Discomático

Steve Hackett – Genesis Revisited Band & Orchestra: Live (Inside Out Music)

Resultado de imagen de Steve Hackett - Genesis Revisited Band & Orchestra: LiveDe los miembros clásicos de Genesis, Hackett es sin duda quien ha mantenido una carrera –pese a sus altibajos- más longeva, prolífica e interesante. Todo un referente cuya nueva entrega en directo, adscrita a su proyecto Genesis Revisited, supone un nuevo sacacuartos para todos aquellos que nunca nos cansamos de escuchar esas obras maestras de la mano de quien fuera uno de sus principales artífices. Grabado en octubre de 2018 en el Royal Festival Hall, el nuevo directo del londinense cuenta con el aliciente -a priori- de haber contado con la participación de la Heart of England Philharmonic Orchestra. Cuarenta y dos músicos respaldando un repertorio sublime, y una banda no menos excelsa. A saber, los habituales Roger King, Rob Townsend, Jonas Reingold y Gary O’Toole, sin olvidar al gran Nad Sylvan haciendo que -oh, anatema- no echemos especialmente de menos al arcángel Gabriel.

Pero como casi siempre ocurre en este tipo de contubernios, la fusión entre la orquesta clásica y la banda en eléctrico funciona, aunque solo a ratos. Y no porque la cosa chirríe, que no lo hace, sino porque en determinados momentos la irrupción de cuerdas y metales subraya innecesariamente unos pasajes que ya eran -y son- épicos por sí solos. Por decirlo de algún modo, no molestan ni desentonan, pero tampoco aportan demasiado. En algunos momentos, reiteramos. Porque en otros, el éxito es absoluto. Entre los triunfos cabe destacar –por delicado- lo hallado en «Blood on the Rooftops», así como -por majestuoso, en este caso- el magnífico efecto conjunto tanto en «Dancing with the Moonlit Knight» como en la parte final de «The Musical Box».

En cuanto al material en solitario sobresale tanto la energía desatada en «Shadow of The Hierophant» como la sutil aportación, cuasi pastoral, en «Serpentine Song»; pero si hubiera que destacar un solo corte en todo el disco, tendría que ser lo logrado en «The Steppes», llevando el inmortal tema que abría Defector (1980) a una sonoridad exultante, cual un Bolero de Ravel en clave posmoderna.

En septiembre -sin orquesta, eso sí- lo volveremos a tener en nuestros escenarios. Con setenta castañas recién cumplidas y en un estado de forma insultante. Háganse un favor y no falten.

 

 

Eloy Pérez

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