Encuentros

El Drogas, el espíritu del sinvergüenza

Si esto del rock and roll fuera una familia, Enrique Villareal, El Drogas sería uno de los padres indudables del clan. A los 60 años, con las ideas más claras que nunca si cabe y una lucidez de difícil parangón para analizar el mundo que le rodea, descubrimos a una persona que está claramente por encima del personaje, capaz de decir las cosas de forma pausada, reflexiva sin perder un ápice de fuerza. Con un quíntuple disco bajo el brazo, El Drogas se encuentra en un momento de absoluto equilibro personal y compositivo que se refleja en un trabajo libre, perspicaz y lleno de matices. Cinco discos con cinco ambientaciones musicales propias que, no obstante, siguen contando con el inconfundible e incendiario sello del compositor de la Txantrea. Palabras llenas de pasión y carentes de pomposidades o fuegos artificiales que puedan enturbiar el mensaje.

Después de esa celebración rodeada de amigos que fue “Un día nada más”, ¿es este disco la lógica continuación del triple “Demasiado tonto en la corteza”? ¿Por qué este tipo de obra y por qué ahora?

Es una continuación lógica de los desastrosos proyectos que me voy proponiendo a mi mismo. No es tener demasiado sentido del marketing sacar 5 discos ahora, en estos momentos que se está funcionando con otro tipo de fórmulas en el mercado. Si ya un triple como el “Demasiado tonto en la corteza” fue ya el principio de ese desastre que siempre me rodea este es una continuación de ese desastre. El “Demasiado tonto…” me apetecía terminarlo con un disco en directo tres años después de que hubiera salido. Cerrar la gira con ese disco que fue “Un día nada más”. Siguiendo esa lógica no sé si con este disco pasarán cinco años en grabar un directo. Con esa fórmula me encuentro muy cómodo, e igual de cómodo me encuentro con este tipo de trabajos, el hacer discos de media hora que me permiten bucear por ambientaciones musicales donde quizás con discos más largos me sentiría más incómodo.

Corrígeme si me equivoco. Hay discos que cuentan una historia de forma conceptual como fue “La tierra está sorda”, y otros que son un compendio de historias o trocitos de vida diferentes. Diría que éste no es un único disco dividido en cinco, sino una compilación de historias recogidas en una obra global. ¿Cómo lo ves tú?

Sí, “La tierra está sorda” fue claramente un disco conceptual, donde hay un tema concreto y todas las canciones están danzando alrededor de ese tema concreto. O también el que hice de “La venganza de la abuela” que gira alrededor de los medios de comunicación o el primer poder en aquel entonces. Este nuevo disco es una especie de reivindicación del intruso. El sinvergüenza que se mete en ambientaciones musicales que nadie espera, aunque no me importa si alguien se lo espera o no, lo hago por puñetero placer. Dentro de este propio trabajo sí que uno de los discos tiene una clara vocación conceptual, como es “El timbre fundido” donde se van sucediendo los personajes de un circo. Quizá podría definirse así también “El timbre canalla y de bullanga” pero probablemente el término le quedaría un poco abstracto. O incluso el “Europa (Timbre Oxidado)”. Pero vamos el trabajo en sí no lo considero conceptual, sino el espíritu del sinvergüenza, que viene un poco de los 80, y del poco miedo que teníamos a salir a tocar delante de la gente, a enseñar lo que habíamos compuesto sin preocuparnos si técnicamente éramos buenos o no. Daba igual. Teníamos algo que decir y lo hacíamos así. Si nos hubiera dado por la pintura seguro que hubiéramos puesto nuestra ciudad como un San José de colores.

Cuéntanos eso de los Timbres (Oxidado, Acústico, Canalla, Fundido y Equivocado): ¿A qué responde esta agrupación y qué inquietudes recoges en cada una de ellas?  ¿Cómo nacieron en tu mente?

La verdad que hago todo de manera muy pensada. El título el disco “Solo quiero brujas en esta noche sin compañía” fíjate también qué marketing tiene, que cuando llega alguien a una tienda a comprar el disco ya se le ha olvidado el título (risas).

