Encuentros

Lie Detectors, la vida es una tómbola

 

 

¿El grupo más querido? ¿El más divertido? ¿El más original? ¿El que tiene las mejores pintas? Nuestros guipuzcoanos favoritos publican Long Play, su primer LP, y toca celebrarlo con cervezas, amigos y rock and roll.

La cita es un domingo de invierno al mediodía en el parque de atracciones del Monte Igeldo, en San Sebastián. Estamos a la altura de los autos de choque, en la entrada del recinto. El sol termina por desperezarse y el cielo se abre de par en par. La bahía de la Concha asoma a un lado. Txema, cantante de los Lie Detectors, dice lo que todos pensamos y no nos atrevemos a verbalizar: “¿No van a quedar fotos muy donostiarras?”. Pero el parque, decadente, kitsch y que tiene un peculiar aroma vintage, es perfecto para el universo detector. Txiki (bajo, coros) es el último en llegar. Cuando nos ve a lo lejos se pone a tararear el popular himno de feria «Coches Chocones» de Los Desgraciaus. Todos se parten de risa.

Sin un grupo como Lie Detectors el mundo sería más gris, previsible, plomizo. Los turistas que pasean por el parque los observan como especies exóticas en peligro de extinción. Txema Babón, Urko Roa, Eneko Etxeandia, Aitor Txiki y Álvaro Turrión posan con el descaro de los primeros Burning, visten como ángeles (y demonios) del rock de los 60 y 70, se miran en el espejo cada dos por tres para cuadrar sus flequillos y, la verdad, no se toman la vida demasiado en serio. Álvaro, que entró en el grupo tres años más tarde, se le ocurre preguntar cuándo van a comer. “Ahí tienes unos Doritos”, le responden. La cerveza es su alimento por excelencia, como queda demostrada en la canción «El regalo», estrenada en exclusiva en la web de RUTA 66.

Se juntaron un poco por casualidad en 2014 y aquellas canciones sobre las Chelsea boots, los discos de Graham Day y la felicidad beoda atravesaron unos cuantos corazones. Sacaron singles a cuentagotas. Se han pateado el circuito underground. Y cinco años después ahí siguen, sin manager, sin un plan trazado, con sus curros de siempre, pero ahora sí, con un LP (Long Play, Folc Records) bajo el brazo que grabaron el verano pasado en los estudios Garate de Andoain. En su debut en largo aúnan distintas sensibilidades: la más festiva y gamberra, pero también otra más introspectiva y oscura que se entreveía en sus caras B («Cymbalta», «Viajar»). La mochila va pesando un poquito más, aunque con ellos la guasa siempre estará presente. Es lo que Eneko, guitarrista y compositor principal junto con Txema, resume de manera muy gráfica, definitivamente detector: DRAMA-LAMA-DING-DONG!

– Los que os vimos en vuestro primer concierto en Hondarribia a finales de 2014 no dábamos crédito. Estábamos como en una nube, fue una especie de revelación. ¿Cómo lo recordáis vosotros?

Txiki: Como un concierto entre amigos. Vinieron todos los colegas. También teníamos los típicos nervios del primer bolo.

Urko: Yo estaba cagado.

Txema: Estábamos todos cagados.

Eneko: Estuvo guay. En el local veíamos que iba a funcionar, que por lo menos nuestra propuesta era algo diferente. Te puede molar o no lo que hacemos, pero ofrecemos algo distinto. Tiene solera. Y luego lo guapo es que a Txema le conocía mucha gente pero, al menos en mi caso, solo de bailar entre el público durante los conciertos.

 – Y siempre en primera fila.

Txema: ¡Claro!

Eneko: Álvaro, ¿estabas ahí, no?

Álvaro: Me sorprendió a saco. Me fliparon las canciones. No sabía que tocaras la guitarra tan bien. Yo ya oía un teclado garajero por ahí…

 – ¿De verdad? ¿Y se lo comentaste al grupo?

Álvaro: Desde el primer concierto en Hondarribia.

Eneko: A mí me suena que me lo dijiste en el segundo concierto (en enero de 2015, en el Bukowski).

Txema: Se veía como un Detector.

Urko: Del selecto club Detector.

