Pese a no llegar a la treintena de años, Courtney Marie Andrews acumula ya, a tal tempranera edad, media docena de discos publicados, el más reciente May Your Kindness Remain, fechado en el 2018. Una situación que delata su precoz inicio pero sobre todo una profunda iniciativa creativa, orientada principalmente a interpretar desde un aspecto clásico el sonido de raíces estadounidense, una capacidad alabada por el público, la prensa especializada e incluso algunos muy significativos compañeros de profesión.
Sus más recientes composiciones, pese a mantener perfectamente visible ese hilo que les une a personalidades del género ya míticas como Emmylou Harris, Dolly Parton o Linda Ronstadt, aparecen embozadas en una ambientación densa y perfeccionista, lo que constituye la representación de una condición propia que además orienta hacia unos textos que surgiendo de lo personal e íntimo se expanden hasta lo colectivo y la propia situación actual de su país. Un repertorio que presentará por Europa a partir de septiembre y que hará paradas en España el día 19 de ese mismo mes en Ourense (Café & Pop Torgal), dentro del ciclo American Autumn SON Estrella Galicia, el 20 en Libertad 8, Madrid, de la mano de Momentos Alhambra Música, y terminará un día después en el BAM Festival de Barcelona. Una ocasión perfecta para poder hablar con esta talentosa intérprete…
Actualmente sois muchos los músicos jóvenes que decidís acercaros al sonido tradicional estadounidense, ¿de dónde crees que surge esa pasión por el género?
Creo que existe un anhelo de preservar las historias del pasado en nuestro momento, y la música de raíces es una gran forma de contarlas y mantenerlas. El punk fue mi pasión original, pero encontraba que era un envoltorio demasiado duro a la hora de entregar una historia dentro de su contexto de melodía y forma. El sonido tradicional estadounidense es música para la gente, y creo que esa es la razón por la que las personas son atraídas hasta él, porque es parte de su comunidad, de sus historias.
De hecho diste tus primeros pasos en bandas de punk-rock, ¿sigue siendo para ti todavía una influencia importante?
Siento que siempre voy a llevar conmigo una mentalidad punk y que dicha música me hace sentir muy nostálgica. No me veo poniendo todos los días discos de ese estilo, pero cuando lo hago disfruto mucho con ello. Esa pasión y la camaradería que transmite es contagiosa.
Empezaste tu carrera con 16 años, ¿ha cambiado tu perspectiva de la música con el paso del tiempo?
¡Absolutamente! Estoy en un estado constante de redescubrimiento y siempre intento adoptar una escucha crítica con todo mi trabajo pasado para poder crecer y mejorar mi arte. De hecho, mi primera grabación sonaba a una persona completamente diferente a la que hay en mi nuevo material.
Un nuevo disco que titulas May Your Kindness Remain, ¿crees todavía en la bondad?
Por supuesto, creo en la bondad. Creo que no es siempre fácil ser amable, pero también que es moralmente importante al menos aspirar a esa bondad tanto como se pueda.
Una canción como «Border» ejemplifica la presencia en tu música de los sonidos negros, ¿cumple el soul un rol importante en tu forma de componer?
Sí, totalmente. Siempre intento extraer de todos los pozos musicales. Hay mucho que aprender en el entorno de cada género, e incorporar piezas de todas ellos es lo que ayuda a encontrar un sonido que resulte lo más fiel a cada artista.
En temas como el que da título al disco o «Long Road Back To You» es el gospel quien deja su rastro, ¿es una cuestión solo musical o eres una persona religiosa?
No soy una persona religiosa, pero sí soy espiritual. Yo tengo mi propia versión de la espiritualidad, una que surge a través del día a día. Encuentro que el gospel es una música que puede ser muy curativa. La creencia y el amor a su Dios es muy potente, y considero que cuando alguien le canta con tanta pasión y convicción, es fácil caer en su música.
Este es también un álbum político, ¿ha hecho el triunfo de Trump aflorar esa faceta más comprometida de los músicos?
Sí, creo que hubo un cambio cultural cuando Trump fue elegido, encendió el fuego de muchos de nosotros, los artistas y músicos. Se tiene la percepción de que es un momento importante para hablar sobre todas esas cuestiones que están sucediendo tanto aquí en los Estados Unidos como en todo el resto del mundo.
Has sido galardonada recientemente en los UK Americana Awards, ¿Qué significan ese tipo de reconocimientos para ti?
Estoy muy agradecida por haber sido honrada con ese premio. He estado trabajando muy duro durante muchos años en este oficio y es muy agradable ser reconocida por toda esa labor invisible que he puesto en todo ello.
¿Resulta a día de hoy difícil ser mujer y tocar música tradicional americana?
Yo no diría que es difícil, en el sentido de que es algo que he podido llevar a cabo sin preocuparme de los riesgos que conllevara, pero ciertamente existen cosas que están fuera de mi control. Los festivales, por ejemplo, deben mejorar en la contratación de mujeres, y todos aquellos estigmas que nacen con la condición femenina sin duda también influyen en mi día a día, aunque no dejo que ninguna de esas barreras personales afecten a la hora de hacer mi arte. Espero que esos problemas mejoren, y hablar acerca de ellos ayuda a crear conciencia.
En septiembre comienzas una gira por Europa, que pasará también por España, ¿cómo llevas la larga y dura vida en la carretera?
Siempre he sido alguien muy nómada y que busca prosperar a través de mucho movimiento y de cambios. Como músico tienes que amar viajar, de lo contrario estas cosas se convierten en un infierno y mucho más difíciles de hacer. Por suerte, a mí me encanta.
¿Y cómo se percibe desde tu procedencia la manera de reaccionar de los europeos ante esta música?
Creo que los europeos tienen un profundo aprecio por la música, ¡y esa es la razón por la que a nosotros los estadounidenses nos encanta tocar por allí tanto!
Texto: Kepa Arbizu
