Hemos pedido a nuestros redactores y redactoras que elijan un disco que para ellos haya sido especial de la mal llamada década 2010-2019 (sí, sabemos que lo correcto sería decenio). No hemos querido fustigarlos obligándolos a escoger su disco de la década, pero sí al menos uno de ellos y que nos lo reseñen. Semanalmente, durante todo este año que sí da fin a la década, iremos desgranando esos álbumes que componen para el staff de Ruta 66 la fotografía de diez años que ya son historia. Continuamos con esos discos. Manuel Borrero se queda con Peter Perrett.
Peter Perrett – How The West Was Won (2017)
Si bien este no era su primer disco en solitario después de hacer historia –subterránea- con The Only Ones, hay muchos motivos para considerarlo su rentrée definitiva, especialmente por que esta exquisita grabación marca una frontera nítida y definitiva entre los vertiginosos años de finales de los setenta y la plácida situación personal y musical de que goza ahora su autor. Cerrada con injusto olvido su época frente al cuarteto londinense, recordada su tensada mixtura de rabia pre punk con el aliento perennemente presente de The Velvet Underground solo por un reducido número de acérrimos, nuestro hombre pasó de mal viviente yonky a dealer de fortuna, rehaciendo su vida con los pingues beneficios del trapicheo y, sobre todo, gracias a su ángel de la guardia, encarnado en su pareja Zena Kaloulli. En la portada de este disco aparece de espaldas, quizás queriendo dar por finiquitado esa etapa llena de turbulencias. Experiencias que parece que ha asimilado y pretende no repetir, pero nunca olvidar como revelan títulos tan explícitos como “Hard To Say No” o “Man Of Extremes” con ese rendido agradecimiento a su pareja: “tu me enseñaste a comprender este mundo”. Suaves y amortiguadas estructuras guitarreras envueltas en voz calidamente cascada, donde evoca a sus mentores (Lou Reed, Tom Verlaine) que toman cuerpo en una brillante y muy elegante colección de canciones cocinadas en familia, con sus hijos Peter Jr. y Jamie guardándole las espaldas. Pocos con su periplo vital tienen una segunda oportunidad, Perret la tuvo y supo aprovecharla.
Manuel Borrero