Eneko: Pero yo no lo visualizaba únicamente en plan garajero (que también) sino más bien como una conexión Stranglers: rock and roll, punk y texturas de teclado. También es verdad que los cuatro estábamos a gusto y la idea de introducir a alguien más surgió con el tiempo.

– ¿Cuándo entraste en el grupo, Álvaro?

Álvaro: Mi primer concierto fue en la fiesta del 25 aniversario de Nuevo Catecismo Católico (noviembre de 2017).

Eneko: Álvaro es técnico de sonido, muy pro. Nos había mandado mogollón de grabaciones con temas nuestros y su teclado encima.

Álvaro: Estaba muy preocupado porque ellos ya molaban sin teclado. A veces metes más capas y deja de funcionar. Lie Detectors es un grupo muy intenso y un teclado puede aplanar el sonido.

Txiki: Las teclas quedan guay. Se ha pegado un currazo. Pero en el grupo no hay nada planeado. Todo es muy espontáneo. Ni se ha pretendido ser un grupo garajero, ni uno de punk…

Eneko: No se ha pretendido nada.

Txema: Ni siquiera ser un grupo. En el primer bolo de Hondarribia no teníamos nombre. Lo estábamos decidiendo.

 – ¿Y de dónde surgió Lie Detectors? A muchos nos chirriaba ese nombre en inglés para una música tan… ibérica.

Txiki: Mola un huevo.

Txema: Fue por descarte. Tenía claro que quería cantar en castellano, pero Lie Detectors me gustaba desde el principio.

– Txema, antes de los Detectors venías de una aventura que no todo el mundo conoce: hacías versiones del disco Fiebre de Vivir de Moris.

Txiki: Yo era fan.

Txema: Mis amigos de Errenteria eran más metaleros, pero cuando escucharon las canciones se apuntaron y montamos un grupo. Tocamos poco, básicamente en gaztetxes, pero esa movida rocanrolera a la gente le gustó.

– Ahí no te vestías de blanco…

Txema: No

– Verte vestido de blanco de arriba abajo en un escenario es una de esas cosas que impactan y que se te quedan grabadas a fuego.

Eneko: Es que prácticamente nadie vestía así ya. Me recordaba a Barrie Masters de Eddie & The Hot Rods. También creo que tuvimos una acogida tan positiva porque nos presentamos con canciones propias desde el primer momento.

 – Y además eran temas con los que vuestro público se podía identificar fácilmente, ¿no?

Txema: Para nada pensé que podría escribir mis propias canciones, aunque desde el principio empezamos a tirar por ahí. A mí me gustaba cantar y hacer el gamberro, pero cuando ves que esas letras le llegan a la gente y sonríen es el mejor feedback que puede haber.

Txiki: Eso es lo mejor que hay.

– En qué momento os disteis cuenta de que habíais roto la barrera local y que el grupo empezaba a traspasar fronteras. ¿En el Funtastic de 2015?

Urko: Yo flipé. Estaba en el camerino y nos dijeron que aún no saliésemos al escenario porque la gente estaba haciendo cola para entrar. Había mogollón de peña.

Txema: Aurora (su novia) estaba en la cola y me dijo que había mucha expectación y peña diciendo que no se lo querían perder.

Txiki: Con Jorge (Explosión) grabamos los primeros temas y nos echó un cable. Se portó muy bien y ayudó a que nos diéramos a conocer.

Eneko: Con las mezclas de «Pínchalo» (que grabaron en los estudios Circo Perrotti de Gijón) me llamó Jorge y me dijo que Paloma y Varo, organizadores del Funtastic, querían contar con nosotros. Para entonces solo habíamos dado cuatro o cinco conciertos y todos por aquí. Captain Sensible, de The Dammed, se hizo super fan después de haberlos teloneado. Que uno de tus grupos favoritos te mande un e-mail diciéndote eso es la hostia.

– ¿Por qué al principio solo sacabais singles? ¿Por fetichismo? ¿Por qué no os apetecía encerraros en un estudio a hacer un LP?

Txema: Ha sido nuestro ritmo de creación: muy lento y poco a poco. El single es el formato adecuado para ello.