Pero me gustaba cómo el título abarcaba todos los trabajos. Decidí que cada parte o cada disco subtitularlo de una manera, como ya hice en el “Demasiado tonto en la corteza”. Aquí para ser más concreto me basé en los timbres que apellido a cada uno para que defina de manera directa lo que la gente se va a encontrar. Esa es la razón. Igual que el título del trabajo completo puede quedar muy abstracto y confuso, los timbres sí definen más a cada disco.

No obstante, el título también tiene su aquel, no es al azar. Es un verso de Leopoldo maría Panero, uno de los escritores que más me gustan y que menos entiendo cuando leo. La referencia de las brujas al abrir el libreto y ver una estrofa que viene de Eduardo Galeano se descubre. Para mí las brujas son las palabras o las musas que dice otra gente. Yo cuando estoy en periodo de composición más que musas prefiero que vengan a visitarme esas brujas. Las palabras terminan contando lo que ellas quieren y no lo que tú quieres.

42 temas repartidos en 5 discos cada uno con un sello y un envoltorio muy característico para cada uno de ellos, pero con una factura muy personal estilo “Drogas”. ¿Qué piensas de aquellos que tienen problemas para sacar 10 temas medianamente decentes cada tres o cuatro años?

Yo necesito trabajar de esta manera. Cada uno tiene que ser consciente de a dónde puede o quiere llegar. Yo no busco la calidad en cada tema o hacer una canción redonda. No me gusta. Prefiero hacer garabatos que me gusta compartir con otras personas que van a tocar conmigo y que ellas encuentren su espacio donde meter su instrumento y donde aportar a que esa canción se haga más grande. Si yo dejo de tocar con alguno de los que estoy y viene otro instrumentista a sustituir a quien lo deje me gustaría no que lo tocara de la misma manera que lo tocaba a quien ha sustituido, sino que aporte sus propias historias. Además, generalmente si quiero contar con alguien es precisamente por esto, no porque sea un gran intérprete sino porque va a pelar para que esa canción sea más grande.

No digo que eso cueste menos que hacer una canción dándole 20.000 vueltas, yo cuando le empiezo a dar vueltas a algo es como la mayonesa, que se me corta y tengo que tirarla. Las canciones que salen son las que realmente no han dejado de tener esa esencia de garabato. Ni toco bien ni quiero. No toco bien el piano, no toco bien la guitarra, no canto bien, soy “unitono”; cuando alguien me pide que vaya a cantar una canción con ellos y me preguntan que en qué tono me viene bien, les digo que da igual, que pongan el que quieran que yo voy a cantar con mi tono de voz y que al final genera una tensión que no se sabe si está bien o mal, pero saben que es El Drogas, un desastre, y no me importa.

No estoy en esto para demostrar si tengo estudios o si meto muchas horas con un instrumento u otro. El instrumento con el que más he estado es el bajo y fíjate. Por eso hablo del sinvergüenza, del intrusismo. Además, este oficio es un lujo porque te permite enredar con muchas ambientaciones musicales. Por eso no entiendo a la gente que se define de inicio ya con un estilo concreto, obviamente desde mi punto de vista, pero cada uno debe ser capaz de encontrar su sitio de la manera que crea conveniente. Pero a mí me aburren mucho esas carreras de muchos años en los que coges el primer disco y el séptimo y es el mismo disco.

¿Es esta la etapa más productiva en lo creativo y lo compositivo de tu vida?

No es tanto eso. Con Barricada cuando salía un disco nuevo, al día siguiente ya estaba trabajando en el siguiente, y he tenido esa rueda siempre. No es lo mismo ser que estar. En Barricada ha habido gente que ha estado en el grupo pro ser, no han sido todos. Igual que no es lo mismo mirar que observar u oír que escuchar. Hay que saber diferenciar, el que es, está, pero el que está no tiene porqué ser. Yo he estado currando siempre en esto de manera intensa, a veces hasta demasiado. En muchas etapas de mi vida me he olvidado de quien me rodeaba, de mi propia familia. Y ahora sigo de la misma manera, pero sin tener que poner ideas o conceptos en asamblea, que eso hace que el tiempo termine siendo infinitamente aburrido cuando en esa asamblea la opinión tiene que ponerla gente que tampoco está muy preparada para aportar historias a ese objetivo. Parece que soy hiperactivo pero este trabajo lo empecé hace tres años y medio. He tenido una gira de por medio de dos años y medio tocando mucho, pero he tenido tiempo de ir haciendo. ¿Esto podría haberlo hecho con barricada? Posiblemente no. Ahora mismo es otro planteamiento. Barricada para mí es una etapa finiquitada y estoy de lleno en algo que me hace disfrutar. Estoy disfrutando además de mi profesión de una manera que nunca me hubiera imaginado que podría hacer a mi edad. Me voy un día antes a los sitios que voy a tocar con mi socia, puedo pasear por el lugar, amanecer en el sitio donde vas a tocar, ver sitios, lugares, cosas, gente. No me cansan ni los viajes ni los kilómetros. Estoy disfrutando como un enano.

