Que haya un festival que cada año se encarga de reunir a lo mejorcito de la música de raíz americana para nuestro deleite es algo a celebrar. Que no esté en nuestras tierras y nos veamos obligados a viajar para verlo, es una buena excusa para visitar la maravillosa Holanda. Así que cada año, parto en peregrinación hacia Groningen, en el norte del país neerlandés, para disfrutar del Take Root Festival. Un certamen con un cartel exquisito y una selección de conciertos espectacular.
Es ya la edición número XXII de este festival que, a pesar de la anulación de última hora del concierto de Brandi Carlile, ha reunido a algunos de los mejores artistas de la música de raíz americana. Nombres como Erin Rae, Josh Ritter, Son Volt, Lilly Hiatt o Drive-By Truckers figuraban este año en el cartel. Claro que el drama empieza con los solapes. Hace años que decidí ver menos pero disfrutar más y no agobiarme con el típico: “Ay madre me estoy perdiendo (insértese aquí un nombre de artista espectacular), porque estoy en ese momento viendo a otro nombre más espectacular aún. Así puedes encontrarse con Robert Ellis y Drive By Truckers tocando a la misma hora este año, por poner un ejemplo.
La propuesta es variada dentro del Americana: folk, blues, rock, old time,…Lista para satisfacer a cualquier amante del género. Empezamos el día con las melodías vocales de Joseph, tres hermanas procedentes de Portland, Oregon. Tres voces y una guitarra. No hace falta más. Natalie Closner se encarga de la guitarra y voces, y las gemelas Allison y Meegan Closner de las perfectas melodías vocales. De camino a la sala grande puede ver algo de la actuación del dúo londinense The Rails. No demasiado, Josh Ritter me esperaba.
Reconozco que era uno de los nombres del festival para mí. Pocas veces viene por aquí así que si puedo aprovechar para verlo, no me lo pierdo. La primera vez que lo vi en directo fue de telonero de The Swell Season y tengo que decir que después de su actuación me hubiera ido más feliz que una perdiz, aquello no se podía superar. Ritter es un maestro, solo con su guitarra, nos deleitó con lo mejor de su saber hacer. Siempre luciendo esa sonrisa casi perenne, hasta que se pone serio y se te pone la piel de gallina. Se fue soltando hasta entregarnos un concierto de diez. Tocó alguno de sus clásicos y temas de su disco nuevo, Fever Breaks.
Despues fue Lilly Hiatt la que se hizo con el escenario del Foyer tocando temas de su último disco Trinity Lane de 2017, incluida la maravillosa “The Night David Bowie Died”. Hiatt es grande y no porque su padre sea quién es. Tiene talento y tiene historias que contar, dolorosas y poderosas al mismo tiempo. Con una fuerte presencia sobre el escenario y un directo sólido, Lilly Hiatt se retrata a sí misma en sus canciones, sin pudor, mostrándose tal y como es, aunque duela. Todo esto lo traslada a un directo poderoso y guitarrero que hace que queramos escuchar más. Anuncia disco nuevo en pocos meses. Habrá que estar al tanto.
Lo de Son Volt no tiene nombre. Reconozco que había pensado ver medio concierto y luego irme a ver a Lera Lynn, ambos me interesaban y quería verlos. Pero fui incapaz de dejar el escenario, me quedé clavada disfrutando de su directo. Los de Jay Farrar me volaron literalmente la cabeza. Y fue uno de los mejores conciertos no solo del festival sino de lo que llevo de año. Poco más se puede añadir, a esta banda que está en plena forma y que es uno de los pilares fundamentales del llamado Americana. Contundentes, certeros, directos, espectaculares.
Una de las voces que más ganas tenía de escuchar en directo, desde que Tim Easton me la recomendó, era la de Erin Rae. Y no me decepcionó. Escuchar en directo los temas de su excelente Putting on Airs no tiene precio. Contry-folk del mejor, con sentimiento y talento compositivo a raudales. Sus canciones suenan a clásicos instantáneos. Todo un lujo verla en directo. Versión incluida del “Some Misunderstanding” de Gene Clark de esas que te hacen saltar la lagrimita.
Otro gran concierto fue el que ofreció Robert Ellis, es la tercera vez que actúa en el festival, cada vez ha sido diferente y especial. En esta ocasión venía presentando Texas Piano Man y tuvo su piano de cola para interpretarlo. Algo que Ellis celebraba, en toda la gira no había podido interpretar esas canciones como habían sido concebidas, no disponía de un pino. Fuimos afortunados. Ellis es todo un personaje, tiene un encanto con el que se gana al público a la primera, pero además sus canciones son redondas y sus interpretaciones de quitarse el sombrero, vaquero en esta ocasión. Un crack.
La noche llegaba casi a su fin, no sin antes poder disfrutar de buena parte del concierto de Drive-By Truckers. Concierto exclusivo. Estaban de descanso, pronto entrarán en el estudio, pero ante la petición del festival, se decidieron a tocar en el Take Root de nuevo. No les he visto nunca un mal concierto, y esta vez no iba a ser menos, los de Patterson Hood y Mike Cooley se crecen con el tiempo. Fue un concierto absolutamente pletórico. También salió a tocar una canción con ellos Lilly Hiatt. Son la excelencia personificada, incluidas las charlas precanción que Patterson nos daba, que siempre dan color a todas las historias que nos cantan.
Cerró la noche la potencia sonora de Garrett T. Capps & Nasa County. Country, soul y rock se mezclan en la propuesta del carismático tejano para ofrecernos un concierto divertido, energético e ideal para cerrar la noche bailando. Curioso ver a los holandeses dejándose llevar por el ritmo. Un cierre perfecto para un gran festival. No menciono los nombres que no pude ver, porque me pongo mala solo de pensarlo. Pero estamos deseando ver lo que nos ofrece el Take Root el año que viene.
Texto: Anabel Vélez
Fotos: Niels Knelis Meijer