Eneko: Nos encanta el formato, huelga decirlo. Pero la otra alternativa era esperar cinco años para juntar 10 canciones y hacer un LP.

Txema: ¡Si al final ha acabado siendo así! Pero por el medio hemos dejado cuatro singles preciosos. Yo que no voy a tener hijos, dejo esta semillita.

Txiki: Yo estaba encantado. Los singles eran un navajazo tras otro. Pasaba de hacer un disco. Hubiera seguido sacando singles a muerte.

Eneko: ¿Pero vamos a pasarnos toda la vida haciendo singles? Ya hemos hecho cuatro. Ahora tocaba otra cosa. Me aburría la idea de sacar otro más, lo veía como un rollo de funcionario.

Txema: Hay gente que se ha extrañado que publiquemos un LP. Me decían que nos íbamos a quedar como el típico grupo de culto que solo saca singles y luego lo deja. Pues no. Seguimos aquí. Lo que pasa es que nos cuesta. Teníamos que centrarnos, dejar de tocar durante un tiempo y dedicar todos nuestros esfuerzos a hacer el LP.

– Una de las opciones que teníais era recopilar todos los singles en un LP con algunos temas nuevos («Megatón Yeye», «Así así») que tocabais en directo. Pero, qué va, vais y os liáis la manta a la cabeza con un disco de temas inéditos.

Eneko: Qué gallos somos.

Txema: Tampoco hemos metido ninguna versión de las que tocamos en directo. Hemos tirado con los temas que juntamos, incluidos los dos que tú dices.

Eneko: «Donapalehu», la instrumental, también la hacíamos en directo pero tampoco estaba editada.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de grabar en Garate? ¿Dormíais allí? ¿Volvíais a casa?

Txiki: Nos quedábamos a dormir.

Urko: El miércoles empezamos a llevar algunas cosas y de jueves a domingo estuvimos como si fuera una casa rural. Cada día cocinaba alguno de nosotros. Es un sitio maravilloso, incomparable. Sales a la mesa de fuera a las diez de la noche y no oyes nada. Estás en medio del monte.

Txiki: Hubo quejas.

– ¿Quejas?

Txema: Kaki Arkarazo (dueño del estudio y productor) nos decía: ¿pero ya estáis otra vez con la garimba? Yo le decía, Kaki, el proceso creativo es así, con cervezas all day long.

Txiki: Nos decía, ¿pero a esto habéis venido?

– Kaki Arkarazo tiene un bagaje enorme pero nunca había trabajado con vosotros…

Eneko: Se detectorizó echando hostias. Al principio igual parecía como de un universo paralelo al nuestro, pero estuvimos muy a gusto con él. Es muy majo.

Todos: Sí, sí.

Álvaro: Creo que le pareció divertido volver a mezclar en analógico

Txema: A Álvaro es al que más le gustan los botones, por supuesto. ¡Le encantan!

Álvaro: Hicimos la mezcla entre tres.

Txema: Los temas estaban muy avanzados. Solo faltaba el estribillo de «Muero en primavera», a la que le dimos el toque final. Terminé de escribir la letra en la mesa que hay fuera. Hay una foto de ese momento (Urko saca el móvil y nos la enseña).

Eneko: Y ya la semana siguiente, mientras currábamos por las mañanas y seguíamos con nuestra vida normal, íbamos por la tarde a hacer la mezcla.

– Garate está en el monte, allí arriba, pero pertenece a Andoain. Tan cerca y tan lejos al mismo tiempo…

Urko: Yo acabé enamorado. No hay ningún ruido, estás aislado en un entorno maravilloso.

Eneko: Es de puta madre. Podríamos habernos quedado toda la semana allí, pero teníamos que seguir con nuestras vidas.

Txema: Queríamos grabar en un sitio cercano para poder trabajar y volver a casa.

Eneko: Un disco no es como un single, que con dos canciones los grabas en un fin de semana. No podíamos pillarnos 15 días de vacaciones solo para grabar.

Urko: Había que hacerlo aquí, en Euskadi.

Eneko: Con Jorge estuvimos muy a gusto, pero la logística acababa siendo un infierno.

Urko: Cada vez que íbamos a Gijón grabábamos cuatro canciones, pero para 11 temas necesitábamos estar allí como mínimo dos semanas.