¿Es este el disco estilísticamente más complejo, más trabajado o más heterogéneo de tu carrera?

Hay que tener en cuenta que todo parte de la relación que tengas con un instrumento, en mi caso una guitarra acústica, que llevo siempre conmigo. Esto empezó hace tres años y medio. La socia me dijo que fuéramos a la playa, y yo lo que me llevo siempre es la guitarra y un libro gordo. El libro para ir a la arena y la guitarra para la habitación.

Una vez voy acabando de leer el libro mi cuerpo se va viendo con la necesidad de ir a coger la guitarra y estar en un entorno solitario y empezar a tocar y a sacar esas ambientaciones musicales, ya sea con un dibujo, con dos acordes. Comienzo a jugar con alguna melodía, con alguna frase, y así es como empezó el que fue el primer trabajo terminado, que fue el disco acústico. Lo tenía ya pre-maquetado antes de sacar el disco en directo. Ese lo tenía claro. Me resulta muy fácil empezar con algo a lo que luego se le va a dar una forma concreta, y la guitarra acústica viene conmigo casi siempre. A partir de esas melodías, paso esa pre-maquetada al grupo y empezamos ya a enredar como banda, el Flako con el contrabajo, el Brigi con escollibas, Txus metiendo ambientaciones con pedales, y todo va tomando esta forma que ahora tiene. Esa es la manera más fácil para mí de componer, pero luego hay otras.

Por ejemplo “Europa (Timbre Oxidado)” comienza con cinco composiciones de música de Brigi, Flako y Txus en las que yo no participo para nada Cuando lo recibo me lo vuelco a la grabadora y comienzo a sacar melodías incómodas. Voy metiendo letras, algunas que ya tenía escritas, otras no. Luego se lo enseño y me dicen “¡pero si aquí donde pones el estribillo era la estrofa!”. En fin, un batiburrillo, pero viendo cómo han quedado las canciones ha sido para muy una manera muy interesante de trabajar. Del resto de canciones de ese disco que he compuesto yo música y letra, ellos le han dado ese rebañe de aspereza. Acaba siendo un disco muy uniforme en cuanto a sonido. Esa es otra forma de componer.

Estos discos los he ido haciendo ordenadamente. Pero en el quinto, el último timbre, “Timbre Equivocado”, las canciones las he ido componiendo en un periodo más largo, cuando me surgían estando trabajando otras partes. Por eso es la parte que menos unión estilística tiene, o la que más garabatos encierra. Son las canciones que más se pueden manipular para hacer canciones en directo.

Barricada ya era una banda con un alto contenido en compromiso social, y como no podía ser de otra forma, los discos firmados con Txarrena y como El Drogas siguen siéndolo. ¿Es más difícil ser incendiario y comprometido con casi 60 tacos que con 20? ¿O se ven las cosas con más perspectivas?

