Encuentros

Real Estate, odio frente a la indiferencia

Tras un largo lapso de tres años, los estadounidenses vuelven con el que será su quinto álbum. “The Main Thing” es un punto de inflexión, pero también una historia sobre nuevos comienzos. Real Estate se reinventa con nuevos sonidos que siguen la estela indie-rock. Es, posiblemente, su disco más humano hasta el momento: a través de sus propias inseguridades, la banda vuelve con los que posiblemente sean sus temas de mayor intensidad hasta el momento. 

“The Main Thing” es el segundo álbum que grabáis sin Matt Mondanile. ¿Su salida y la llegada de Julian Lynch han contribuido a crear una “nueva” banda?

Alex Bleeker: Sí, por completo. Yo diría que hemos ido a mejor en todos los aspectos posibles.

Entonces, además de musicalmente, ¿también en el lado humano del grupo? [Matt Mondanile fue expulsado del grupo por comportamientos sexuales inapropiados con una mujer]

Ambos: Sí, sí.

Eso me parece interesante, porque creo que los sonidos de “In Mind” y este último álbum presentan una evolución bastante obvia.

Martin Courtney: Sí, yo creo que la evolución ocurrió sobre todo a partir de “In Mind”, que representa en cierto sentido la entrada de Julian [Lynch] en la banda. Cuando grabamos ese álbum él se había unido tan solo unos meses antes a la banda.

AB: Aún era tímido entonces, porque actuaba como si él todavía no perteneciese a la banda, como si fuese solo nuestra. Como si él solo fuese una ayuda temporal.

MC: Obviamente queríamos que se sintiera bienvenido, que participase, porque además es nuestro amigo. Pero, claro, lleva tiempo formar un bloque, una banda completa en el sentido de unidad. Ahora, sin embargo, creo que somos un grupo completamente formado.

¿Matt y Julian eran amigos vuestros, no? Todos crecisteis juntos.

Ambos: Sí, sí, en Nueva Jersey.

Creo que esto guarda cierta relación con este álbum en concreto. Quizás esto se encarna sobre todo en Paper Cut, una canción de la que vosotros mismos habéis dicho que habla sobre crecer, madurar… ¿Es “The Main Thing” un álbum existencial para la banda?

MC: ¡Definitivamente! Yo creo que “existencial” es una buena palabra para definirlo. Representa más o menos ya no solo esa canción, sino muchos de los otros temas que componen el disco. En parte era como una oportunidad de explorar: llevamos tiempo haciendo esto, Julian, Alex y yo somos viejos amigos desde hace años… queríamos ver cómo podíamos seguir manteniéndonos nuevos y cómo podíamos también seguir siendo atractivos en ese sentido. También intentamos hacer algo que nos hiciese sentir que valía la pena trabajar por ello, porque ahora ya somos todos adultos, vivimos en un mundo complejo con el cambio climático, problemas políticos… a lo que en mi caso se añaden dos bebés.

AB: Personalmente voy a decir también que creo que “existencial” es una buena palabra para comprender este nuevo álbum, porque en cierto momento nos preguntamos el sentido de que la banda siguiese existiendo. Quiero decir, obviamente queríamos continuar existiendo, pero era como si necesitásemos una razón para ello. Por ejemplo, preferiríamos que la gente odiase el disco a que le resultase indiferente [ríe].

Sin embargo, fue como un paso natural, ¿no?

AB: Fue natural, pero difícil [ríe].

MC: Fue natural en el sentido de que nosotros queríamos empujarnos a romper ciertos límites a los que estábamos acostumbrados.

Claro. Me refería precisamente a que no pensasteis de manera consciente en hacer un cambio determinado, sino que simplemente surgió sobre la marcha.

AB: Sí, éramos resistentes a esa idea. Y aún así, hay gente que dice que no hemos cambiado demasiado, pero… ¡somos la misma gente y solo han pasado tres años! Para algunos es como si esperasen que saquemos un álbum de hip-hop.

