Encuentros

Deadyard, la energía del fin del mundo

Tras generar un EP y un single, uno de los motores más potentes de la factoría barcelonesa presenta su primer álbum. No han tenido prisa en parirlo, y visto el resultado, debería significar un salto cualitativo en su carrera. Este sábado 8 estarán presentanto «Armageddon It»  en la sala Razzmatazz 3 de Barcelona.            Ver más fechas de la gira al final de esta entrevista.Conduzco hacia el centro de Barcelona para encontrarme con los cinco miembros de esta banda catalana de energy punk-rock. Es sábado, pero hay pocos coches aparcados en la calle. Me topo con restos de barricadas y de pequeños incendios, y pienso en lo adecuado del entorno teniendo que hablar con ellos de la génesis de su nuevo disco, Armageddon It, que se publica el 16 de enero con la etiqueta Hardcore For My Nose (HFMN). Además, el paisaje urbano en regresión tiene algo que, lejos de intimidar, motiva. Aparco en un chaflán extrañamente vacío, bajo el balcón del apartamento de Cristina y Carlos, allí me esperan para comer pizza —a las cinco de la tarde— los hermanos Morell, Marc (batería) y Xavi (guitarra rítmica), Pablo (voz), Rau (bajo) y Carlos (guitarra solista). Haber vivido su fulgurante inicio de carrera es un privilegio que ahora se redondea con esta entrevista. Hablamos, en un remanso de paz en medio de la tormenta, de su origen como banda, de sus procesos creativos, del disco —cómo no— y de su altamente inflamable directo. 2020 les ha fichado para acabar con la década anterior. Nos lo cuentan.

Se os ve en un nivel muy convergente. ¿Os conocíais todos de antes?

Marc: Yo estaba con Traitors pero el grupo agonizaba y justo me llamó Pablo, hacía tiempo que no hablábamos. Nos conocemos desde hace tiempo pero habíamos perdido el contacto. Hacia 2007 teníamos una banda stoner, Bullets For Breakfast, en la que también estaba Xavi. Cuando murió Kevin, el guitarrista, pasamos a ser Supersonic Mustard Combo.

Pablo: Le llamé para disculparme por una movida personal. Necesitaba nuevos proyectos, ya estaba en otros tres y le dije que si tenía un hueco en Traitors me llamara. Me dijo, “Traitors no es para ti, pero ya hablaremos”.

M: Pablo me dijo “conociéndote esto de Traitors va a durar poco”. Y, efectivamente, días después nos disolvimos. Tenía que tirar demasiado del carro. Al final entiendes que forzar las cosas no tiene sentido, entonces llamé a Pablo e iniciamos lo que luego sería Deadyard. Xavi había entrado en la recta final de Traitors así que ya éramos tres.

Xavi: Yo había estado cinco o seis años parado y luego me enganché a un grupo que me sirvió para reencontrarme, ensayar, etc., aunque el estilo no era lo mío. Lo dejé para unirme a Traitors, y luego seguí en el nuevo proyecto de manera natural.

Carlos: Yo llegué después de dejar a mi anterior banda, The Cannibal Queen. Con Marc habíamos comentado antes lo de montar algo, pero siempre he sido de un solo proyecto. Hasta que no se deshizo el anterior, no entré.

M: Le hablé a Carlos de Pablo, le envié los temas de Bullets y le gustó. Al final la fórmula resulta cuando la gente adecuada está disponible. A Rau, que llegó el último, le había visto en directo con su anterior banda [77]. Le contacté sin conocerle y resultó que estaba disponible.

Rau: Cuando acabé con ’77 no quería tocar, no tenía ganas de liarme, estaba tranquilo. Al final me involucré en una grabación death-metal, con Javi García de Soziedad Alkoholika y Dolphin de ‘77, pero trabajamos todo por Internet, grabé en casa en pantuflas [Risas]. También me llamó un señor mayor que no conocía, pero yo quería una banda para quemar calorías y liarla. Entonces me llamó Marc con esa voz grave y pensé, “joder, otro señor mayor” [Risas de todos]. Me imaginé un tío gordo con ochenta Gibson Les Paul’s. ¡Ja, ja, ja!

R: Sí, y con una riñonera Fender o algo así. Me dijo que querían sonar estilo Stooges/MC5, y yo le dije guay, pero ¿cuántas bandas han salido con ese rollo? La cuestión es que volvía a tener ganas de tocar.

¿Entonces la hipótesis de trabajo fue Stooges y MC5?

M: En aquella época casi no hablábamos.

C: Hablamos de evitar el heavy. También tuvimos aquella famosa discusión de las melodías: melodías sí, melodías no.

X: En el primer ensayo, alguien trajo algo y sacamos un primer tema.

C: La primera conversación fue la más cordial que hemos tenido.

El primer recuerdo vuestro que tengo es el famoso bolo con Sinciders en Rocksound, que desprendió una energía espectacular, pero creo que primero tocasteis en la Almo2bar.

R: Ese de Rocksound hicimos sold-out. Presentábamos el EP Monkey Monggah, fue muy chulo.

Yo tenía una idea punk de Marc por Rippers y stoner de Carlos, pero cuando os vi, la primera sensación que tuve fue que el estilo era hi-energy escandinavo.

P: Mucha gente lo dice. Tres de cada seis nos los dicen. La verdad que yo no lo siento así, al menos no es voluntario. Pero puede ser. Nos dicen siempre Turbonegro y Gluecifer.

M: En este disco nuevo ya no… ¿no?