Tampoco me analizo a mí mismo en ese aspecto. Sé que con 60 no es lo mismo que con 20. Ahora soy menos ignorante en muchos temas que entonces. Por ejemplo era un imberbe ignorante con el tema de la memoria o mejor dicho desmemoria histórica. Es algo lógico, tenía menos experiencias vividas que las que tengo ahora. El discurso es bastante parecido pero con mucha más convicción ahora que la que tenía antes. En cuanto a las vivencias, tengo un hijo que tiene su propia familia, me ha hecho abuelo, se está pagando el piso, tienen que trabajar los dos para llevarse una mierda de jornal al mes… lo que está viviendo mucha gente. Mi hija pequeña tiene 23 años y a parte de estar estudiando en la universidad también trabaja con “menas” (menores extranjeros no acompañados) y está viviendo las problemáticas que está surgiendo en este país, culpabilizando a gente venida de fuera, en una palabra, el puñetero, el racismo. Cuando ellos eran pequeños yo vivía otro tipo de cosas y problemáticas. Al final vives historias que te van tocando de cerca. Mi madre tiene alzhéimer y estoy metido en este tema. Estuve durante años con Mochila 21 y me ayudó a entender muchas historias del síndrome down. La vida es un camino de aprendizaje. Me voy encontrando con gente que me va enseñando sus experiencias vitales y me gusta escuchar. Muchas veces sólo con ese esfuerzo de intentar entender a esa gente has aprendido mucho. Y ya no te digo nada si logras ponerte en su lugar, eso que se llama empatía. No sé, no soy como cuando tenía 20 años pero no porque no beba o me meta sustancias psicotrópicas, sino, además de eso, por otra cosas mucho más importantes.

No sé si recuerdas aquel ya famoso “Quien no quiere a los Barri, no quiere a su madre” de Kutxi de Marea. Aunque sin duda Barricada fue, es y será una de las bandas más grandes de rock que ha dado y dará siempre este país, convertida ya en leyenda, sobre todo en tus directos se nota que tú como El Drogas has sabido capitalizar todo ese cariño y ese respeto de la gente y podría aplicarse perfectamente la famosa frase de Kutxi: “Quien no quiere al Drogas no quiere a su madre”. ¿Cómo se logra eso, ser alguien tan in discutiblemente querido en la escena por compañeros y público después de más de 35 años de carrera, y que muy pocos consiguen (Rosendo quizás es el otro personaje incuestionable)? ¿Algo habrás hecho bien no?

Yo recibo el cariño de la gente, sobretodo en los directos de una manera muy cercana. A mí me gusta no porque se me vaya a permitir todo, sino porque me obliga a tener un sentimiento de débito hacia ese público que paga un dinero por ver un espectáculo. Por eso tienes que estar dejándote la piel tanto en los ensayos como en los directos. A Barricada se le quería en general, no sólo a mí. Aunque no me gusta cómo se terminó no se puede hacer otra cosa ya. Para mí fue una etapa muy productiva, aprendí muchas cosas. Ahora estoy en otro capítulo de la vida. Pero también he visto a gente respetando, volcándose y teniendo cariño hacia Boni. Y me parece acojonante, muy bien. Barricada siempre nos sentimos con un grupo muy querido. Aunque luego al final hubo ostias por los lados. Creo que al final abrimos la puerta a demasiada gente que entró en nuestra cocina y que no quería salir de allí ni a tiros. Quizás ese fue nuestro primer error, o quizás fue mío por no haber puesto las historias más claras todavía.

Hablando de Kutxi, cuando a él le llamaban poeta, siempre decía aquello de que él es “cantante de rock and roll y escritor de canciones” y aunque a un cerdo lo vistas de torero, seguirá siendo un cerdo, pero vestido de poeta. En mi opinión Kutxi, a su pesar es un poeta, y pasa lo mismo con el Drogas que es un gran poeta o escritor de versos y cuentos breves en forma de canción. ¿También a tu pesar? ¿Cómo se interrelacionan ambas facetas?

Yo me siento compositor. Si estoy haciendo canciones la parte más importante es la propia canción. Pero para que eso tenga peso para mí el núcleo es la letra. Soy un “escribidor” de letras de canciones. Poeta no me he sentido nunca. No sé si porque me queda grande la palabra. ¡Poeta es Neruda! Yo soy alguien que siente placer contando cosas. Unas veces con sentido y otras sin sentido. Poeta se me hace grande. Últimamente he leído algún libro de algún mocete de 20 años con una profundidad… Hay gente que sí siente esa palabra y la defiende con sus escritos. Yo no he llegado todavía a eso. Me siento más juglar o bufón. No lo digo por humildad. El juglar o el bufón eran personajes importantísimos, como luego lo fueron los cantautores. Creo que tienen un papel importantísimo en la transformación de la sociedad. Lo mismo me parece el poeta. Para mí poesía no es tanto lo que escribo como lo que recibo. Yo he sentido más algún escrito mío cuando es leído por otra voz. Pierdo un poco la noción, parece que no es ni mío. En esos casos sí que he podido sentir que eso era un poema, cuando es leído por un poeta.