 – En las nuevas canciones exploráis nuevos temas como amor/desamor, crítica social y política… ¿Habéis ampliado vuestro espectro temático?

Todos: Sí.

Eneko: Han sido un par de añitos duros.

Urko: Hemos tocado un en montón de conciertos y la convivencia al final se resiente.

Eneko: No es solo eso. Txema estuvo enfermo y yo también tuve un episodio oscuro con ansiedad y tal.

Txema: Yo nunca había estado ingresado y estuve dos veces en el hospital el año pasado.

Txiki: Estamos mal del cebollo. Si no, no funcionamos.

– ¿De qué va «Silencio solar»?

Urko: También es una crítica.

Txema: Es un concepto que pillé de la biblioteca de Errenteria, de una novela que es una vacilada muy bestia sobre el ecologismo. El silencio solar viene de que lo que nos vamos a cargar es la tierra y que el sol se apagará a modo de castigo por lo mal que lo estamos haciendo los humanos.

Álvaro: Pues yo pensaba que la letra iba por otro lado, que con la contaminación no íbamos a poder ver ni el sol.

Txema: No, tal y como yo lo entiendo es que el sol se apagará como castigo porque los humanos la estamos cagando.

Eneko: Es más guapo así.

Txema: Luego musicalmente están los “papapapapa” que queda muy Troggs.

– ¿No pensasteis en ningún momento en hacer alguna colaboración con músicos afines?

Eneko: Kaki se mete un acorde súper «After Boltxebike» (la canción de Kortatu). No, no, es broma.

Txema: Yo quería que hubiese venido Javier Sun a cantar en «Nuevo Lugar», pero justo coincidió que se había muerto Iñigo Alfaro (amigo íntimo). Pensé que no era el momento adecuado. Una pena porque alguna noche nos había comentado que no podíamos hacer un disco sin contar con él. Quería meter una Rickenbacker de 12 cuerdas, su voz… Hubiera estado de la hostia.

Eneko: Yo le debía una porque en su día le grabé unos coros en Mod Time (el proyecto anterior de Javier Sun).

– La oda a la cerveza de «El regalo» no podía faltar…

Txema: Era un tema que tenía muy pendiente, aunque al principio iba de comida.

Eneko: Solíamos comentar que estaría guay tener una canción que empezase directamente por el estribillo.

Txiki: A mí tocando me va súper bien. Es punk 77. El tempo perfecto.

Eneko: Musicalmente es un descojono. Siempre decimos que tenemos un punto Oi! en los coros y la canción es una mezcla entre Elvis Costello y Sham 69.

Txema: Es que hay una canción de Sham 69 que va en la misma onda que «El regalo» con un estribillo muy machacón. La canción viene de un libro que me regaló Aurora (su chica).

Eneko: ¡Otra canción dedicada a A-u-r-o-r-a! Todo es Aurora. Pero es que es un amor.

Todos: Sí, sí.

Txema: Al poco tiempo de empezar a salir los dos me regaló un libro de cerveza de un escritor inglés que se llama Michael Jackson. Ella sabía que me gustaba la cerveza, pero cuando empecé a leer ese libro mi pasión llegó a otro nivel y empezamos a viajar a Alemania, Bélgica… Quería probar las cervezas de las que hablaba Michael. Aurora luego me decía en broma: “¡En buen momento te he regalado ese libro!”. De ahí sale mi frase en la canción cuando digo “le salió muy caro el regalo” (risas).

– ¿Quién es «La Bruja» de la canción?

Urko: No se puede decir.

Eneko: Sí se puede decir, pero a modo genérico.

Txema: Es una metáfora sobre las personas que te putean.

Urko: Gente tóxica.

Txema: Eso es. Alguien que cuando te la encuentras no te aporta nada, sino que te da muy mal rollo. Al final surgió pensando en la figura de las brujas, aunque ellas no tienen la culpa de nada. Justo ha publicado Ana Curra un libro en el que habla de las brujas como personas sabias.

Eneko: Al final el único brujo aquí es Txema, que sale vestido de blanco.

 

Texto: Jon Pagola

Fotos: Marta Ennes

 

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