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Fountains of Wayne, «no hay nada malo en ser gente corriente» / #EnRutaEnCasa

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Ayer nos llegó la noticia del fallecimiento de Adam Schlesinger a los 52 años. Recuperamos la última entrevista que nuestro compañero Fernando Navarro le hizo en marzo de 2008 (Ruta 66 nº 247).

En activo desde 1996, se dieron a conocer masivamente en 2003 con «Stacy’s Mom», uno de los singles del flamante Welcome Interstate Managers. Su nuevo álbum, el primero desde entonces, no va en la misma dirección.

Como toda gran banda de power-pop, Fountains of Wayne tienen la clave para conseguir que la escucha de sus mejores canciones cause una repentina y asombrosa alteración de adrenalina, llena de buenos presagios. Si rompen tus defensas, te hacen abrazar sus melodías, rebosantes de riffs y armonías vocales, con la misma pasión desnuda con la que se siente que determinado día que brilla el sol es lo mejor que te ha pasado en semanas.

Puede que este grupo, de los más aplaudidos hoy en EE.UU., sea lo mejor que les ha ocurrido a los dos compañeros de escuela que decidieron formarlo, Adam Schlesinger (bajo) y Chris Collingwood (guitarra y voz), para dar su propia versión de la imaginería pop de grandes vuelos. Acompañados por el ex Posies, Brian Young (batería), y el inclasificable ex miembro de los londinenses Belltower, Jody Porter (guitarra), la formación afincada en Nueva York ha forjado relucientes gemas de power pop, aunque su cancionero también se adentra en senderos acústicos propios del country-folk americano.

Sin llegar a alcanzar la categoría de superventas —menos en Japón, donde hay fiebre por ellos— ni tampoco un éxito definitivo, la crítica acogió con rotunda celebración Welcome Interstate Managers (2003). Sin embargo, los chicos se lo tomaron con calma y, bajo cierta repercusión mediática, publicaron Traffic And Weather (2007), otra vuelta de tuerca, ciertamente algo desenroscada, a los desafíos melódicos de la banda. Bien es verdad que lo habían avisado en algunas entrevistas previas: vamos a lo nuestro. Pese a todo, la mayoría de los fans tenía suficiente con escuchar temas como «Mexican Wine» o «Bright Future in Sales», que cuatro años después todavía se seguían radiando por las emisoras como la primera vez.

Este escribiente pudo comprobarlo en vivo en la Gran Manzana. Abducidos por el efecto «Stacy’s Mom», el single con el que se colaron por primera vez en lo más alto de las listas, muchos seguían pidiendo sus éxitos como si no hubiese otra cosa en la vida. Mientras tanto, uno pensaba que Traffic And Weather era una pompa con poca cosa interesante dentro. Pero sobre el escenario del Webster Hall, los Fountains of Wayne se lanzaron en tropel a defender un cancionero redondo y dinámico. Imposible resistirse. Bien lo saben aquellos que los han visto en la reciente gira española.

Dicen sus detractores que les pierde la exquisita limpieza de sus composiciones, la falta de garra de sus letras, pero en esas píldoras melódicas se dibujan las personas corrientes, entre oficinistas y adolescentes, que abundan por las calles de cualquier ciudad del siglo XXI. Además, rutero de raza, quitemos formalidad al asunto. El pop sólo suele ser un buen chiste. Quién mejor para contarlo que el irónico Adam, la empatía del género por excelencia.

¿No crees que un hit del calibre de «Stacy’s Mom» os podía haber hecho morir de éxito?

(Risas) Bueno, nunca nos metemos a un estudio con la idea de hacer un éxito. Tampoco somos una banda de hits. Sólo grabamos lo que nos gusta. Pero, sinceramente, nos sentimos muy afortunados de haberlo conseguido con «Stacy’s Mom». Cuando compones la canción, realmente no tienes ninguna expectativa de lo que puede ocurrir con ella. No podemos calcular lo que sucederá después de grabarla.

Con Welcome Interstate Managers dejasteis el pabellón muy alto.

Vaya, gracias. Eso está bien. Pero lo que buscamos es hacer algo un poco diferente y no repetirnos con la misma cosa. Me gusta mucho Traffic And Weather. Creo que el álbum muestra otra versión de nosotros.

En mi opinión, no saca vuestra verdadera energía. Es posible que sea algo que pasa con las bandas de power pop, que cegáis tanto con algunos temas que tal vez no vemos con los mismos ojos lo que viene luego.

De verdad, creo que es material distinto y que no se puede comparar. Nosotros no componemos pensando en lo que hemos hecho antes. Sólo grabamos lo que nos gusta en ese momento. En Traffic And Weather, metimos un poco de electrónica porque nos parecía bien, pero tampoco demasiado. Me gusta lo que hemos hecho. Es un álbum diferente, tampoco mucho, y es un disco también interesante, que tiene otro tipo de sensaciones.

La presentación del álbum en el Webster Hall es cierto que sonó arrolladora con la sección de viento de la escuela de música de Nueva York. ¿Crees que hay temas pensados más para el directo que el estudio?