¿Si alguien te hubiera dicho hace 40 años que serías una leyenda viva del rock and roll en castellano le hubieras creído, tomado por loco o simplemente te hubiera importado un comino y te hubieras limitado a vivir el momento?

No tengo mucho tiempo de pensar en eso. Empleo mucho tiempo trabajando y luego con el tema familiar. No me preocupa demasiado. No sé si seré el ejemplo para bien, espero ser el ejemplo a no seguir si espero ser algo. Yo creo en lo que hago y hago con todo el cariño del mundo, e intento que eso se transmita de la mejor manera. Cmis convicciones sobre muchas cosas las pongo constantemente en duda porque sino no aprendería nada de nadie.

¿Crees que España ha involucionado como país? ¿Qué cosas que pasan ahora (censura y boikot a bandas como S.A, Def con Dos, denuncias a raperos, etc) en los 80 no podía pasar y éramos más libres, tanto artísticamente y como sociedad?

Lo digo porque a ti si no tengo mal entendido te censuraron Bahía de Pasaia y En nombre de Dios desde la discográfica, pero no desde estamentos públicos. En incluso vosotros erais de los “blandos” con bandas más punk RIP, Cicatriz, Eskorbuto o la Polla. Si publicaras ahora temas como No hay tregua que ya trajo consigo cierta polémica quizás estarías ahora procesado por enaltecimiento del terrorismo…

Creo que la vuelta al calcetín se le empezó a dar hace mucho tiempo. Todos tenemos algo de Abascal. Estamos dejando que nuestra parte de Abascal salga de una forma casi sin vergüenza. Ese es el auténtico problema. Dejamos que los estúpidos hagan que nuestra propia estupidez vaya llenando mayor porcentaje de nuestro interior. Y eso nos convierte en una sociedad absolutamente estúpida. Poco nos falta ya para llenar el depósito de estupidez.

En los 80 la explosión que hubo fue debida a los tiempos que corrían. A partir de lo de Negu Gorriak con Galindo, creo que eso si fue un toque de atención que indica que el contador empezaba a funcionar de otra manera. Luego lo de los S.A. que han estado vetados a lo largo y ancho de este país; y así un largo devenir de historias por un lado con el club de ofendiditos y ofendiditas, y por el otro con propio “facherío” que no tiene ya ningún obstáculo para hacer y decir lo que quieran. A mí más fuerte que todo eso me parece ver a un policía con una navaja diciendo a los menas que va a matar. Un personaje tan estúpido no tiene sitio en ningún estamento público, y seguramente tendría que pasar por un juzgado. En cambio, por el juzgado pasarán titiriteros o gente que se dedique al tema del espectáculo.

¿Qué responsabilidad tenemos todos como sociedad en el mundo que estamos construyendo?

Toda la responsabilidad. Todos deberíamos hacer una reflexión crítica hacia nosotros mismos. Lo suelo decir, nos están empujando desde atrás eso que se suele denominar como “sistema”, aunque el sistema no es una entelequia, el sistema son esos bancos que rescataron; esa Iglesia que no paga a Hacienda, plagada de pederastas y que se ha metido siempre en las familias y en la educación; el estamento militar; la Guardia Civil; la judicatura… Todo esto es lo que nos empuja para que nos enfrentemos a gente que son como nosotros. Posiblemente haya que echar en freno, darnos la vuelta y empezar a tortazos con todo esto. Y pedir la disolución de ciertas instituciones, para empezar desde cero y de otra manera. Como por ejemplo con la Guardia Civil, porque al final acabará siendo un héroe el del tricornio de Alsasua.

¿Echas de menos algo de la escena rock de los 80 o los 90? ¿O crees que los nostálgicos de la época lo son porque realmente son nostálgicos de su juventud más que de la escena o el contexto en si mismo?

