Encuentros

Gaby Moreno, «Van Dyke Parks te eleva a un estado mágico»

 

Pasión, eclecticismo y elegancia son los tres adjetivos que mejor definen a la guatemalteca Gaby Moreno. Del jazz, el soul, la simbiosis de Ella Fitzgerald y Tracy Chapman de Illusion (2016), su anterior trabajo, pasamos a la exuberancia y a la riqueza folclórica de América Latina, con el prestigioso Van Dyke Parks como maestro de ceremonias y de orquesta en ¡Spangled!, el ultimo trabajo de la propia Gaby Moreno. Charlamos con ella para que nos cuente sobre su último lanzamiento: un nexo entre Norteamérica, América del Sur y Centroamérica. Nos visita a finales de este mes, ver fechas en el poster de gira al final de la entrevista.

El pasado 4 de octubre salió ¡Spangled!, tu ultimo trabajo junto con Van Dyke Parks. ¿Cómo afrontas el lanzamiento del disco? ¿En qué notarías la diferencia respecto a Ilusión, tu último trabajo?

Este album es muy distinto a todos los discos que he lanzado anteriormente. Es un concepto nuevo para mi esto de trabajar con arreglos sinfónicos. Me sentí muy emocionada de poder trabajar con un arreglista tan brillante como lo es Van Dyke Parks, quien elevó estas canciones clásicas de Latinoamérica y Estados Unidos a un estado sublime y mágico.

El concepto de ¡Spangled! Me encanta: fusionar la cultura latinoamericana con la estadounidense. No sé si has leído a la novelista Laila Lalami y Los otros americanos, su último libro, que ha salido este año. Trata, precisamente, acerca de como Estados Unidos está perdiendo, poco a poco, sus raíces latinas. Es una novela que relaciono con este disco.

Aun no la he leído, muchísimas gracias por la recomendación. La agregaré a mi lista de libros por leer. Con este proyecto buscamos unir a los dos hemisferios a través de algo tan puro y tan profundo como es la música. Nos encontramos en un momento muy complejo y divisivo en cuestión de política.  La idea es dejar eso a un lado y celebrar la diversidad de tantas culturas hermosas que existen en todo el continente de América: América del Norte, América del Sur y Centroamérica.

¿Cómo fue trabajar con Van Dyke Parks? ¿Qué aprendiste de él?

Van Dyke es un verdadero tesoro nacional de Estados Unidos. He aprendido muchísimo junto a él. Producir este disco juntos fue una experiencia maravillosa para mi, como nunca antes había tenido en mi vida, pues nunca había grabado con arreglos para orquesta sinfónica. Es totalmente distinto a lo que yo he estado haciendo. Con él, siento que mi oído musical se fortaleció un poco mas. Mi voz  en este disco es como otro instrumento más de la orquesta, así que tuve que aprender a usarlo en un contexto distinto, fuera de mi hábitat usual y mi zona de confort.

Foto: Sadra Singh

La portada es genial: si no recuerdo mal, la diseñó Klaus Voorman, el mismo que hizo la portada de Revolver  de los Beatles. Creo que es una metáfora perfecta de los tiempos modernos: ciudadanos de primera clase y ciudadanos de segunda, ¿no?

Cada quien le encuentra su propio significado. Así pasa con las canciones también a veces. Creo que Klaus simplemente tomó las referencias que le enviamos junto a Van Dyke de esos aviones Clippers de los años cuarenta, que llevaban a lugares tan lejanos y exóticos a muchas personas en Estados Unidos, para descubrir otras culturas y experiencias.

«El sombrerón» es una canción que ya estaba en tu disco Postales. Ahora has decidido hacer una versión nueva. ¿Por qué? ¿Qué significa para ti esa canción?

Pasó algo muy curioso. La versión que sale ahora en ¡Spangled! es realmente la original. Van Dyke le hizo ese arreglo hace diez años, y allí se quedó, pues no teníamos planes de grabar el disco en ese entonces. Cuando decidí incluir el tema «El sombrerón» en mi disco Postales, el productor de ese disco me mostró el arreglo que le hizo Chris McDonald y me pareció muy bueno.  El de Van Dyke es totalmente distinto y muy especial. Sabía que en su momento lo iba a  poder lanzar como parte de nuestro proyecto. Estoy muy ilusionada.

