Encuentros

The Flower Kings, un cuarto de siglo de prog-rock escandinavo

Foto: Lilian Forsberg

Roine Stolt, cantante, guitarrista y líder del combo sueco de rock progresivo The Flower Kings (veinticinco años ya de trayectoria), es un adicto al trabajo. No contento con estar al frente de uno de los grupos más consistentes de la escena progresiva europea del último cuarto de siglo, ha militado también en las filas del súper grupo Transatlantic (junto a Neal Morse, Mike Portnoy y Pete Trewavas). Además ha tenido tiempo para sacar discos en solitario, colaborar con The Tangent, montar otra banda (The Sea Within, con el batería Marco Minnemann o el cantante y guitarrista de Pain of Salvation, Daniel Gildenlow) o grabar un disco al alimón con el ex Yes Jon Anderson. Ahora vuelve a capitanear The Flower Kings con el doble álbum “Waiting for Miracles” (publicado por el sello alemán Insideout), y con él hemos podido hablar de diversos aspectos de su ya dilatada carrera.

¿Cuál es la diferencia principal entre vuestro anterior disco (“Desolation Row”, 2013) y el nuevo, “Waiting for Miracles”?

“Si te soy sincero, creo que la diferencia básica es que el nuevo álbum se ha hecho con más entusiasmo y una atmósfera más desenfadada. ‘Desolation Rose’ era un disco muy bueno técnicamente, todo bien tocado y cantado, pero le faltaba ‘ambiente’, en mi opinión. Había miembros del grupo que no se sentían motivados, se lo tomaban un poco en plan como otro día de trabajo rutinario… En cambio, en este nuevo disco los Flower Kings hemos estado mucho más motivados y hemos disfrutado mucho más con todo el proceso”.

El año pasado sacaste otro disco en solitario bajo el apelativo de Roine Stolt’s The Flower King, “Manifesto of an Alchemist”. ¿No crees que puede llegar a confundir un poco al público?

“Absolutamente, aunque básicamente fue decisión de la compañía discográfica. Pero a mí no me importó, al final lo que importa es la música. Entiendo que los fans de The Flower Kings se quedaran un tanto confundidos, aunque al final las ventas fueron buenas, y el disco tiene algunas ideas e interpretaciones que están muy bien”.

Empezaste a grabar como músico profesional con el grupo Kaipa en 1975. Imagino que entonces no había muchas bandas de rock progresivo en Suecia. ¿Cómo recuerdas esa época?

“Bueno, de hecho sí que había muchos grupos, aunque algunos más metidos en el jazz-rock, tipo Frank Zappa, y otros con influencias de los Allman Brothers o Wishbone Ash… Kaipa éramos bastante originales en cuanto a que hacíamos una mezcla de música folk sueca y música progresiva-sinfónica”.

Foto: Johnny Taxen

Pero fue en los años 90 cuando floreció una escena potente de bandas de rock progresivo, con Anglagard, Anekdoten, A.C.T., Opeth, Pain of Salvation o Beardfish (o White Willow en Noruega). ¿A qué crees que fue debido?

“Creo que fue debido al tema del ‘baby boom’ de los 70. Sus hijos tuvieron acceso a las colecciones de discos de sus padres y descubrieron que bandas como Pink Floyd, King Crimson y Frank Zappa molaban mucho. Recuerdo ver un anuncio en una tienda de discos de Estocolmo a principios de los 90, creo que era de Anglagard, buscando músicos. ¡Lo recuerdo bien porque creo que citaban a Kaipa como influencia!”

Te vi con Transatlantic en Londres en el 2001, en la gira de “Bridge Across Forever”, y fue un concierto memorable. Me gustó especialmente el medley que hicisteis con un tema vuestro, “Suite Charlotte Pike”, y la suite del “Abbey Road” de los Beatles… Con ellos has publicado cuatro discos en estudio. ¿Ha sido difícil para ti no tener el control total, como tienes en Flower Kings? Allí había otros dos líderes natos como son Mike Portnoy y Neal Morse…

“Bueno, la verdad es que no ha habido dos o tres líderes en Transatlantic, en realidad somos cuatro, pero sí, a veces ha sido complicado, creo que todos lo hemos notado. Aunque quizás esa sea la razón por la que esos discos sean tan potentes. Incluso a pesar de que Neal y yo hayamos sido los compositores principales, creo que tanto Pete Trewavas como Mike Portnoy han dejado una gran impronta. Pete ayudó a componer algunas de nuestras canciones más populares”.

¿Habrá otro disco de Transatlantic?

“Sí, hemos grabado aquí en Suecia material suficiente que da para un disco nuevo de Transatlantic, pero eso es todo lo que puedo decirte ahora mismo”.

¿Y qué piensas de Flying Colors, el otro proyecto de Morse y Portnoy?

“Prefiero no entrar en detalles de otras bandas de amigos míos, pero no hay duda de que es otro combo con mucho talento. Estos tíos realmente saben tocar y ofrecen una versión más ligera del prog, con apuntes pop, hecho con muy buen gusto”.

Hay gente que relaciona tu manera de tocar la guitarra sobre todo con la de Steve Howe (Yes), pero también se puede apreciar la influencia de otros guitarristas como Brian May (con ese toque de hard-rock melódico) o Frank Zappa (más estilo fusión)…

“Estoy de acuerdo con los que citas, pero también añadiría a Peter Green, Duane Allman, BB King, Pat Metheny, George Harrison, Jimi Hendrix, Nile Rodgers, Mike Landau  y otros más jóvenes como Derek Trucks y Joe Bonamassa”.