La nostalgia está bien siempre que no sea algo que termine por comerte el presente. Cada uno venimos de lo que hemos vivido en el pasado. Entre el pasado y el presente esperemos ser capaces de dirigir nuestro futuro, pero sin agobios ni ansiedades. Yo vengo de los 80 que define mucho ya ese desparpajo que había en muchas historias, no sólo en la música, sino en radios piratas, en fanzines, etc. Pero porque era el momento. Ahora seguramente hay otras maneras de vivir esas historias. Cuando nos apetece protestar o reivindicar algo, cogemos el generador que tenemos en el local, cargamos el equipo en la furgoneta y nos vamos a la calle a tomar ese rincón sin pedir permiso. Es nuestra manera de reivindicar la calle, que es el lugar natural donde este tipo de expresión debe tener lugar. Hay gente que dice ¡qué par de huevos! No son huevos, es convicción. Si tu lo que quieres es vender muchos discos, que te salgan muchos bolos y cobrar mucho caché estás viviendo una película que no es real. La vida es una carrera de fondo. Y tengamos en cuenta que hemos nacido en el lado suertudo. Vamos a actuar de forma coherente y buscar eso que se define como bien común, que curiosamente es lo que menos se busca desde los políticos y las instituciones; todo lo contrario, es una carrera de engaños que te van mermando, individualizando y que hacen que la sociedad en general sea más débil, más enferma y más dominada. Cada tiempo tiene su lugar y momento de lucha.

Sigues haciendo conciertos de repertorio largo -lo que demuestra un respeto hacia el público-, muy intensos, y alejados de ese caos de alcohol, Drogas y violencia que se vivía en algunos conciertos de las primeras etapas de Barricada. ¿Disfrutas más ahora del rock como profesión y en lo artístico que antes?

Antes lo disfrutaba porque no conocía toda esta parte de ser más consciente de todo lo que estás viviendo. Era también esa adrenalina que formaba parte de todo eso. Ahora también hay esa adrenalina, pero se expresa de otra manera. Tanto el grupo como el propio público hemos aprendido mucho. Aprendes también a formar parte de ese espectáculo como publico. Desde luego yo prefiero esta manera que lo que pasaba algunas veces antes. No pasaba siempre, pero cuando pasaba enseguida salía en los periódicos y se hacía todo más grande. Aunque hubo situaciones realmente deleznables y peligrosas para el grupo y para el propio público. No es algo que me gustara vivir.

Una vez dijiste que tu idea con Barricada era poder espaciar más los trabajos como hacen Marea o Extremoduro, y sacar disco cada 3 o 4 años. Una doble pregunta:

¿Crees que si os hubierais puesto de acuerdo en eso con la banda, Barricada seguiría existiendo y hubiera evolucionado a algo muy parecido a lo que es hoy el repertorio de El Drogas? Y segundo, entre eso y el deterioro de las relaciones que hubo en la banda, fueron los motivos por montar un proyecto 100% de sello personal y con control absoluto creativo y de dirección, para no verse sometido nunca más a lo que supone trabajar en una banda con responsabilidad dividida?

No lo sé. Las cosas que suceden son las que suceden. A partir de ahí, el día que me abracé con Boni en el camerino de Rosendo aquí en Pamplona, además de reencontrarme con él, me reencontré conmigo mismo. Fue el cierre del capítulo Barricada al menos en lo que a mí se refiere. No sé qué hubiera pasado. No es algo que me preocupe ni sobre lo que pueda especular. Lo que pasó, pasó, y ya he cerrado ese capítulo. Fue una etapa bonita y con eso me quiero quedar.

¿El Drogas seguirá encima del escenario hasta que las fuerzas le acompañen y morirá encima de él o lo dejará en un momento álgido y de plenitud como por ejemplo hizo Rosendo este año?

Ahora mismo mi futuro más próximo es disfrutar esto que hemos hecho en directo, y me dejo llevar. La vida es la que manda. Gozo tanto dentro de este oficio que se me hace difícil pensar que un día vaya a dejar de tocar en directo o vaya a dejar de componer, pero es algo que puede que llegue ese momento por circunstancias de la vida. Pero no es algo que me plantee ni que me preocupe. Lo que sí que quiero es disfrutar y estar metido dentro de ese disfrute y que me vayan surgiendo ideas nuevas sobre la marcha que me alimenten.

Texto: David Lage

Fotos: Daniel Ferna Úndez

 

 

 

 

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