La felicidad son momentos, por eso no nos queda otra que aprender a estar tristes la mayor parte del tiempo. Algunos Hombres, en su afán de superación, han adoptado hechuras para a navegar con soltura entre las luces y las sombras, al abrigo de una desmedida pasión melómana y vomitando elegancia sexy. Suenan tristes, pero lo llevan bien. Seis años han necesitado los de Pozo Blanco para volver a encajar las piezas dando continuidad a Temario, un brillante debut prácticamente autoeditado con el que el cuarteto cordobés dio el pistoletazo de salida hacia una carrera de fondo tocada por el clasicismo del rock anglosajón. Para construir las nueve canciones de Experimentación y Ensayo han vuelto a recurrir a Raúl Pérez en las labores de producción. El resultado es sin duda una obra mucho más brillante y atada en corto que su predecesora, especialmente si nos atenemos a la concreción de su sonido y al mensaje implícito. Y aunque la habilidad para hilvanar historias en castellano con pespuntes a lo Television podría parecer una maniobra aparentemente fácil, los hermanos Becerring han aprendido de los fracasos de sus coetáneos logrando equilibrar las estructuras del rock foráneo con unas letras apuntaladas con pulso firme. Ya los dos primeros singles, «Ese Encanto» y «Ángeles Caídos o Santos», ofrecen el código para descifrar todo el álbum, un viaje por el melodrama pop y el rock agridulce de los ochenta que conecta de lleno con BB Sin Sed, los mejores Prefab Sprout o incluso unos The Soft Boys adictos a la sastrería.
EMILIO R. CASCAJOSA