MC: Voy a hablar solo por mi, pero creo que no tiene ningún sentido forzarse a probar cosas nuevas si uno no se siente preparado. Me refiero a que yo, por ejemplo, no voy a empezar a tocar de repente el saxofón de forma arbitraria.

AB: De todos modos, digan lo que digan creo que entre nuestro primer y último álbum sí hay un gran cambio. Es muy difícil no apreciarlo. Sin embargo, evidentemente entiendo que haya gente fuera de esta clase de música que le parezca toda igual, claro. Creo que para nosotros en esta ocasión también ha habido un cambio de actitud que, finalmente, se ha trasladado a lo musical. Es ahí donde me parece que está la clave de todo.

Hay gente que os califica como “música de playa” o “música para tener de fondo”, pero creo que aquí, desde luego, hay un cambio por completo.

AB: Sí, hay gente que siempre habla de nuestra música como si fuese muy chill [ríe]. De hecho, quizás todo este cambio tenga que ver con que el momento en el que estábamos no era nada tranquilo, sino al contrario.

Entiendo que ponéis mucho de vuestra vida privada en todo lo que hacéis, algunos especialmente. Martin, ¿cómo se traslada a “The Main Thing” tu vida personal con tu mujer y tus hijos? Siempre comentas lo que te preocupa dejar de lado ese aspecto de tu vida.

MC: Líricamente hay mucho que trata sobre eso en este disco, desde luego. En parte, es la clase de situación que nos llevó a este tipo de cambios. Quiero decir, es muy raro tener hijos y trabajar como músico. Ya no solo por el tiempo que pasas fuera, sino porque parece que es una tontería: ¡mi trabajo es tocar la guitarra! A veces me sentía casi dentro de un trabajo completamente vacío y superficial, y parte de “The Main Thing” surgió de este sentimiento y esta necesidad de hacer algo que sea significativo, importante. No solo por mi, sino también por mis hijos. ¿Es egoísta ser un artista? Probablemente sí, al menos a veces yo me siento así. Sin embargo, esto también consiste en hacer algo que te gusta, algo por lo que tienes pasión. En este sentido, creo que esto puede proporcionar ciertos valores. Es también una forma de darles ejemplo.

AB: Creo que es bonito que hayamos nombrado al álbum “The Main Thing”, porque la canción homónima habla mucho sobre esto. Se produjo por esta pregunta de si llevar esta vida es una decisión responsable. Y personalmente creo que sí, no creo que sea más responsable, por ejemplo, perseguir una nómina o transmitirles valores completamente materialistas. Lo que queríamos decir es que lo importante es intentar hacer lo que amas.

MC: Sí, eso es lo que yo creo que puede conseguir que seas feliz.

¿Y qué hay de vuestras influencias sonoras? He leído que siempre intentáis recrear a The Beatles. Recuerdo que hicisteis ciertas referencias a “Two Arrows”, la canción del anterior álbum.

AB: ¡Y quién no! [ríe]

MC: Sí, había claras referencias en esa canción a “I Want You (She’s So Heavy)”. Pero no es nuestra influencia principal, ni mucho menos. Creo que nuestra huella melódica está muy repartida por el universo de la música pop.

AB: Es muy difícil saber de dónde provienen esta clase de influencias de manera consciente, porque somos una banda de cinco personas en la que todos aportamos muchísimo a la música que hacemos. Martin [Courtney], por ejemplo, ha hablado a veces de la referencia que supone para nosotros “Avalon” de Roxy Music en cuanto a la producción, un disco que creo que es maravilloso. Nos gusta mucho el maridaje que presenta entre la accesibilidad de ciertos temas, casi de radiofórmula, y el territorio tan extraño en el que se adentra luego.

Eso es complicadísimo.

AB: ¡Mucho! También hablamos de Stereolab y de cómo consiguieron ese mismo efecto. Su trabajo de producción también es sensacional.

