Encuentros

Jose Domingo, música que surge y sigue elevándose

 

Monkey Weekend 2019

Hace pocas semanas lanzó “Me estoy elevando”, primer sencillo de su futuro sexto álbum en solitario. Adelanto que sigue la senda de psicodelia mediterránea que ya es parte del ADN de su música, pero con un extra de garage rock en vena. José Domingo jugará en casa en su actuación dentro del Mallorca Live Festival, del 14 al 16 de mayo». ¿Seguirán esa línea afilada de crudeza añadida las compañeras de surco de “Me estoy elevando”? ¿Qué nos puedes adelantar del nuevo álbum?

En principio esa es la idea. Seguir una línea de producción más cercana a nuestro sonido de los directos. Un sonido con un toque más rock garagero. Vamos a sacar unos cuantos singles de avance antes de abordar el disco entero. El concepto del nuevo disco aún lo estoy madurando, pero quiero que la estética musical sea muy cómic. Contando historias relacionadas con el amor como si fueran viñetas. Las letras de las canciones ampliarán la narración de dichas viñetas… De esta forma creo que tengo mucha libertad creativa y lo encuentro bastante excitante como punto de partida.

Flamante single en el aire, pero aún sigue humeando “Mientras dios no mira” (2019), tu último trabajo, con el que sigues recorriendo salas y festivales… ¿Qué ocurre “mientras dios no mira”?

El título del disco tiene más que ver con la manera en que me sentía haciendo las canciones en mi casa de Santa Eugènia, que con algo más trascendental o religioso. Esta vez he creado las canciones estando rodeado de naturaleza y luz y con cierto aislamiento de manera que me sentía un poco al margen de todo… un poco en mi burbuja. También creo que “Mientras dios no mira” es un título bastante poético y provocador…

Todo el que te ha visto en directo con este último trabajo, coincide en destacar la desbordante energía y la envolvente atmósfera festiva que creas junto a tus músicos. Recuerdo especialmente el bolo que disteis en el Monkey Weekend del pasado año, con el público bailando y saltando sin parar…

Ah sí, en el Monkey weekend nos lo pasamos genial y creo que la gente que nos vio en el concierto se contagió de esa energía que comentas. Planteamos los directos como algo excitante y libre. Entregamos toda nuestra energía para que sea algo con un punto salvaje e imprevisible. Puter (al bajo y coros), Jordi Herrera (guitarra y coros) y Mané Capilla (Batería) le dan a los directos ese punto del que hablamos. Con ellos también hacemos las grabaciones de las nuevas canciones en el estudio La puerta Cósmica de Palam (Palma de Mallorca).

“Mientras Dios no mira” es un disco donde parecen confluir libremente tus pasos anteriores, pero con una clara evolución en tu sonido. Pierden peso las raíces flamencas y sumas una suave capa de electrónica que mezcla y funde con ritmos krautrock muy marcados, además de la omnipresente y luminosa brisa pop, muy acentuada en cumbres como el hit instantáneo “Un segundo más así” o la lisergia mediterránea “Sueño con fiesta”. Háblanos de estas dos piezas claves del disco y de la evolución de tu sonido.

Lo has descrito muy bien. Este disco es como una confluencia de algunas de las direcciones que he apuntado en trabajos anteriores. Es un álbum donde las canciones tienen las aristas más pulidas y hemos buscado que sobrevuele una cierta elegancia y sencillez que le de unidad a todo como conjunto.

“Un segundo más así” es una canción basada en un riff de bajo contundente y de estética electro. Muy vacilona. Con un pequeño guiño Bowie.

“Sueño con fiestas” es una canción en la que venía trabajando hacía unos años y que de pronto una noche salió del tirón. Tiene un punto bailable y sexy apoyado en cierto sonido electro-funk. En esta colabora la fantástica Maria Rodés poniendo su hechizante voz… estoy muy contento de como quedó al final. En directo funciona muy bien y la gente suele participar cantándola.

De Girona a Mallorca. Se respiran los paisajes y el folclore de la isla, incluso le dedicas una canción a Santa Eugènia, pueblo donde vives. ¿La tradición singular para ser más plurales? Está claro que un arte sin raíces no tiene futuro o carece de fundamento ¿no?

Dalí decía algo como “De lo local a lo universal” y para mí es algo muy acertado y palpable. Si voy a ver a un músico de Bali, prefiero que me transmita, con su expresión, de donde procede y refleje su entorno. Que me haga oler sus olores y ver sus colores… No me interesaría que hiciera un ejercicio de estilo y tocara grunge… lo respetaría, pero para mí perdería trascendencia. Yo cuando hago música intento transmitir de alguna manera mi entorno. Reflejarlo, hacerlo reconocible. Es como un ejercicio de sinceridad. Santa Eugènia no puede ser más bonito y su paisaje ha influido muy claramente en la sonoridad de este disco.

Ya hiciste un acercamiento más frontal al folclore en el disco que firmaste con Issac Ulam en 2013, el no menos psicodélico “Temple d’aigua i llum”. Háblanos de aquel proyecto que, por desgracia, pasó más desapercibido.