Colabora contigo una leyenda como Jackson Browne en Across the Borderline. Aunque la canción es de Willie Nelson y Ry Cooder, cuando la escucho, me recuerda mucho a Calexico. ¿Son artistas que te hayan influido decisivamente a la hora de componer?

A Jackson Browne lo conocí en Los Angeles a través de amigos mutuos. He de confesar que no conocía mucho de su música, pues en Guatemala él no es muy conocido. Igual me pasó con Calexico. Cuando me invitaron a cantar en su disco hace cinco años yo no sabía mucho de ellos. Claro que el haber estado de gira con ellos por casi un año me inspiró muchísimo. De hecho, tengo un tema nuevo que aún no he grabado, que a mucha gente ya me ha dicho que les recuerda a Calexico. Te juro que no lo hice a propósito. Ellos son como mi familia, y admiro muchísimo el trabajo de Joey y John en sus composiciones, al igual que el de mi gran amigo Jairo Zavala con su grupo DePedro. Ry Cooder es mi «guitar hero».  Es un sueño que sea parte de este disco tocando él solo del slide guitar en la canción que él mismo compuso: «Across the Borderline».

Las letras de tus canciones siempre nacen de la experiencia. Tanto Eduardo Galeano como Gabriel García Márquez hablaban de vivir para contarla. Escribir es siempre una manera de vivir, ¿no crees?

Totalmente de acuerdo. Lo que escribo es lo que vivo, experiencias muy mías y lo que veo que sucede a mi alrededor. Pero también me gusta escribir historias inventadas, de ficción, pero con emociones muy reales. Me gusta dar rienda suelta a mi imaginación.

También has adaptado canciones de reggaetón de Daddy Yankee y de Calle 13. En España es un género que gusta mucho entre los jóvenes, pero siempre hay críticas por parte de los puristas, que lo abominan. Cada vez más nos parecemos a nuestros padres cuando criticaban el rock n roll en su momento, ¿no crees?

Siempre el género mas popular va a tener sus fuertes críticas.  En lo personal, no es algo que particularmente disfrute.  Hay artistas de ese género urbano que admiro. Respeto lo que hacen. Siempre digo que hay un público para todos. Yo amo escuchar y bailar cumbia, salsa, boogaloo, chachachá y un buen son cubano.  Tiro mas a lo clásico.

Has colaborado con Bono, has participado en homenajes a David Bowie, tocado con Mike Garson, uno de sus mejores pianistascon Tracy Chapman, Ricardo Arjona y un largo etcétera. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos con ellos? ¿Alguna anécdota que merezca ser compartida?

Con Tracy Chapman guardo un recuerdo muy especial ya que fue la primera vez en mi vida que me fui de gira. Esto fue en el 2009. Yo acababa de lanzar mi primer disco, Still the Unknown, y era una artista totalmente independiente. Ese disco, por azares del destino —y gracias a un gran amigo mío— llegó a manos de Tracy. Ella lo escuchó una vez, y sin importarte que yo no estuviera con ninguna disquera, ni que estuviera apenas empezando me invitó a abrirle su gira completa de tres semanas por Estados Unidos. Fue algo increíble para mi.  Y tengo entendido que esa fue su última gira. Está totalmente retirada de los escenarios desde esa vez. Imagínate el honor que representó para mi haber compartido esos momentos con alguien que me influyó tanto de adolescente.

Ganaste un Grammy. ¿Hubo un antes y un después en ti como artista y persona después del premio?

Creo que eso es algo definitivo en cualquier artista. Es el reconocimiento mas alto que puedes recibir. Aparte de darte un gran espaldarazo, te motiva a seguir adelante y a pensar que no hay imposibles. Ahora, como persona, sigo siendo la misma Gaby que tenía ese sueño de grabar discos, de irme de gira algún día y de ganar un Grammy.  La música me sigue motivando a vivir y a creer en la humanidad. No hay duda que es una de las armas mas fuertes: cura, une y eleva almas. Eso es lo que quiero seguir haciendo mientras Dios me siga dando vida.

 

Texto: Alejandro Zambudio

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