excitante.

A mediados de los años 60 abristeis vuestro estudio en National Street y fuisteis testigos de la explosión musical de aquella década tan idealizada…

Editamos los primeros singles de Ardent en 1959 y continuamos grabando bandas locales hasta 1966, cuando decidimos dar el salto y abrir un estudio con vocación comercial. Entonces yo tenía 21 años, pero hacía siete que me dedicaba a la música. Empezamos a trabajar con una grabadora Scully de cuatro pistas y para nosotros era algo asombroso. Ahora lo pienso y teníamos todos los números para que nadie confiara en nosotros, puesto que la gente aún nos veía como los chavales de pelo largo que corrían por National Street escuchando música inglesa.

John Fry

Es curioso que unos chicos de Memphis, la capital del blues, del rock y del soul, se pasaran el día escuchando bandas inglesas. ¿A qué atribuyes ese fenómeno?

Lo que más nos gustaba era la música soul y el rock británico. A principios de los años 60, un amigo y yo nos encargábamos de la programación de una emisora de radio de Arkansas: seleccionábamos la música, grabábamos los anuncios e incluso conseguimos que las discográficas nos mandaran sus álbumes. Piensa que los primeros singles de los Beatles que salieron en los Estados Unidos los editó Vee-Jay (un sello de soul), puesto que Capitol no creía que pudieran tener éxito y no apostaron por ellos hasta que arrasaron en Europa. Fue gracias a aquel programa de radio que tuvimos la suerte de conocer la British Invasion mucho antes de que se hiciera tan popular.

La trayectoria de Ardent siempre se ha relacionado con Stax Records. De todos los álbumes que grabasteis para ellos, ¿cuál recuerdas de manera más especial?

Sin duda, Hot Buttered Soul de Isaac Hayes. Fue un álbum transgresor y, cuando empezamos las sesiones, nadie sabía cómo iba a sonar porque era completamente distinto a sus anteriores éxitos. Todos decíamos “Isaac está grabando unas canciones tan largas que apenas caben en la cinta” y en más de una ocasión la bobina estuvo a punto de terminar antes de que acabaran de tocar. Entonces se creía que un álbum de música soul no podía vender más de 3.000 copias y que un single de éxito sólo podía llegar a las 300.000, pero aquel disco tan revolucionario apareció de la nada y despachó más de tres millones. Supieron promocionarlo muy bien y poca gente se habría atrevido a poner la fotografía de una cabeza rapada con cadenas de oro en la portada de un álbum. Pero Stax lo hizo y luego llevó ese concepto más lejos con la portada de Black Moses.

Hot Buttered Soul abrió nuevos caminos para la música soul y la prensa especializada afirma que fue producto de la improvisación y de la genialidad de Isaac Hayes…

Isaac tenía claros los temas que quería grabar, pero es cierto que en aquellas sesiones hubo mucha improvisación, puesto que los músicos aparecían por el estudio y aportaban sus propias ideas. Entonces eso era una práctica habitual y contribuyó a que las canciones de Stax y, en general, toda la música que se grababa en aquella época fuera muy especial. Evidentemente, siempre había una planificación y no podías improvisar con las grandes orquestas, pero las secciones rítmicas y los metales siempre daban cierto margen para la espontaneidad y para la interacción entre los músicos. Si te soy sincero, no me gusta cómo se graba hoy en día porque todo está muy programado.

¿Crees que se ha perdido la magia en las sesiones de grabación?

Sí, pero de algún modo está volviendo gracias a artistas jóvenes que quieren grabar de nuevo con toda la banda en directo en el estudio. En 2007 hicimos un álbum con Guy Sebastian, un cantante australiano que es muy popular en su país. Su sueño era venir a Memphis, tocar con músicos de Stax y que Steve Cropper produjera las canciones. Lo consiguió y el disco se grabó igual que en los años 70, en riguroso directo y en un 16 pistas analógico, aunque después lo transferimos a Pro Tools HD para masterizarlo.

La música soul fue la banda sonora del movimiento por los derechos civiles y, además, Martin Luther King fue asesinado en Memphis en 1968. ¿Cómo viviste aquellos días tan convulsos?

