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Iggy Pop, «no tenía sentido continuar con los Stooges sin Scott» / #EnRutaEnCasa

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Registrado en secreto en el desierto de Joshua Tree y financiado de forma independiente, Post Pop Depression se inspira en el sonido los dos trabajos perpetrados junto a Bowie en los 70, The Idiot y Lust for Life, para dar como resultado la colección de canciones más sólida de Iggy en décadas, y el que podría ser a la postre su testamento discográfico. Esta es la última entrevista publicada con Iggy en Ruta 66 a propósito de este álbum pero repasamos aspectos de su vida como la relación con Homme, Bowie o los Stooges.

Aunque Iggy nunca ha dejado de darnos alegrías encima de los escenarios, hacía mucho tiempo que la musa no le visitaba, perdido entre insulsas intentonas de destacar como crooner en solitario y cuestionables obras que pretendían formar parte del legado de The Stooges.

En realidad, sus resultados discográficos siempre han dependido en mayor o menor medida de las mentes detrás de sus proyectos, capaces de poner orden en el caos creativo de la Iguana y de dar salida a una personalidad artística poseedora de más registros de los que habitualmente se le presuponen.

Así, a la lista de sus salvadores habituales –David Bowie, James Williamson- debemos sumar el de Josh Homme, líder de Queens of the Stone Age y artífice de las Desert Sessions. Contactado directamente por Iggy a través de un mensaje de texto, el ex Kyuss recogió el guante y reunió a una alineación compuesta por el bajista Dean Fertita (Queens of the Stone Age) y Matt Helders (Arctic Monkeys).

Registrado en secreto el año pasado en el desierto de Joshua Tree y financiado de forma independiente, Post Pop Depression se inspira en el sonido los dos trabajos perpetrados junto a Bowie en los 70, The Idiot y Lust for Life, para dar como resultado la colección de canciones más sólida de Iggy en décadas, y el que podría ser a la postre su testamento discográfico.

El cantante saluda efusivo desde Miami, donde posee varias propiedades y reside habitualmente. Extremadamente educado y sereno, es evidente que hace mucho tiempo que el kamikaze quedó atrás. Con su situación personal y financiera en orden tras su último matrimonio y su lucrativa segunda vida al frente de The Stooges, ha aprendido por fin a disfrutar de su posición en el negocio y ve cerca su retirada.

Lo más sorprendente de Post Pop Depression es su variedad de registros. Se nota que esta vez no querías hacer simplemente otro disco de rock

Buscaba crear un álbum sólido, tanto musical como conceptualmente. Contacté con Josh Homme y él entendió a la primera mis prisas para conseguirlo, en un momento en el que mi trayectoria estaba claramente estancada. Josh lo entendió desde el princpio: necesitaba resurgir con algo potente, ¡y necesitaba hacerlo ya!. Sobre el resultado, aún es pronto para decirlo, pero hacía muchos años que mis allegados no disfrutaban tanto con uno de mis discos, y eso seguro que quiere decir algo (Risas).

Foto: Xavier Mercadé

¿Por qué tanto interés en trabajar junto a Josh Homme? ¿Estabas familiarizado con su música?

La verdad es que no. Pero un conocido mencionó su nombre, y cuando escuché su último trabajo con Queens of the Stone Age, Like clockwork… supe que era la persona adecuada. Buscaba a alguien que, además de talento, tuviera el respeto del público del Rock. Su música es muy poderosa, pero es delicada al mismo tiempo. Josh es un compositor muy elegante y sabe dosificar su fuerza, utilizar los silencios y dejar espacio al resto de músicos, que era algo que me interesaba mucho.

Josh está en la élite del Rock actual después muchos años puliendo sus habilidades, y el público es capaz de reconocer y admirar su excelencia. Otro aspecto interesante es que es una persona abierta de mente. Si escuchas sus proyectos como las Desert Sessions, ahí demuestra que es capaz de afrontar mil estilos diferentes, sin perder de vista un aspecto clave: que la música emocione. Y eso era exactamente lo que yo quería conseguir.

