Vivimos en una época donde las listas de éxitos están dominadas por canciones prácticamente calcadas, ritmos previsibles y sonoridades homogéneas. Y, todo ello, muy ligado a una práctica consumista de canciones muy comparable al “usar y tirar”. Reproduce y desecha, la canción de moda de hoy es la misma que la de ayer, pero con distinto nombre. Aun así, en estas condiciones adversas, todavía son tiempos de Rock & Roll y Psychotropic Swamp son una prueba fehaciente de ello.
Este conjunto catalán, nacido en estas aguas pantanosas, nos demuestran que todavía se pueden hacer canciones con personalidad propia, cómo se puede arriesgar y experimentar con la música. Su trabajo abarca desde sonidos psicodélicos a ritmos progresivos, tintes de rock sureño e influencias de puro blues. Una combinación perfecta que tiene como resultado su segundo disco titulado Coitus Interrumptus lanzado a finales del 2019.
Pregunta es obligada, ¿Quiénes sois?, y, ¿qué es Psychotropic Swamp?
Somos Albert (batería), Manu (guitarra), Adrián (bajo) y Sergio (guitarra y voz). Cuatro chavales de un pueblecito cercano a Barcelona llamado Martorelles. En 2015 nos juntamos para hacer música sin más pretensión que la de pasarlo bien, aquel día surgió Psychotropic Swamp. Un proyecto cocinado a fuego lento en el que buscamos tener una libertad creativa total.
Al escucharos, podemos comprobar que sois una banda influenciada por multitud de estilos musicales. ¿Cómo definiríais vuestro sonido?
Es difícil definirse a uno mismo, preferimos que la gente nos comente su percepción. Nuestra música es bastante ecléctica, y se nos referencia con muchas bandas y registros diferentes. Aun así, no dejamos de ser un grupo de rock con influencias clásicas, pero otorgándole un sonido moderno y actual.
Presentáis un sonido muy ligado a un carácter de rock psicodélico. Actualmente estamos viviendo un cierto repunte en el panorama musical de este tipo de influencias. ¿Cuáles creéis que son los motivos de este auge de la neo psicodelia?
Al final, como siempre, muchas veces las tendencias musicales tienden a ser cíclicas. Es normal que se acabe tirando a todos aquellos grupos y géneros que llevamos escuchando toda la vida, y que nos han influenciado.
¿Cómo sentís la escena musical, a nivel de bandas, en este momento? ¿Os identificáis con alguna banda local que se mueva en vuestra misma línea?
Francamente nos cuesta bastante encajar en un sitio concreto. Al hacer algo que no es tan definible se queda como a medio camino de todo. A nivel nacional hay muy buenas bandas que presentan proyectos muy interesantes.
Como nos habéis comentado, esta aventura comenzó en 2015. ¿Cómo ha sido vuestra evolución como conjunto?
Sí, esta andadura empezó en aquel verano del 2015, y hasta ahora. En todos estos años, hemos tenido una evolución muy natural, no hemos tenido prisa. El camino sonoro que nos define se ha ido dibujando, sin darnos cuenta, mientras tocábamos y componíamos.
Somos un grupo de amigos que hace música. Es innegable que hemos tenido momentos difíciles, pero lo hemos entendido como parte del aprendizaje, como forma del proceso de crecimiento.
Como resultado de ese aprendizaje, en 2019 habéis presentado vuestro segundo disco, Coitus Interruptus, un álbum que representa un viaje de ida y vuelta. ¿Cómo surgió la idea?
Nos motivaba la idea de poder hacer un disco de corte conceptual, emulando aquellos grandes artistas del rock progresivo como Pink Floyd, pero trasladándolo a algo más actual. Hemos respetado el concepto en cuanto a duración, estructura y recursos propios del estilo, pero buscando una visión musical abierta a diferentes registros, eso sí, manteniendo como hilo conductor el rock.
El proyecto en sí se ha estado gestando durante dos años prácticamente. Le hemos dado millones de vueltas hasta llegar a lo que hoy es.
Me encanta la idea de cómo habéis jugado con la idea del viaje incluso con el nombre del disco. La primera canción se titula “Coitus” y la última “Interruptus” y juntas forman ese “eterno retorno”. ¿Qué significan para vosotros estos dos temas?
Estos dos temas son instrumentales en su totalidad. La idea de ciclo, de empezar el álbum de manera instrumental y de acabarlo de la misma manera nos pareció una buena forma, clásica pero efectiva, de plantear el trabajo.
Coitus nos adentra en el principio de este viaje iniciático e Interruptus lo concluye, de manera que vuelve al punto de partida después de viajar a través del resto de los cinco temas centrales.
Esta última canción tiene además una doble conclusión estructural. Por un lado, acaba rescatando parte del último tema de la cara A (Glass dome) y por otro, concluye con el inicio cíclico de Coitus.
¿Cómo os afecta la revolución digital? Por un lado, te da opción a llegar más lejos, pero por otro, hay tanta cantidad de oferta que es bastante sencillo pasar desapercibido.
A nosotros nos ha ayudado bastante. En bandas pequeñas como la nuestra, la autogestión es la única herramienta que puedes conseguir.
Uno de los elementos más importantes de las bandas emergentes, a la hora de darse a conocer, siguen siendo las actuaciones en directo. ¿Qué significa para vosotros y cómo las vivís?, ¿qué pensáis de la carrera de festivales, en cual os gustaría participar?
Procuramos tener un directo lo más potente y cuidado posible. La verdad es que nos encantan las actuaciones en directo, poder tener ese espacio donde compartir con los demás tu trabajo, es muy agradecido.
De todos modos, nuestro propósito principal es el de pasarlo en grande y si tenemos la suerte de que al personal le gusta nuestra música pues ya es una fiesta. En cuanto a los conciertos en los festivales, nos gustaría estar en cualquiera que nos quiera tener en su cartel.
Próximos conciertos.-
- Sala Revolver (Murcia) el 29 de febrero.
- Sala Excalibur (Alcorcón) el 14 de marzo.
- The Cavern (Tarrassa) el 21 de marzo.
- Sala Almo2bar (Barcelona) el 25 de abril.
