Discomático

Mavis Staples – Live in London / We Get By (Anti-PIAS)

Resultado de imagen de Mavis Staples - Live in LondonPuede haber pasado desapercibido este disco en el mismo año en que Mavis Staples acaba de editar We Get By, con la colaboración y la producción de Ben Harper. Y no debería, porque seguro que algunos prefieren a la rabiosa intérprete del directo que recupera algunos clásicos a aquella que sigue editando discos nuevos y válidos pero con canciones que puede que no lleguen a recordarse de igual forma. Los que la hemos visto en directo en los últimos tiempos, algo que no es tan extraño porque a sus ochenta años sigue dando unos doscientos conciertos cada temporada, sabemos que le cuesta moverse pero que, cuando se pone ante un micrófono, no necesita hacer casi ningún esfuerzo para emocionar. Aunque editó un disco en vivo hace una década, este nuevo álbum en directo revisa parte de su producción reciente junto a Jeff Tweddy, M. Ward o Ben Harper, como la encantadora balada «Dedicated» y la pantanosa «Love and Trust». Revive también el «What You Gonna Do» de su padre Pops y recupera el «Let’s Do It Again» de Curtis Mayfield. Además, se deja llevar por el funk en «Can You Get to That» de Funkadelic y encandila en su revisión de «Slippery People» de Talking Heads. Jubilosa o grave según el momento, siempre emociona. Lo dicho, no debería pasar desapercibido. XAVIER VALIÑO

Ahora mismo no se me ocurren demasiadas artistas que hayan confiado su arte a productores con tanto nombre y tan dispares. Ya en los ochenta fue Prince quien se empeñó en relanzar la carrera de Mavis con resultados irregulares. Más tarde han sido Jeff Tweedy, Ry Cooder o M Ward, los que han ayudado a la cantante a seguir adelante y también con logros desiguales. Ahora le toca el turno a Ben Harper y tampoco parece que su unión sea muy distinta a las otras. Ben recurre a tópicos que han acompañado la carera de Mavis desde que esta tiene conciencia musical. Esas guitarras crepitantes tan características de Pops, esas melodías de soul estrellado, blues en cautividad, gospel con conciencia social y funky límbico. Mavis y Ben Harper tiran de oficio y consiguen otro disco que engorda la vasta discografía de la artista pero que, en mi opinión, como ninguna de sus últimas obras predecesoras, la hace brillar a la altura de su leyenda. Esto sí, su discurso lleno de denuncia y esperanza, sigue siendo necesario en estos tiempos convulsos y la redundancia nunca fue un mal antídoto. Por consiguiente, si este disco hace que la cantante pueda continuar en la brecha, bienvenido sea. Pero si nos ceñimos estrictamente a su contenido artístico me atrevería a calificarlo de un corta y pega sin demasiado acierto de algunas de las perlas de su pasado. Solo queda pensar que algún día alguien al fin conseguirá concentrar su esencia hacia retos artísticos que abran nuevas dimensiones de emoción.

 

ANDREU CUNILL CLARES

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