 

¿Va a ser realmente tu último disco?

Bueno, no tengo ninguna prisa por… (Pausa) A ver, el negocio de la música ha cambiado mucho, y ahora mismo es muy limitado. En cuanto a la industria discográfica, los sellos se absorben unos a otros, y si firmas con una compañía importante al final nunca sabes quien es su propietario real, ni si hay realmente alguien dentro que crea en ti y en lo que haces. Desde mi posición, eso es algo muy incómodo, y por eso decidimos autofinanciar este disco.

Y desde el punto de vista creativo, no es mucho mejor. Da la impresión de que hoy en día el rock está muy compartimentado en pequeñas escenas, que se van volviendo cada vez más y más especializadas, y no hay mucho margen para experimentar. A mis 68 años, creo que he hecho muchas cosas relevantes: estoy satisfecho de muchos de mis discos, y mucha gente ha venido a mis actuaciones y se han ido a casa con la sensación de haber presenciado un gran show. Pero sí, tengo la intuición de que no haré más discos.

En uno de los temas nuevos, Sunday, cantas: “this job is a masquerade of recreation”

Puedes leerla literalmente, ¡creo que se explica por sí sola! Resume tanto mi pasado como mi presente, eso de “ser un símbolo”. El concepto detrás del disco era la veteranía, como después de tantos años de carrera eres una especie de mezcla entre un psicópata y un veterano de guerra un poco tocado (Risas).

Para ser sincero, muchos artistas con carreras largas te dirán que aman ese estilo de vida… y yo te digo que mienten (Risas). Es maravilloso emprender nuevos proyectos, pero la típica vida girando sin parar te vuelve loco. Y no me quejo, en realidad es un trabajo de puta madre, pero nadie habla del stress ni de la inseguridad que ese estilo de vida lleva aparejado. Pero llegado el momento tienes que parar, reflexionar y preguntarte qué viene a continuación, y muchas de estas canciones son la respuesta a esas preguntas.

¿Y qué aportó de especial Homme como productor?

Él es un músico mucho más versátil que yo. Mis habilidades como compositor son sólidas, pero más básicas por así decirlo, mientras que él tiene muchos más recursos. Es una persona muy cerebral, y más que un productor o mentor, ha sido como mi médico de cabecera, capaz de ver qué era lo que fallaba y de insuflarme salud artística.

En cuanto a sus motivaciones, creo que le sirvió para evadirse un poco. Cuando estás en un grupo tan famoso como Queens of the Stone Age y te pasas dos años de gira mundial, tu vida se convierte en el clásico ciclo de estrella de rock, y eso es peligroso para tu salud mental. No quieres eternizarte en la clásica repetición disco-gira-disco, y abordar otros proyectos te da oxígeno.

Desde el primer día, propuso una grabación totalmente artesanal, con todos nosotros durmiendo, comiendo y cenando en la misma casa durante esas semanas. En cierto modo, nos desafiamos para dar lo mejor de nosotros mismos y fue una grabación divertida. Me recordó un poco a lo que hacían los Beatles, los Kinks y los grandes grupos británicos de los 60, simplemente unos tipos sentados en una habitación discutiendo, sugiriéndose pasajes y melodías hasta dar con la clave correcta.

Foto: Dena Flows

Resulta evidente que buscabais recrear el sonido de The Idiot y Lust for life, tus primeros trabajos en solitario con David Bowie

Fue idea de Josh. Yo en realidad estaba abierto a cualquier cosa que me propusiera. Pero él me comentó que The Idiot y Lust for life eran dos de sus discos favoritos, y que todo el mundo los consideraba mis mejores obras en solitario. Ambos llegamos a la conclusión de que sirvieron de soporte a mi carrera, pero que después de publicarlos recorrí un largo camino, como si me propulsaran en un cohete, hasta perderlos de vista. Ahora era, por lo tanto, un buen momento para echar la vista atrás y revisar sus aciertos para crear nueva música.

Meses antes de empezar a trabajar, le envié por correo postal un montón de documentos en los que detallaba la grabación de ambos, canción por canción. No quería convertir eso en una puta clase de Historia (Risas), pero fue un buen punto de partida.