Sí. En “Temple d’aigua i llum” tanto Isaac como yo teníamos la idea de hacer un acercamiento libre al folclore mediterráneo. Dar nuestra visión particular y pasárnoslo bien haciéndolo. Siempre que hacemos algo Isaac y yo, es como algo mágico… fluye solo. Salen ideas a borbotones. Tiene un punto muy alegre y psicodélico. Una belleza muy de raíz. Fácil y atemporal. En directo éramos 8 tocando y tenía un punto muy punk. Transmitía tanta fuerza e intimidad a la vez, que en los conciertos podíamos ver gente abrazarse y llorar. Era algo muy profundo, como si revolviéramos en su historia. Es un disco del que me siento muy orgulloso.

Rebobinemos un poco más en tu historia ¿Qué recuerdas de tus inicios junto a Psychoine?

Cuando empecé a hacer algo de música fui formando una banda y diciéndole a amigos músicos de Girona si querían formar parte de ella. Grabamos 3 discos e hicimos muchos conciertos en salas y festivales. Fue un principio muy bonito compartir todos esos años de rock desbocado con amigos, formamos una familia. Cada ensayo era una fiesta. No puedo tener mejores recuerdos.

Y cómo fueron esos “dos saltos” discográficos que marcaron tu carrera: Dejas la banda y debutas en solitario y en inglés con el intimista “Suddenly” (2008); y luego decides pasarte al castellano y marcas las bases de tu universo sónico en “En la distancia” (2011), en el que ya encontramos joyas de tu cancionero como “Lunar” o “Dime que sí”, entre otras.

“Suddenly” surgió de mis viajes para tocar en París en pequeños conciertos que me montaban mis amigos franceses. En uno de esos conciertos vinieron del sello independiente Stupid competitions a preguntarme si me interesaría grabar un disco de lo que había hecho esa noche y al mismo tiempo, el responsable del estudio Smoking room me propuso grabarlo. Los presenté y al día siguiente ya tenía 4 canciones grabadas… Yo venía haciendo conciertos sólo con una guitarra acústica y así iba viajando, de manera que no me costó mucho.

Posteriormente hice “En la distancia” en La puerta cósmica de Palam, porque teníamos una mesa de mezclas nueva y la queríamos probar. Fue divertirse probando cosas.

Cambié al castellano porque me pareció algo lógico y natural en mí. “Lunar” y “Dime que sí”, junto con “Negro sobre negro” fueron las canciones que sentaron las bases de lo que fueron los trabajos siguientes.

 

Y llegamos a 2014 y te sacas de la chistera “Almería”, el que para mí es tu obra cumbre hasta el momento, un disco sobresaliente que nunca me cansaré de recomendar…

Muchas gracias. En “Almería” arriesgué bastante haciendo un disco rockero con aires mediterráneos y del sur de España. Un posible cruce entre el sur y el norte… un desierto, como el de Almería. La producción es a 6 manos, junto con Púter y Jordi Herrera, con los que sigo trabajando. Nos entendemos muy bien en la visión de la música. Entraron en la banda Jordi Fornells al cante y Juan Pérez a la batería y todo cogió una forma muy especial. Fue destacado como uno de los discos del año en muchas listas especializadas…

En “Mientras Dios no mira” (2019), en uno de los temas centrales que ya hemos destacado, “Sueño con fiestas”, vuelves a contar con la voz de María Rodés, y en tu anterior “Vertical” (2016), tuviste otras dos colaboraciones muy especiales: el quejío outsider de el Niño de Elche en “Me dejo llevar”, y la dulzura con espinas en “Me gustabas más cuando fumabas” de Soleá Morente. Háblanos de estas colaboraciones.

Con Maria Rodés nos une una amistad de muchos años. Hemos hecho conciertos acústicos juntos y grabado algunas canciones y colaboraciones. Seguimos teniendo mucho contacto y para mí es una de las mejores cantantes de España. Su voz frágil y sutil contrasta muy bien con la mía y nos divertimos mucho cuando estamos juntos. Un día vino a Mallorca y fuimos al estudio y grabamos varias cosas.

Al niño de Elche lo quiero y admiro mucho, y ya desde un principio estuvimos en contacto para hacer algo juntos. Hice “Me dejo llevar” para que la cantáramos los dos y no puedo estar más contento de como quedó.

Cuando hice “Me gustabas más cuando fumabas” la hice con idea de darle un contrapunto femenino y Soleá Morente era la voz perfecta para eso. Con un toque pop andaluz que creo que le da mucha luz al tema. Es divina, estuvimos en contacto y le gustó la canción e hicimos la colaboración. Le estoy muy agradecido.

¿Alguna colaboración próxima?

Las colaboraciones, para mí, van surgiendo por afinidad y amistad. Tiene que ser algo natural. No sabría darte nombres. Puede ser cosa de una buena noche… Estoy abierto a lo que surja.

 

Texto y fotos: David Pérez

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