Encuentros

William The Conqueror, hablamos con elllos mientras sigue la gira

 

La ficción y la música son potentes herramientas. Es el caso de William the Conqueror. Influidos por Herman Hesse, Bob Dylan, la épica de la canción de autor, la banda ha sido, para su creador, una suerte de ajuste de cuentas con su infancia, adolescencia y madurez. Algo parecido a lo del novelista sueco Karl Ove Knausgard con Mi lucha. Bleeding on the Soundtrack nos muestra a una banda más madura y con ganas de enseñarle a todo el mundo el poder del autoconocimiento y del dolor como experiencia. Están girando en este momento, estas son las fechas que quedan en la agenda:

Jueves 13 Zaragoza, Rock & Blues Café

Viernes 14 Barcelona, Rocksound

Sábado 15 Madrid, El Intruso

Domingo 16 Valladolid, Porta Caeli

Dentro de poco vendréis por España. ¿Cómo es vuestra relación con el público español?

Hemos tocado en Palma de Mallorca. Fueron experiencias muy divertidas. A la gente le gusta nuestra música. El ambiente es muy distinto si lo comparamos con Inglaterra. Tenemos ganas de girar por toda Europa y demostrarle al mundo que no estamos tan locos.

Lo bueno de las giras, imagino que será comprobar cómo el público ha evolucionado y cuánto habéis cambiado vosotros como músicos.

Estamos de acuerdo. Las canciones evolucionan en directo, cobran vida propia y también cambia nuestra relación con ellas. Por eso amamos la carretera y las giras: puedes ver los cambios diariamente en tu música, en las ciudades o en las salas en las que tocamos.

Bleeding on the Soundtrack es el segundo disco de una trilogía. ¿Podrías explicar en qué consiste la trilogía?

Trata sobre mi infancia, hasta el punto de convertirse en una figura paterna para mí. La serie abarca la niñez, la adolescencia y la madurez. Recuerdo que Herman Hesse escribió algo sobre la niñez, la desilusión y la fe. Ahora mismo, estas tres etapas son las que mejor nos representan como grupo.

¿Qué paralelismos encontramos entre vuestro anterior disco y este?

El primer disco fue más bien algo improvisado. Lo dejamos estar. El segundo álbum sí estaba más cohesionado y las ideas, mucho más claras. Trabajamos intensivamente durante todo un año para grabarlo. Cuando nos metimos a trabajar en el último disco, apenas hubo que improvisar.

¿Cuáles han sido vuestras influencias musicales?

Siempre he admirado a Bob Dylan. Era la música que escuchaban mis padres y lo oíamos a todas horas. En mi adolescencia, empecé a interesarme por los Smashing Pumpkins, Nirvana y Pearl Jam. Esos músicos me llevaron a coger una guitarra con catorce años.

Puesto que en la trilogía que estáis creando hay muchas concomitancias en las canciones, ¿para vosotros crear ha sido más fácil?

El álbum anterior tenía las canciones más difíciles de escribir porque eran sobre cosas en las que no había pensado durante mucho tiempo y terminaron requiriendo un poco de introspección, lo cual no siempre fue divertido.

¿Qué planes tenéis para el próximo año?

Hay una novela que va con los discos. Seguiremos trabajando en la novela. También comenzaremos con el cuarto disco, que también tendrá que ver con la trilogía que estamos creando

Previamente dijiste que el nombre de la banda se refiere a un personaje, o mito que a veces no existe. ¿Significa esto que algunas de estas historias son ficción?

Cuando estás escribiendo sobre tus recuerdos, piensas que los recuerdos se deforman con el tiempo. Es difícil contar lo que es real y lo que no lo es a veces. Llamar a mi yo más joven William the Conqueror significaba que no tenía que volverme loco por los detalles de los hechos, sino dejar que la pluma fluyera y a ver lo que salía. Puede parecer abstracto, pero es verdad.

 

Texto: Alejandro Zambudio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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