Sí, lo he pensado una vez que escuché lo que hacíamos en vivo. Algunas canciones suenan mejores en el escenario que en el álbum. Tal vez porque en directo son más agresivas y tienen ese toque rock que a veces puede desprender más energía.

Al terminar la actuación Jody Porter machacó su guitarra contra el suelo a lo Pete Townshend.

¡Sí! A veces le da por romper las guitarras. Creo que no debería hacerlo, son muy caras.

Sobre el escenario, tú y Chris parecéis chicos buenos en comparación con él.

(Risas) Ya te digo. No podemos hacer nada, ja, ja, ja…

Pero os ha costado ir al estudio. ¿Tuvisteis que asimilar vuestro salto como gran banda de referencia del pop norteamericano?

Somos muy perezosos (risas). También es cierto que nos tomamos nuestro tiempo para hacer las cosas bien. Después de estar con un álbum un año y medio o así, presentándolo y girando, necesitamos tener un descanso. Luego, tienes que componer y reunir todo el material nuevo y a toda la banda.

Chris y tú firmáis juntos todos los temas. ¿Cómo os las arregláis para componer?

Antes solíamos escribir juntos las canciones pero ya no lo hacemos desde hace mucho tiempo, al menos en los dos últimos discos. Compartimos los créditos pero escribimos por separado. Enseñamos el uno al otro lo que tenemos y lo tocamos hasta decidir qué canciones seleccionar para el álbum.
Traffic And Weather tiene varias referencias musicales desde el pop delicado hasta el rock-dance.

¿Pensáis de antemano cómo tienen que sonar vuestras canciones?

No vamos nunca al estudio con un sonido predefinido. Vamos probando cosas y así hasta que tan sólo elegimos algo. No planificamos al detalle lo que queremos. Hacemos frente a cada canción de manera distinta y desde muchas perspectivas. Eso puede hacer que algunas composiciones sufran cambios de lo que eran al principio. Nos gusta hacer discos muy sónicos, que guarden variedades. Creo que tenemos muchas influencias diferentes porque nos encanta mucha música desde los años sesenta hasta los noventa. Probablemente conozcamos demasiados álbumes.

¿Algún grupo o músico a destacar en el universo de los Fountains?

Creo que los que son más obvios son los Beatles. Sin embargo, nos encantan un motón de artistas que no podría enumerar. Este pasado verano tocamos con Crowded House, con los que hemos crecido musicalmente desde el comienzo y están en nuestras preferencias. En mi caso, ahora estoy escuchando bandas actuales como Office, de Chicago, o Spoon.

Vuelves a ser productor en este disco, por lo que tienes mucha culpa del sonido de la banda.

Tengo un estudio de grabación en Nueva York. Me siento muy a gusto trabajando en el sonido. No me causa ningún problema dedicarme a ello. Decidí encargarme de la producción y así se lo dije a Chris, que ayuda cuando puede. También ayudó en las mezclas Michael Brauner (ha trabajado con Coldplay y Paul McCartney, ndr), que vive en Nueva York y es muy bueno. Hay temas que creo que quedaron muy bien como «I-95» o «Strapped for Cash», aunque tengo que decirte que me gustan todos.

¿Es cierto que fuiste pianista antes de ponerte a los mandos del sonido e incluso coger una guitarra?

Sí. Estuve tocando el piano durante mucho tiempo. Empecé cuando era un chaval y seguí de adolescente. También toqué el órgano. Pero me di cuenta que, si formaba parte de un grupo, ahí atrás no podría moverme en el escenario, así que decidí aprender a tocar la guitarra. Ahora soy bajista por casualidad. Es un trabajo más difícil de lo que parece. Aún así sigo tocando el piano en el estudio cuando puedo.

Alguna vez se os ha criticado por ser una banda sin mensaje. El grupo ideal para adolescentes con dinero y buen oído pero sin compromisos vitales importantes. ¿Qué piensas?

Nuestra música cuenta historias y tiene personajes pero realmente no creo que seamos una banda con mensaje. Somos un grupo de pop, que intentamos divertir a la gente con lo que hacemos sin querer influenciar a nadie. No tenemos un mensaje político ni hacemos canciones que intenten tener una repercusión social. Yo sería más infeliz si mi música no le gustase a nadie…

En cambio, el diario New York Times escribió que tenéis un valor añadido porque sois capaces de ilustrar al ciudadano urbano corriente de ahora.

Tal vez alguien pueda definir lo que contamos mejor que nosotros que lo componemos (Risas). No creo que llenemos nuestros discos con perdedores existenciales ni con gente por completo feliz. Nuestras canciones cuentan cosas cotidianas que tienen que ver con nosotros. Aunque, según leí una vez, Stephen King es uno de nuestros mejores fans. ¡Eso está muy bien!

 

+ INFO
La relación de Adam Schlesinger con el cine es muy productiva. Compuso el tema central de la película de Tom Hanks, Los Wonders (1996). La última fue la banda sonora de Tú La Letra, Yo La Música (2007). Sus fans deben asimismo buscar Out-of-State Plates (2005), un recopilatorio de caras B y versiones en directo — Baby One More Time, de Britney Spears— con un par de canciones nuevas.

Texto: Fernando Navarro

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