Sin embargo, en “In Mind” vuestro productor os solía decir una y otra vez que tocaseis como niños.

AB: Sí, sí. Al principio no entendía lo que quería decir con eso, pero en retrospectiva creo que se refería a que nos olvidásemos de que éramos una banda en un estudio, que no pensáramos en el disco que la gente iba a escuchar, sino tan solo en tocar como nos gusta hacerlo. Sin embargo, nuestro productor en este álbum [Kevin McMahon], nos conocía desde que éramos niños y fue una experiencia completamente opuesta. Por ejemplo, siempre nos preguntaba por qué hacíamos lo que hacíamos.

MC: Sí, siempre nos preguntaba las razones que estaban detrás de todo lo que creábamos o intentábamos crear.

AB: Buscaba hacernos reflexionar sobre lo que estábamos haciendo, encontrar el motivo por el que hacíamos lo que hacíamos. En cierto modo, como sabía que nos conocíamos desde hace tanto tiempo, no quería que actuásemos de modo automático. Fueron dos formas completamente distintas de afrontar la grabación.

Sin duda, es una forma muy analítica de trabajar. Es casi psicoanálisis.

AB: Es más bien algo psicótico [ríe].

MC: Lo cierto es que pasamos mucho tiempo en el estudio para grabar este álbum, pero una gran porción fue solo para sentarnos a hablar en la sala de producción. No para probar ciertos sonidos, o escuchar lo que habíamos hecho hasta entonces, sino para hablar. Y fue un tiempo muy productivo, desde luego, pero hablábamos durante horas.

AB: Fue incluso emocional, ya que ahondamos un poco en el trabajo colectivo. A eso se une el hecho de que, como ya dije, fue un momento emocionalmente complicado para nosotros como banda. Kevin [McMahon] es un tipo muy interesante, es casi único en lo personal y en su particular forma de trabajar, y con él habíamos hecho uno de nuestros mejores trabajos [“Days”]. Nos conocía ya desde hacía mucho tiempo, no fue que contratásemos a alguien cualquiera, sino que sabíamos que podíamos contar con él.

MC: Si no me equivoco, nos conoce desde hace prácticamente 16 años.

Es casi como un proceso circular. ¿Qué hay de la esencia melancólica que muchas veces desprenden vuestras canciones? Es como si hubiese un montón de nostalgia.

MC: Creo que a veces proviene de mi tendencia a gravitar en torno a composiciones muy melódicas. Para mi es una forma de trabajar muy agradable, claro, pero tampoco quise hacer nunca esa clase de canciones bonitas pero vacías. Quería algo que resonara, algo de lo que no te cansaras tan rápidamente. Creo que es importante, en la música que amo, encontrar una importancia determinada. En mi caso personal no es que quiera componer unas letras de gran relevancia, sino en algo que sean importantes para nosotros. Creo que en parte es algo subconsciente, pero en nuestro trabajo colectivo todos terminamos empujando ligeramente hacia atrás esa belleza pop que encierran muchas canciones.

Entiendo que debe ser frustrante la calificación que os hacen, a veces, como “música para tener de fondo”

AB: Sí, esa es la peor [ríe]

MC: Yo lo entiendo, porque supongo que se refieren a que es una música digestible, al menos en lo superficial. Y en cierto modo eso está bien, por supuesto. Lo que ocurre es que espero que la gente siempre vaya un paso más allá y digiera nuestra música también en otros niveles de profundidad.

AB: En cierto modo creo que esto también refleja la música que nos gusta: enseguida te puedes agarrar a algo, una música que te atrapa rápidamente, pero es también una obra en la que también hay cierta profundidad. Quiero decir, puede ser fácil de entrar a esa música, pero no por ello tiene por qué ser necesariamente superficial.

Texto: Pelayo de las Heras

Fotos: Jake Michaels

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter