Discos de la década

Uno de los discos de la década para…Txema Mañeru: Julián Maeso

Hemos pedido a nuestros redactores y redactoras que elijan un disco que para ellos haya sido especial de la mal llamada década 2010-2019 (sí, sabemos que lo correcto sería decenio). No hemos querido fustigarlos obligándolos a escoger su disco de la década, pero sí al menos uno de ellos y que nos lo reseñen. Semanalmente, durante todo este año que sí da fin a la década, iremos desgranando esos álbumes que componen para el staff de Ruta 66 la fotografía de diez años que ya son historia. Txema Mañeru apuesta por el primer nacional de la lista, Julián Maeso.

 

El Giradiscos: Julián Maeso: “One Way Ticket to Saturn”Julián Maeso – One Way Ticket To Saturn (2014)

 

Cuando se me ocurrió proponer mi disco de la década pensé en dos propuestas. Una era el fantástico All Love Is Blind de ese impresionante cantante y compositor que es Dan Wilson. El otro era mi disco favorito de Maeso, también uno de los músicos que más me ha impresionado en esta última década tanto en disco como en directo. Además prefería que este “Billete a Saturno” fuera el elegido porque me parece que no ha aparecido todavía ningún disco hecho aquí entre las buenas propuestas que están ofreciendo todos nuestros compañeros de la Ruta.

La verdad es que yo recordaba que lo había puesto en mi escalafón como disco del 2014, pero no recordaba que hubiera sido elegido en el puesto número 1 por la revista. ¡Parece que no tengo tan mal gusto, ja, ja! El caso es que este One Way Ticket To Saturn (Legacy / Sony Music) poseía, y sigue haciéndolo, un nivel verdaderamente internacional. Para mí este segundo disco en solitario del ex Sunday Drivers sigue siendo su obra más completa a día de hoy. Eso sí, estoy bastante inquieto ante lo que nos pueda traer en su anunciado nuevo disco para este año que se iba a titular El Sultán De La Sagra y que esperemos no lo detenga el dichoso coronavirus. Al parecer se muestra muy preocupado con el tema y da preferencias a otras cosas antes que a la música. Cree que si seguimos vivos la música pasará a un segundo plano y está pensando seriamente en hacerse jardinero o en trabajar en una ONG. Esperemos que sean solo estos momentos de incertidumbre…

Como buen disco internacional gozó de la masterización de lujo de J.J. Golden. Julián domina un montón de instrumentos, pero, para mí, es fundamentalmente teclista. De hecho ha puesto ls teclas al servicio de grandes tan dispares como M Clan, Quique González o Pájaro. El pasado año lo vi cantando y como batería, pero no fue lo mismo. Casualmente, yo más bien creo que no, el disco al que más recurrió siguió siendo este del que hablamos.

En su currículo tenemos también a The Blackbirds, SpeakLow, The Sweet Vandals, colaboraciones con The Poets of Rythm o The Soul Snatchers y hasta giras con Irma Thomas. A Julián le encanta el soul y el funk, pero también el rock setentero más clásico, los aires country y sureños e incluso la libertad creativa del jazz. Además en este disco participaron más de 20 músicos entre los que destacaba Ken Stringfellow, con su que pone su voz en el espeluznante y emocionante lento «Through An Early Honeymoon». Una delicia que combina guitarras y teclados con un aroma a los Pink Floyd de mediados de los 70, para mí los mejores.

Pero el disco comenzaba ya magníficamente con un ensoñador «I Must Have Been Dreaming» que al igual que la exquisita «We Can’t Keep On Waiting For Good Times To Come» (que tocaba aún el pasado año) me recuerdan para bien al 461 Ocean Boulevard, una de las cumbres indiscutibles de Clapton. Claro que ya decía que le encanta ese sonido y el de bandas como Traffic. ¡Genial Hammond, geniales guitarras, espléndidas canciones! Mas rockero y cercano a Allman Brothers y hasta a Deep Purple se nos presenta en «Leave It In Time», otra que continúa en su repertorio. Los ecos del Clapton de Derek & The Dominoes y pinceladas JJ Cale surgen en un maravilloso lento también con toques swing como «Get Ready Get Strong», aunque el protagonismo de la guitarra de Cale cedía más espacio a los teclados de Maeso. Otro momento culminante eran los más de 7 minutos del tema titular con soul crepuscular y espectaculares coros de la ex cantante de Freedonia, Aurora García y la Sweet Vandals, Maika Edjole. Para acabar más soul, pero con añadido de dosis funk. Una sorprendente, animada y bailable versión del «A Change Is Gonna Come» de Sam Cooke. ¡Uno de nuestros más grandes músicos y su mejor trabajo, pero que esperamos supere este mismo año!

 

Txema Mañeru

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