Discomático

Joan Baéz – Joan Báez (Vanguard Records, 1960)

Una cantante de folk de Nueva York lanza su primer disco: Joan Báez. Así, simplemente ella. Sin aditivos, así es la música de una mujer que se presentó en la escena musical de la época un año antes, en el Festival de Folk de Newport de la mano de Bob Gibson (quien la invitó a tocar allí) compartiendo cartel con Odetta o Pete Seeger; dos de los músicos folk más relevantes del momento a los que Báez admiraba desde niña.

Joan Chandos Báez creció en la llamada Sociedad Religiosa de los Amigos, una comunidad que abogaba por la recia defensa de los valores, la verdad y el pacifismo. Tras escuchar a Martin Luther King hablar sobre la violencia y los derechos civiles, se compra una guitarra y decide empezar a tocar. Conmovida por el mensaje activista, Báez desarrolla una profunda y comprometida conciencia social que se convertirá en su sello personal durante toda su carrera. Se puede decir que Joan vino al mundo en el momento justo para aplicar sus ideales a la música y compartirlos con el mundo.

Joan Báez está producido por Fred Hellerman, componente de The Weavers (junto con Pete Seeger, Lee Hays y Ronnie Gilbert) y consta de una maravillosa colección de baladas, folk y blues; todo ello acompañado de un instrumento imprescindible en todas sus grabaciones: la guitarra acústica. El disco tuvo una gran acogida comercial y fue reconocido como disco de oro por la RIAA (Recording Industry Association of America). Canciones como “Henry Martin” o “I know you rider” muestran el purismo y la sencillez musical de Báez que la convirtieron en un icono mundial de la canción protesta.

Su voz de soprano, su guitarra y su don natural para elegir de lo bueno, sólo lo mejor, dotan al disco de un repertorio lleno de intención. El disco se cierra con “El preso número nueve” una ranchera escrita por el compositor mexicano Roberto Cantoral, cantada íntegramente en español que cuenta la historia de un hombre que ha matado a su mujer. Con ella Báez da voz a la violencia de género y homenajea a su padre, Albert, un matemático y físico natural de Puebla (México) aficionado a las rancheras, que curiosamente fue el coinventor de la máquina de rayos X.

Joan Báez es una magnífica carta de presentación de una intérprete, poeta, activista y en definitiva artista en todo el sentido de la palabra que se retiró de los escenarios hace escasos cuatro meses, a sus 78 años. Este disco enmarca la antesala perfecta de una historia de amor con la música que le ha durado seis décadas.

Dotada de un gusto exquisito, no olvidemos que fue ella quien nos descubrió a Dylan. Emulada por Judi Collins o Joni Mitchell, amada por “el genio del mal” Steve Jobs, dijo una vez: “Someone had to change the world and I was the one for the job”. El mundo sólo podemos cambiarlo entre todos pero no cabe duda, Joan, de que tu música es una maravillosa fuente de inspiración para poder lograrlo.

Texto: Laura Martínez

 

 

 

 

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