¿Qué lecciones extrajisteis de aquellos días a la hora de encarar el nuevo material?

Creo que Josh pudo relajarse un poco al comprobar que había sido un trabajo 100% colaborativo entre Bowie, yo, y el resto de músicos. Que no iba a tener que hacer todo el puto trabajo (Risas). A nivel puramente musical, su éxito demuestra que es posible ser experimental, utilizar todo tipo de instrumentos extraños, pero conseguir expresar sensaciones humanas a través de la música.

¿Y qué crees que era lo que hacía tan especiales a aquellos dos discos?

La que ha sido al mismo tiempo la maldición y la bendición a lo largo de toda mi carrera: que no encajaban en su época ni en lo que se esperaba de mi. No sé si estaban adelantados o no a su tiempo, pero lo que es cierto es que no tenían nada que ver con lo que estaba de moda entonces.

Eso es una bendición porque pude hacer siempre lo que quise, pero una decisión suicida a nivel financiero. Bowie, por ejemplo, siempre fue un maestro a la hora de estudiar el mercado y calcular las posibles reacciones del público, pero yo nunca presté la más mínima atención a eso. Sé que debía haberlo hecho, pero durante mucho tiempo la parte de mi que tenía que prestar atención a los negocios y a mi futuro estuvo, digamos, dormida (Risas). Aunque, para ser totalmente sincero: tampoco me importaba una mierda (Risas).

En The Idiot, Bowie experimentó contigo para probar cosas que después haría en su etapa berlinesa. ¿Eras consciente de ello en aquel momento?

Totalmente. Era como un mono con el que experimentaban enviándolo al espacio. El pequeño mono de David (Risas). ¿Pero sabes qué? Lo disfruté muchísimo, porque trabajar con Bowie era increíble, y tuve la suerte de poder trabajar con su sección rítmica, con músicos top, rollo Hollywood como Tony Sales y otros mucho más vanguardistas como Carlos Alomar. Y supongo que yo era el freak al que intentaban domesticar (Risas). Y David estaba en un momento de su carrera en el que podía hacer lo que quisiera, y la creatividad era desbordante.

Bowie me utilizó en The Idiot para moldear aquella música tan loca que sólo él escuchaba en su cabeza (Risas) y todos nos dejamos llevar. La música tenía mucho groove, y en vez de pulirla, todos intentábamos deformarla, que sonase más y más extraña añadiendo todo lo que teníamos a mano: sintetizadores, maquinas que hacían pitidos extraños, instrumentos viejos que parecían fuera de sitio… Muchas veces Bowie decía: “OK, grabar esto parece una locura, pero a Iggy le gusta, así que vamos a dejarlo tal cual” (Risas). De ahí que siga teniendo esa frescura. No fue una grabación nada profesional. Más que una grabación, fue una violación (Risas).

Todos sufrimos un shock cuando supimos que Bowie había fallecido en enero. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos de trabajar junto a él?

Aaaah, siempre digo que más que un mentor, David me resucitó artísticamente. Pero lo que recuerdo con más cariño es lo divertido que era trabajar con él. Para The Idiot, empezamos las sesiones en una mansión en Francia, y después teníamos que dejar la casa y mover todo el equipo a Alemania. Es un proceso aburrido, porque te obliga a pasarte un día entero supervisando al personal, con muchos ratos muertos. Había un gran piano en una habitación que no habían sacado todavía, y en un momento dado Bowie y un colega suyo aparecieron disfrazados con máscaras de Halloween, y él se puso a aporrear aquel piano, medio en broma, solo por pasar el rato. Yo le dije: “Hey, espera, sigue tocando eso”, cogí una libreta y en cinco minutos ya había escrito la letra del tema, que acabó siendo «Nightclubbing».

Más tarde fuimos a otra habitación y me puse a hacer el tonto con una pequeña caja de ritmos que era casi de juguete. No sonaba nada profesional pero les convencí de que me dejaran grabarla para la pista básica del tema. Y esa pista se sigue sampleando hoy en día.