Este disco me parece que tiene un toque más hard-rock. Estos días he estado escuchando también el último (discazo) de Redd Kross y me parece que ambos tienen un toque evolutivo fresco, con un matiz de sonido innovador. El vuestro, partiendo del punk-rock, tiene un rollo angelino diferente, porque no es un estilo que lo estén siguiendo bandas nuevas y no tiene nada que ver con lo que habíais grabado.

C: La gracia es que cada uno viene de un matiz distinto, y entonces hay una catarsis que hace que salga algo nuevo. En las bandas jóvenes los chavales tocan y crecen juntos, pero a esta hemos llegado todos con experiencia.

M: Es un tema de producción de las canciones, porque los temas entre sí son tan diferentes como los del primer EP. Desde luego que no hemos compuesto los temas pensando en eso.

C: El sonido del EP es de primera grabación, suena más crudo. Este está más evolucionado.

M: Quizá nos pase como a Turbonegro en Ass Cobra y Apocalypse Dudes. Uno suena a Dead Kennedys y el otro a Motörhead. No parecen la misma banda.

P: Esto es como cualquier actividad, al principio no te conoces y por no discutir tiras adelante con ideas más simples, menos elaboradas. Luego se evoluciona con las discusiones y se avanza más.

M: Los primeros discos son como “grandes éxitos” de las ideas de cada uno. Por eso suelen ser tan frescos. También, para hacer repertorio, al principio rescatas descartes de otros proyectos. Pero nosotros primero editamos un EP porque queríamos publicar los mejores temas y no todo lo que teníamos. Y eso que teníamos diez, y además los tuvimos en poco tiempo, seis meses, lo que tardamos en entrar a grabar.

¿«Black Hole Fun» tiene que ver algo con Soundgarden?

M: La historia de siempre con los títulos provisionales. Al principio todas las composiciones tienen nombres simples que luego deben cambiar para ser publicadas. Esta empezó con una broma en el local sobre un “ano oscuro” o algo así. Cuando la compartí con los demás por Internet se me ocurrió poner ‘’fun’’ al final y quedaba bien.

P: Fonéticamente me pareció bien.

¿Las letras las compones tú, Pablo?

P: Sí, pero en el caso de «Black Hole Fun», entramos a grabar y aún no teníamos la letra.

M: Esa la acabamos entre todos en el estudio. El resto sí que las trae Pablo compuestas de casa.

¿Cómo fue la grabación?

R: Marc conocía Cal Pau y quería grabar las baterías allí, porque tiene una sala de piedra que suena muy bien. Y yo conocía a Gorka Dresbaj de The Room; allí se ha grabado el resto del disco. Se puede decir que Gorka es el ingeniero de sonido de prácticamente todo el disco.

M: Fermí Roca [Biscuit] tiene una masía y ha montado un estudio en una dependencia anexa. Tiene sitio para dormir y se está muy bien, Sinciders también grabaron allí. Gorka es un crack, sabe sacar mucho partido con pocos recursos. Estamos muy satisfechos.

R: En cuanto a la portada, queríamos un artista más que un diseñador gráfico, para que nos compusiera algo exclusivo y por eso contactamos con Guillem Bosch.

C: Trabajar con Gorka ha sido una grata sorpresa. El trato ha sido de diez.

Sois lo suficientemente potentes en directo para luego meteros en el estudio y no perder punch.

C: Siempre se pierde un poco.

P: Eso pasa cuando no estás acostumbrado a grabar. Las canciones hay que componerlas pensando en el directo y no en el disco. Luego está el efecto estudio, muchos meten capas.

C: Mucha gente mete capas en el estudio y luego en directo las llevan grabadas también, y eso se nota.

Ahora que tenéis sello y un manager, ¿habéis pensado hasta qué punto es más o menos divertido dar pasos hacia la profesionalización?

P: Yo tengo la suerte de que ellos se ocupan de las cosas paralelas y/o legales.

R: Hay cosas que no compensan: buscar una discográfica o tener que hacer un Excel para pagar algo. Si ganas pasta te dedicas solo a tocar.

C: Yo si algún día tengo ayuda para montar y desmontar el equipo, lloraré.

R: Lo del manager normalmente no pasa. Y si haces gira de promo vas a radios pequeñas en metro o conduciendo tú mismo. El tema de las entrevistas todo el día es un coñazo. Hay momentos que decides no ir porque no te interesa. Y es mejor saber quién entrevista.

M: A mí me sorprende la manera tan sencilla en que determinados profesionales llevan adelante la parte creativa. Delegan y dejan que el negocio fluya, ellos se dedican solo a la música. Te hablo de otros países, aquí es muy difícil, pero hay que saber en quien confiar. Yo se lo digo a ellos, nosotros dediquémonos a la música.

Gira por España habrá. ¿Europa también?

P: Nos han dicho que es posible que vayamos a Alemania.

Para las bandas de aquí es difícil salir a Europa pues muchos promotores dejan la península fuera de las giras centroeuropeas.

M: Pero también hay muchas bandas de aquí que triunfan fuera, y aquí no les hacemos tanto caso. Za! por ejemplo, aquí no los conoce tanta gente, pero fuera tocan en sitios importantes.

R: En Alemania, y en Europa, es más fácil meter doscientas personas en un bolo entre semana, aquí tiene que ser viernes o sábado y el jueves como mucho. Y el público se reduce a la mitad, por eso dividen las giras.

M: Y tienes que vender más barato, aquí las camisetas las pones a mitad de precio, pues los sueldos son de los más bajos de Europa y se nota.

 

Texto: Pacus González Centeno

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