Empieza el disco número 41 del león de Belfast con «March Winds in February», una melancólica y casi épica balada. Son cuatro minutos y medio en los que Van va arrastrando la voz por encima de un envolvente cojín instrumental que tiene tanto de blues como de country o de soul. Barro, madera y cielo. A esta maravilla le siguen dos más. «Fame Will Eat the Soul», puro rock’n’soul de la vieja escuela con Bill Medley —miembro superviviente de los Righteous Brothers— compartiendo micro, recupera el Morrison más juguetón, ese que nos levantaba de la silla y nos dejaba tarareando melodías irresistibles. «The Dark Night of the Soul», otro lento místico, es de aquellos temas que te devuelve en la fe en la música como alimento espiritual. Lo pinchas y te dan ganas de creer en Dios o lo que sea que haya allí arriba. Solo por esta formidable tríada de canciones ya merece la pena agenciarse Three Chords & The Truth, pero es que lo que viene después no es material de relleno. El irlandés, autor de todos los cortes menos uno compuesto con el letrista Don Black, le ha vuelto a coger el gusto a eso de escribir después de cuatro entregas centradas en versiones y está que se sale. En «You Don’t Understand», regala sabiduría bluesera. En «Early Days», se pone en plan Chuck Berry para rendir tributo a los ‘’primeros días del rock’n’roll’’. Y en «If We Wait for Mountains», desempolva el viejo traje de Sam Cooke. La traca final, con la bonita «Up On Broadway», el tema titular, la muy country «Bags Under My Eyes» y la imbatible «Days Gone By», ratifica que el disco reseñado merece aparecer al lado de Keep Me Singing (2016) como una de las mejores obras tardías de Van. Produce él mismo. Colabora Jay Berliner. Sí, el guitarrista de Astral Weeks.
JORDI PUJOL NADAL