¿Qué hay de los Stooges? ¿das la reunión for finalizada?

Sí, definitivamente. Los dos miembros de los Stooges a los que me sentía cercano han muerto. En realidad, la reunión se tenía que haber terminado antes. Hice la última gira como un favor hacia Scott (Asheton), porque necesitaba apoyo financiero, y no pude negarme. Cuando falleció, no tenía sentido continuar: no quería que nos convirtiéramos en uno de esos grupos con un solo un par de miembros originales.

¿Y no te planteas volver a colaborar junto a James Williamson?

No. Hace un par de años James Williamson decidió regrabar las canciones que habíamos escrito juntos con otros cantantes (Nota: se refiere al disco Re-Licked). Esa fue su opción. Y le deseo toda la suerte del mundo.

Nunca fuisteis realmente amigos, ¿verdad?. Más bien rivales

Creo que tanto él como yo intentamos ser amigos en un momento dado. Y supongo que nunca funcionó.

Pero nuestra reunión no tenía nada que ver con la amistad, sino de conseguir el crédito que merecíamos, tanto a nivel artístico como financiero. De modo que estoy muy satisfecho, por mi y por ellos, de haber tenido la oportunidad de vivir esa segunda etapa. Durante muchos años, fue jodido ver cómo se nos consideraba los pioneros de un estilo y eran otros los que se llevaban la pasta. Incluso cuando veía a todos esos raperos haciéndose ricos, paseándose en descapotables con novias impresionantes, pensaba que esos tipos debían haber sido mucho más listos que nosotros. Pensaba, OK, soy una leyenda pero, ¿dónde ostias está mi cochazo, mi piscina y mi novia de 20 años? (carcajadas). De modo que, finalmente volvimos, y conseguimos todas esas cosas (risas). Y en lo musical, creo que el público pudo ver a la mejor versión de la banda.

¿Estás satisfecho con los álbumes de The Stooges que grabaste tras la reunión, The Weirdness y Ready to die?

Creo que son trabajos dignos, aunque yo no tuve mucho que ver a nivel creativo. En The Weirdness toda la música era de Ron (Asheton), y yo me limité a componer las letras, era exactamente el disco de The Stooges que Ron llevaba años queriendo grabar conmigo, y también fue suya la idea de hacerlo con Steve Albini. En Ready to die, James quiso llevar las riendas, y asegurarse de que ésta vez nadie iba a interferir en sus composiciones, y así se hizo.

Tus dos trabajos en solitario, Preliminaires y Après, probablemente estaban más cercanos a lo que querías hacer en aquel momento

Eran totalmente honestos, independientemente de que algunas personas no los entendieran. Sinceramente, estoy tan acostumbrado a tomar decisiones erróneas en mi carrera, que si esos discos también lo fueron, la verdad es que no me importa nada.

Preliminàires estaba basado en la obra de Michel Houllebecq, con el que también has colaborado. Más que un escritor, es casi una estrella de rock

Si, veo ese paralelismo. Es un escritor con muchos cojones (Risas), un gran observador de la cultura de la celebridad de nuestra época y sabe como meter el dedo en la llaga y provocar una reacción, algo que el rock conseguía en su mejor época.

Me divertí trabajando con él, aunque fue un poco raro: yo estoy medio sordo, y él apenas habla inglés (Risas), pero pasar tiempo fue muy interesante interesante. Tiene una fachada muy seria pero en realidad es como un gran humorista, una persona muy mercurial. Hemos vuelto a colaborar en un documental que está filmando acerca de uno de sus poemas.

¿Qué hay del futuro? ¿De verdad vas a retirarte?

Bueno, aun tengo por delante la gira de presentación de este disco. Después… quien sabe. Normalmente el tiempo es fantástico en Miami, y no me importaría pasarme el resto de mi vida al sol en la playa. Si alguien me ofrece un proyecto interesante, tal vez aceptaría. ¿Quién sabe? Quizá grabe un disco para niños (carcajadas).

Texto: J.L. Fernández

Entrevista publicada en el número de abril de 2016

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