Mucha gente cree que la discriminación racial sólo se vivía en los estados del sur, pero no era así. Había muy pocas empresas en los Estados Unidos donde la gente blanca y la gente negra trabajaran de manera conjunta. Por este motivo, lo que se vivió en Stax en los años 60 y 70 fue muy especial, aunque a veces puedes estar en medio de algo excepcional y no darte cuenta de lo que sucede porque piensas que es normal. Toda esa gente trabajando unida y en armonía… lo vivíamos cada día, así que nunca tuvimos la sensación de ser distintos. Después del asesinato de Martin Luther King yo no noté ningún cambio ni con mis amigos ni con los compañeros de trabajo. Curiosamente, Stax vivió un período de expansión y de gran éxito a partir de 1972. De repente llegó mucha gente nueva y decíamos: “¿quiénes son todos estos tipos? ¿qué se supone que vienen a hacer?”. Entonces se perdió la atmósfera familiar de sus inicios.

Staple Singers en el estudio

Me gustaría preguntarte por algunas de las bandas que han pasado por Ardent a lo largo de los años. Empecemos por Led Zeppelin, que hizo escala en el estudio en 1970 para su tercer álbum…

Todo empezó con The Yardbirds, que venían muy a menudo a Memphis. Era una banda genial, pero siempre acababan tocando en alguna pista de patinaje para alguna emisora de radio y el sonido era desastroso. Fue entonces cuando Jimmy Page se hizo muy amigo de Terry Manning, que trabajaba en Ardent como productor. La historia es que el álbum Led Zeppelin III se grabó en los estudios de Atlantic en Londres y les pusieron una fecha de lanzamiento, pero no pudieron terminarlo porque tenían que iniciar una gira por los Estados Unidos. Así que la banda dijo “cancelamos algunas fechas y posponemos el lanzamiento o salimos a tocar y lo terminamos en Memphis”. De manera que venían a Ardent en cada parada del tour y pudieron acabarlo a tiempo.

En varias entrevistas has mostrado tu admiración por The Staple Singers. ¿Qué crees que aportó su música en los años 70?

Era una banda muy interesante porque, antes de entrar en Stax, ya eran muy famosos como intérpretes de música góspel. Durante años grabaron para el sello Vee-Jay y tenían una carrera muy sólida, hasta que Al Bell (el presidente de Stax) los convenció para que se transformaran en un grupo de soul y pop. Entonces, sus canciones empezaron a sonar en todas las emisoras de radio del país y llegaron a un público muy amplio, más allá de la escena de música soul. Normalmente, la sección rítmica de sus temas se grababa en el estudio de Muscle Shoals en Alabama y después poníamos las voces, los metales y la sección de cuerda en Ardent. Así es como se produjeron “Respect Yourself” y “I’ll Take You There”, que se convirtieron en sus dos mayores éxitos y transmitían un mensaje muy positivo de una manera única.

También habéis trabajado con ZZ Top y REM…

Los ocho álbumes más exitosos de ZZ Top se grabaron en Ardent, incluyendo Eliminator, que es el más vendido de todos y recibió el Diamond Award por superar los 10 millones de copias. Muy pocos discos lo han logrado, pero es cierto que era una época distinta, en la que la música se editaba en vinilo y después se volvía a vender en CD. Siempre que ZZ Top vienen al estudio lo pasamos genial, son muy divertidos y tienen mucho talento, aunque me gustan más sus álbumes del principio, cuando el proceso de grabación era más orgánico. En cuanto a REM, el álbum Green se grabó íntegramente en nuestro estudio y creo que fue su primer disco de platino.

Billy Gibbons

Aunque el grupo que siempre se asocia con Ardent es Big Star, que pasó desapercibido en su momento, pero que hoy es un referente del rock. ¿Cómo surgió vuestra estrecha colaboración?

A principios de los años 70, Al Bell nos dijo “en Stax queremos empezar a editar discos de rock y nos gustaría crear un sello con Ardent”. Evidentemente, la idea nos pareció genial. Nosotros buscábamos las bandas y grabábamos los álbumes, luego ellos se encargaban de la promoción y de las ventas. Uno de aquellos grupos fue Big Star, cuyos dos primeros discos fueron muy bien recibidos por la crítica (sobretodo en Cream y en Rolling Stone) y todas las emisoras de rock de la FM que estaban empezando los pinchaban, pero nunca gozaron de grandes ventas ni tuvieron ningún éxito en las emisoras AM, que eran las más populares. Empezaron a grabar su tercer álbum cuando Stax ya estaba cerrando, así que lo aparcaron en una estantería y no se editó hasta finales de los 70. Pero, varios años después, su legado cobró vida de nuevo gracias a que muchos artistas se declararon fans de la banda. Por ejemplo, Mike Mills y Peter Buck de REM siempre me decían cuanto había influido Big Star en su música.

Por último, ¿qué impresión te causó Cat Power cuando vino a grabar The Greatest?