Publicaste un disco con Jon Anderson (“Invention of Knowledge”, 2006), imagino que fue un sueño hecho realidad… ¿Qué tal fue la experiencia?

“Fue muy, muy positiva. Jon fue mucho más creativo de lo que me había imaginado, y durante más de un año estuvimos en contacto a diario hasta que el disco y la mezcla final estuvieron terminados. He ganado un amigo que tiene una manera de pensar muy parecida a la mía y también que pone la misma pasión en todos los detalles. Jon sabe exactamente lo que quiere y lo expresa con amabilidad. Mientras estábamos trabajando me di cuenta del gran impacto que debió tener en la dirección que tuvo Yes a principios de los 70. Puedo ver sus ideas por todas partes en discos como ‘Relayer’, ‘Topographic Oceans’, ‘Close to the Edge’ y ‘Going for the One’”.

¿Y cómo fue tocar el bajo en una gira entera del ex guitarrista de Genesis, Steve Hackett?

“Eso también fue una pasada. Como te puedes imaginar, habiendo crecido con discos de Genesis como ‘Foxtrot’, ‘Selling England…’, ‘Lamb Lies Down…’ o discos de Steve en solitario como ‘Voyage Of The Acolyte’, me lo pasé muy bien tocando en directo con él, y en esta ocasión básicamente el bajo. Al final el tema se alargó más de lo que esperaba, hasta el punto en que tuve que rechazar seguir más tiempo de gira con él, ¡porque ya llevaba cuatro meses seguidos! Y la idea era volver a los Estados Unidos al año siguiente. En cierto sentido fue triste porque me sentía a la perfección en ese papel, debido al respeto que siento por Steve como músico y como persona, pero también porque imagino que hay muchos otros músicos ahí fuera que deben saberse todo ese material tan bien como yo, cada uno de los matices… Pero si te soy sincero, ¡creo que yo conocía mucho mejor toda esa música que el propio técnico de sonido de Steve!”

Al igual que Morse y Portnoy, pareces un adicto al trabajo, ya que además tienes tiempo para grabar discos en solitario o ese reciente proyecto paralelo, The Sea Within. ¿Fuiste tú el impulsor de la banda? ¿La respuesta del público ha sido lo suficientemente buena como para hacer un segundo disco?

“Sí, yo formé el grupo, pero hubo muchos obstáculos en este proyecto. Al final no salió como me esperaba, la inversión de todo ese año no dio los frutos deseados. Creo que el disco es bueno, pero también opino que podría haber sido mucho mejor. Hay conversaciones de cara a una posible continuación, pero de momento no creo que eso ocurra pronto”.

Llevas ya más de cuarenta años dedicado a la música sin descanso. ¿Cómo has podido combinar esta frenética actividad con tener familia? ¿Ninguna amenaza de divorcio?

“No, no, mi mujer es muy comprensiva, una mujer muy fuerte y encantadora. Somos amigos íntimos e intentamos hacer cosas juntos, viajar siempre que podemos, etc. Mis hijos ya son mayores, ¡tienen 29 y 25 años! Somos una familia feliz y estamos muy en contacto cada semana”.

En estos tiempos tan difíciles con las descargas gratuitas y la amenaza de youtube, spotify y demás, imagino que no debe de ser fácil vender muchos discos… ¿Realmente son las giras lo que da de comer a músicos profesionales como tú?

“Eso quizás sea cierto para muchos músicos, pero con el catálogo de discos tan grande que tengo, mis ingresos básicos de hecho sí que provienen de las ventas de discos. Aunque últimamente hay que añadir el plus de que poco a poco las giras también han sido muy rentables. Así que me considero afortunado, puedo vivir de la música con buenos ingresos, aunque por supuesto no estoy seguro de que eso vaya a durar siempre. Pero ahora estoy en un buen momento”.

Todo el mundo te conoce como un músico de rock progresivo. Pero creo que tienes gancho con las melodías, muchas de ellas con Transatlantic, con una influencia muy Beatles. ¿No has pensado nunca en hacer un disco de pop-rock, ya sea con tu nombre o con otro proyecto paralelo?

“Pues sí, ojalá pudiera, ¡pero no estoy seguro de que la discográfica me dejara hacerlo! Sería fantástico poder colaborar con alguien que ya esté metido en el mundo de la música pop comercial, ¡me encantaría!”

Has tocado con muchos músicos diferentes, ¿hay alguien en especial con quien te gustaría tocar? Sé que uno de tus hijos se llama Peter Gabriel…

“Oh, es una respuesta difícil… Muchos de mis héroes se están haciendo viejos, pero por soñar que no quede, así que ahí van unos cuantos nombres: Paul McCartney, Jackson Browne,  Daryll Hall, Peter Gabriel, MUSE, Benny Andersson (ABBA), Trevor Horn…”

¿Qué te habría gustado ser si no hubieses sido músico?

“Pues diseñador de casas, pintor, trabajar en una reserva de animales salvajes, escritor, profesor…”

¿Qué consejo le darías a un músico que esté empezando ahora mismo?

“Sé original. No intentes ser otro, o lo que sea que alguien te diga que tengas que ser. Escucha a tu voz interior”.

Texto: Jordi Planas hollll

 

 

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