Encuentros

El Columpio Asesino, música para las contradicciones

 

Más de dos décadas de discos, conciertos y expansión artística, abalan una carrera tan longeva como fiable. Tan consecuente como funambulista. Sexto disco de los de Iruña, sexto paso adelante. Pero esta vez, más que nunca, huyendo de sí mismos, sin por ello perder el norte. Y por contradictorio que pueda parecer dicha combinación de factores, es escuchar Ataque Celeste (Oso Polita), y entender que todo encaja. Porque para ECA el molde es la canción, y ellos no hace sino darle a la canción lo que pide, pero evitando los posibles clichés que ya hayan transitado con anterioridad. Lo que viene a ser retarse. Y retarnos, claro. Y todo ello, envuelto en unos textos que radiografían lugares comunes, en forma de desavenencias que todos tenemos con nosotros mismos.

Han pasado seis años desde Ballenas Muertas en San Sebastián. Explicadnos un poco cómo ha ido todo hasta llegar aquí.

Álbaro: Después de “Ballenas” acabamos todos un poco cansados de todo lo que venía detrás. Años encadenando discos y giras, cuando además a nosotros nos lleva nueve meses mínimo grabar un disco. 

Dani: Es que con “Diamantes” y con “Ballenas” tocamos muchísimo, sin tiempo de parar prácticamente.

A: Así que decidimos darnos un espacio. Nos tomamos un año, volvimos, y empezamos a grabar el disco, imponiéndonos un horario de trabajo.

¿O sea que volvisteis sin ningún tipo de material, ni ideas preconcebidas?

D: Totalmente. Además, más que nunca, ya que decidimos que queríamos partir de unas líneas de voz coherentes desde el principio. O sea, canción a la vieja usanza. No habíamos trabajado mucho así en anteriores ocasiones, así que todo era bastante nuevo en ese sentido.

En este disco Cristina toma mayor protagonismo vocal, lo cual entiendo que es algo que ocurre de forma muy natural, ¿verdad?

Di: Sí. Las líneas melódicas encajaban mejor con ella que con Álbaro.

Cristina: Y ya está, sí. Al final es el proyecto, y estás tú ahí para lo que haga falta.

En las letras del disco parece que se apela a dos conceptos principales: el conflicto interno y el conflicto social, vendiendo felicidad; sin ser ambos excluyentes, o incluso potenciales acentuadores el uno del otro.

C: Sí, parece que hay que aprovechar todas las horas del día. No puedes estar un minuto mirando a ese rincón, porque te sientes mal, porque no estás aprovechando el tiempo en algo productivo. De esa auto exigencia habla un poco el disco.

D: ¡Hay que reivindicar el derecho a la vida contemplativa, de vez en cuando!

C: Y a la melancolía, a la tristeza…

D: Que no es malo per se. Es necesario.

A: El disco refleja esas caras opuestas que habitan en una misma persona. Luego está también lo social, pero básicamente, se centra en esa Guerra Civil que tenemos las personas.

Se os da muy bien jugar con las tensiones dentro de las canciones. Empezar oscuros, y dejar que entre la luz en el momento justo…

A: Muchas veces es complicado encontrar el tono de la canción. Encontrar ese equilibrio para no pasarte de oscuro, o con algún cliché, es un poco el juego que proponemos. Tanto con las composiciones como con la producción.

Me pregunto cómo planteáis el traslado al directo de canciones tan de estudio como «Mi General» o «Siempre Estás Tú». Si buscáis darles la vuelta con un aire más rock, más de directo, o si tratáis de preservar esa esencia sintética.

A: Como ahora estamos preparando un setlist de una hora para festivales, que es lo que viene, esas canciones de momento se quedan fuera, porque son las más complejas a la hora de llevarlas al directo. Del resto del disco, tocaremos todas. De momento preferimos centrar este setlist en el contexto de festival. Aunque creo que, por ejemplo, en el caso de «Siempre Estás Tú», dará mucho juego para una relectura.

O sea, que la pregunta se responderá cuando empiece la gira de salas…

A: Exacto. Además, luego te sorprende también que, quizás crees que la perla del disco es tal canción, y según se va desarrollando el disco y llega al público, y quizás la gente tira más hacia otra canción que no parecía ser tan directa, tan el single.

D: Es como que la gira queda bien diseñada en la segunda parte, porque en la primera ves las caras de la gente con según qué canciones y es cuando te dices: “vale, esto es lo que ha pasado”.

Está claro que, en vuestro caso, componer y grabar es un poco lo mismo…

A: Nosotros componemos mientras grabamos, sí. El grabar con el ordenador ahí, pues haces de él un instrumento más. Por nuestra forma de componer, el estudio se convierte en un instrumento más. Pero claro, te da tantas posibilidades que te vuelves majara.

D: Y no sabes cómo dar cierre a las cosas.

A: Muchas veces, cuando nos perdemos, Dani dice: “espera, un momento, ¿de dónde viene esto?”. Volvemos al punto de partida y vemos que estaba mucho mejor así. Y volvemos a empezar, aprovechando lo utilizable del camino ya recorrido. Y así vas construyendo tu Frankenstein. ¡Súper natural todo! (risas).

 

Texto: Daniel González

Fotos: Mikel Muruzabal

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