Ella quería trabajar con músicos de Memphis y después salió de gira con ellos por los Estados Unidos y por Europa. Recuerdo que se refería a aquel grupo como The Memphis Rhythm Band cuando tocaron en varios programas de televisión y en el Austin City Limits. Cat Power es un buen ejemplo de artista que conoce bien la historia de la música que toca y que, además, quiere contar con la colaboración de músicos auténticos y experimentados.

¿Resulta sencillo trabajar con nombres tan importantes cuando se tiene la presión de las ventas?

Siempre es fácil trabajar con estas bandas y muy pocas veces me he encontrado con situaciones fuera de lugar o que resultaran comprometidas. A veces hay casos complicados, pero son una excepción. Por ejemplo, en los años 60 Stax Records era como una gran familia, todos nos conocíamos y éramos gente del mismo barrio. Isaac Hayes y David Porter empezaron trabajando en la tienda que había delante del edificio de Stax y Otis Redding llegó a Memphis siendo el conductor de Johnny Jenkins & The Pinetoppers, pero no paró de decir que era cantante hasta que le dieron su primera oportunidad. Los tiempos han cambiado y ahora es muy difícil que alguien escuche a los nuevos artistas.

Por curiosidad, ¿recuerdas alguna banda española que haya pasado por Ardent?

Javier Vargas y Siniestro Total han grabado varias veces aquí. Piensa que vienen muchos artistas internacionales, ya sea para tocar con gente de Memphis, por la tradición musical de la ciudad o por las vibraciones que aquí se respiran. Jimmie Vaughan siempre me decía “tío, no sé lo que es, pero toco mejor cuando estoy aquí”. La industria musical ha cambiado mucho desde que empezamos y las grandes discográficas como Stax ya no existen, pero aún hay músicos, productores y técnicos de sonido muy competentes. En los últimos años hemos grabado a una banda de punk y a otra de metal japonesas, además de M.I.A, The Raconteurs, The White Stripes, The North Mississippi Allstars…

 

La conexión con Stax Records

La imagen de Memphis es inconfundible y, aunque la hayamos visto en decenas de películas y documentales, sigue teniendo algo que la hace especial. Desde la ventanilla del autobús vemos el cielo gris amenazando tormenta, los coches aparcados de cualquier manera en las aceras y las casitas de madera con su porche y su barbacoa. Las barberías están llenas de gente, con las luces de neón resplandecientes en la entrada, y los típicos “grocery store” se esconden detrás de cada esquina y nunca cierran sus puertas. Pero si algo llama la atención son los antiguos almacenes de algodón medio derruidos, que nos recuerdan que hace décadas la ciudad vivía del comercio de este tejido y dependía de la mano de obra de los inmigrantes, que llegaban del campo persiguiendo un sueño y traían consigo su bien más preciado: la música.

En ciertos aspectos, viajar hoy a Memphis es como volver a aquellos días en los que la música era el centro de todo lo que ocurría en la ciudad. Así mismo, en los barrios de la periferia aún flota el recuerdo de una época marcada por las tensiones raciales, las marchas pacíficas de Luther King y, evidentemente, el éxito de Stax Records. No en vano, aquel sello fue la antítesis de cualquier otra empresa ubicada en el profundo sur de los Estados Unidos, puesto que su estudio se convirtió en un microcosmos único, donde blancos y negros crearon un mundo aislado de las rivalidades del exterior gracias a sus canciones.

En la cima de su popularidad, cuando temas como “Respect” y “Hold On, I’m Comin’” encabezaban las listas de hits y contaban con la distribución de Atlantic Records, el Studio A de Stax Records quedó pequeño para albergar todas las sesiones que tenían programadas. Fue entonces cuando el destino de la discográfica se cruzó con el de Ardent. Curiosamente, en 1966 John Fry abrió su estudio profesional y compró el equipo de grabación a la misma empresa que estaba renovando el estudio de Stax. Por este motivo, los responsables del sello decidieron derivar algunas sesiones a aquel nuevo local situado en National Street, con la intención de editar todos los singles que el mercado demandaba. “Sin pretenderlo, aquel fue el mejor acierto de mi carrera profesional y grabamos a la mayoría de artistas de Stax desde finales de 1967 hasta que cerraron en 1975”, recuerda John Fry. El único con el que no trabajamos fue Otis Redding, que murió en un accidente de avión en diciembre de 1967”. Como homenaje a esta colaboración tan especial, John Fry decidió colgar un cuadro de la marquesina de Stax Records en el vestíbulo de Ardent, en medio de los discos de oro. Un guiño a la magia del pasado que permanecerá intacto en el horizonte del tiempo.

Texto: David Moreu

Fotos: Ardent Studios

Artículo publicado en el nº  301 de febrero del 2013

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