Encuentros

Kacy & Clayton, montando fiestas imaginarias

 

 

Veinteañeros canadienses y jóvenes prodigios del más novedoso folk-rock, han sido apadrinados por el mismísimo Jeff Tweedy. Hablamos con ellos en Brooklyn. Hoy comienzan una serie de conciertos muy exclusivos: 20 Rocksound, Barcelona; 21 Café Berlín, Madrid; 22 Altxerri Bar, Donostia; y 23 Little Bobby, Santander.

Hace poco escuché una canción por la radio que me atrapó por completo. La voz de la cantante era a la vez relajante y espeluznante, algo así como la de Grace Slick en «White Rabbit». Las voces flotaban sobre un rasgueo de guitarra country-blues. Folk Británico de calidad al estilo Fairport Convention. ¡Me puso la piel de gallina! El tema era «Strange Country» de Kacy y Clayton.

Estos primos segundos, oriundos de Saskatoon, Canadá, aun siendo todavía unos veinteañeros, ya han grabado cinco discos. Sus actuaciones transmiten una gran madurez y profundidad que no es propia de su juventud. Gracias a este formidable talento se ganaron el respeto de Jeff Tweedy, de Wilco, que produjo sus últimos dos discos: Siren’s Song y, más recientemente, Carrying On. 

El pasado octubre actuaron en Union Pool, Williamsburg, Brooklyn, uno de los lugares más “in” para ver música en directo de Nueva York. Durante el concierto, Kacy y Clayton consiguieron encandilar a la audiencia con su humor autocrítico y una música que llena el escenario. Lograron un gran sonido con muy poco: dos guitarras y dos voces.

Pude hablar con ellos en el vestíbulo del Hotel Indigo, poco antes de su actuación. Si bien hay momentos en los que pueden parecer desconcertados por su éxito, no hay duda de que sus canciones rivalizan con las mejores de los sesenta y, aunque su estilo tiene fuertes raíces en la tradición, su música es fresca y fluida.

¿Cómo conocisteis a Jeff Tweedy?

Clayton: Hace un par de años fuimos teloneros de Wilco en el Fillmore en San Francisco, California. Desde el primer momento, Jeff fue muy amable con nosotros y nos invitó al Loft, su estudio de grabación en Chicago. Fuimos a verle y nos pareció el lugar perfecto para grabar nuestro disco.

¿En qué difirió la segunda experiencia con él respecto de la primera? 

Clayton: El disco lo grabamos con nuestra bajista Andy Bisle y nuestro batería Mike Silverman después de una gira. Tocábamos todas las canciones cada noche, de modo que nos las sabíamos de memoria y decidimos volver al Loft. Como ya habíamos grabado allí, conocíamos mejor a la gente y nos sentimos mucho más cómodos. Quizás, el hecho de no ser la primera vez, nos hizo más innovadores y atrevidos.

¿Que ofrece Tweedy como productor? 

K: Es fenomenal. Nos anima tener la confianza necesaria para trabajar. No me sentí para nada nerviosa, algo que podría suceder al estar cerca de alguien tan popular…

¿Qué es lo que os atrae de la música antigua, las ‘’murder ballads’’ y géneros similares? 

K: Seguimos nuestros instintos sin mucha influencia exterior. Cuando éramos niños teníamos mucho tiempo para escuchar música mientras íbamos en coche. Las distancias en Canadá son enormes, de modo que escuchábamos de todo.

C: Cuando era un adolescente fui a Nashville, Tennessee, con mi familia. Recuerdo que compré música de Doc Watson, Mississippi John Hurt y Bukka White en la tienda de discos de Ernest Tubb. En esa época fue cuando Kacy y yo comenzamos a tocar juntos, de modo que esa música nos influenció desde el principio.

¿En qué sentido es psicodélica vuestra música? 

C: Quizás al ser música modal con pocos cambios, sin acordes mayores ni menores. Cuando la tocamos con un grupo, suena psicodélica.

Habladme de vuestra gira. ¿En qué difieren las audiencias dependiendo del lugar en donde toquéis? 

K: No sé… Yo soy distinto dependiendo del lugar en donde toco [Risas].

C: A menudo tocamos de teloneros para gente que no nos conoce, con la excepción de algún fan que suele ser un hombre calvo y cincuentón. Pero acabamos de ir a España y nos lo pasamos genial. Vamos a hacer una gira allí en febrero del 2020.

¿Cómo escribís las canciones? 

C: Ese es nuestro trabajo, así que cuando estamos en casa, tenemos mucho tiempo de escribir canciones. Es nuestra rutina: ir de gira y escribir.

K: Puede ser peligroso.

C: Sí, ¡muy peligroso!

Pues mantenéis la cabeza en su sitio.

K: Yo tengo la cabeza deformada. ¡Tengo que llevar sombreros extra grandes! Pero no escribimos mucho juntos. Cuando escribo con Clayton, tiendo a llevarle la razón.

C: Compartimos ideas ya formadas entre nosotros y buscamos la validación mutua.

K: Todo lo que hacemos es en busca de validación.

¿Cómo pasáis el tiempo cuando no estáis actuando? 

K: Me aburro fácilmente. Me gusta montar fiestas imaginarias en mi casa, ir de gira y tener fiestas verdaderas, y luego volver a casa para tener más fiestas sola. Clayton juega al golf y tiene un programa de radio. Yo tengo un grupo distinto en Saskatoon, The Waverly Pickers, todas chicas de mi escuela primaria. Tocamos música country en residencias de ancianos. Tocamos mal pero no me importa.

¿Qué le pedís al futuro? 

K: Me gustaría hacer lo que me gusta todo el tiempo. Esa es mi meta. A veces me sale bien.

C: Sí. Intentar seguir adelante.

 

Texto: Mike Cobb 

Traducción: Carolina Castillo, Fuco Rico y Martiña Gago.

Fotos: Dane Roy

 

 

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