Cuando Agustín Fernández Mallo y Pilar Rubí concibieron Revinientes, no podían imaginar hasta qué punto su estreno virtual iba a conferirle al proyecto un imprevisto significado. “Al principio iba a ser un proyecto privado, una serie de canciones creadas en casa, hechas a partir de unas bases musicales que Agustín tenía grabadas”, recuerda Pilar. “Nos interesaba mucho esa idea, el aire intelectual que tiene la imagen de dos personas encerradas en casa, creando -añade Agustín-. Componer supone hacer algo más teórico, más sofisticado en contraste con la interpretación, que es la que manda en el ámbito del directo. Estas canciones fueron hechas para lanzarlas al mundo de manera virtual”. Ahora, la música de Revinientes viaja por el vacío junto al virus COVID-19 y la confusión global. Siete títulos reunidos bajo el título Sobre estas bases sentaremos los cimientos de nuestro imperio, producto de la unión de dos mundos y dos visiones que convergen intelectual y emocionalmente. Música hecha desde casa que llega en tiempos de confinamiento forzoso.
Pilar Rubí es historiadora del arte y comisaria de exposiciones en el Es Baluard Museu de Palma de Mallorca. Fernández Mallo es escritor, autor entre otras obras de narrativa, poesía y ensayo, de la influyente Trilogía Nocilla, y más reciente de la novela Trilogía de la guerra (2018), además de físico. Todo esto indica que Revinientes es un proyecto sonoro surgido a partir de diversos campos. “No reivindicamos una genealogía musical sino una genealogía cultural en el más amplio sentido -comenta Agustín-.
Hay una serie de elementos que armonizan bajo una piel musical debajo de la cual hay artes plásticas, física, literatura”. Pilar también menciona a músicos que fueron o siguen siendo performers, como Laurie Anderson o David Byrne, artistas cuya faceta musical resulta la más visible de todas aquellas que han desarrollado, y que quizá fueron más habituales hasta hace algunos años, “antes de que hubiese que especializarse en hacer una cosa u otra”. Tanto por su sonido como por su naturaleza, Revinientes están conectados a aquellas formaciones de la no wave que tenían en las galerías de arte neoyorquinas y en los lofts de artistas un hábitat tan importante como el de las salas de conciertos. Como afirma Fernández Mallo, “Revinientes es una red de ideas que proceden de muchos lugares y cristalizan en estas canciones”.
En España este concepto tiene antecedentes más ilustres de lo que pudiera parecer. Kaka de Luxe eran un grupo de jóvenes unidos por el cómic, la música y las artes plásticas, más proclives a teorizar sobre el concepto del grupo del que formaban parte que a darle forma en los ensayos. También nacieron así, como un proyecto artístico, teórico y filosófico Radio Futura, una de las referencias clave para Revinientes. “Auserón era una persona que venía de estar en la Sorbona con Gilles Deleuze y de repente se pone a cantar. La primera canción del disco, “De eón en eón”, comienza con una cita a “La estatua del jardín botánico”, para luego desarrollar el argumento de la canción y llevarlo a otro lugar hacia lo carnal”, explica Agustín.
El amor y el sexo son dos pilares fundamentales sobre los que se asienta el trabajo del dúo. “En la serie Les revenants hay un personaje que cuando tiene coito se convierte en médium y eso enlaza con la idea de Bataille de que, en la relación carnal, lo que buscas es disolverte en la otra parte. Hacer de médium para morir en la otra persona y luego nacer de nuevo, por eso elegimos el nombre de Revinientes”. Sexo como expresión del amor místico. Romanticismo adaptado a la tecnología. “El título Sobre estas bases sentaremos los cimientos de nuestro imperio resume lo que son las canciones, que hablan de nosotros y de nuestra relación -añade Pilar-. Esas bases, aparte de musicales son las de nuestra relación como pareja. Esa es la idea, dos personas que construyen un mundo propio y que en cierto modo está aislados de otros mundos. Todo eso, que luego se expande en otras direcciones, es lo que conforma el núcleo de las canciones”.
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Broadcast, Sonic Youth, Sparklehorse (Agustín destaca un comentario sobre su música aparecido en Pitchfork: “sus letras son tan raras que no son metáfora de nada”) y Germán Coppini forman parte de los cimientos musicales de este imperio. El primer disco que Pilar compró en su vida fue el maxi de No mires a los ojos de la gente de Golpes Bajos. “Cuando la conocí -recuerda Agustín- me pareció muy emocionante que le gustar mucho el maxisingle Dame un chupito de amor, que grabaron Coppini y Nacho Cano, canciones con melodías que parecen medievales, increíblemente bellas muy bien compuestas”. Y como guinda sonora, una referencia romántica a cargo de Lolita, que aunque bien podría ser la de Nabokov, es en realidad la que se apellida Flores y cuyo estribillo más popular (“amooooor, amooooor”) incorporan al tema “K2”. “Usamos el pop para llevarlo a zonas más sofisticadas -comenta Agustín-, que es lo que hago también en mi narrativa cuando utilizo referentes pop, les doy un aire intelectual porque también se trata de un juego”.
Estas son las bases sobre las cuales está construido el imperio de Revinientes, una experiencia musical creada bajo las premisas de una obra conceptual pero que tiene acabado de canción. Capas de ideas superpuestas que responden más a una idea que a la necesidad de un acabado virtuoso. “Es la colaboración -añade Agustín- entre dos personas que hacen su vida de pareja también a través de emisiones culturales. Estamos encerrados en nuestro refugio doméstico emitiendo por las redes”. Y Pilar añade: “Cocinamos, hacemos la compra, lavamos, nos asomamos a la ventana y vemos el campanario de la iglesia que tenemos enfrente. En este disco todo sale del ámbito doméstico. Hablan de nosotros y de nuestra relación. Es un disco de amor”.
https://revinientes.wixsite.com/revinientes
Texto: Rafa Cervera
