Encuentros

Wet Cactus, humedad cántabra en el desierto stoner

Los paisajes de Cantabria no evocan precisamente el desierto del Mojave ni el epicentro del stoner-rock que en los noventa se situó en Palm Desert. Pero los cuatro miembros de la banda cántabra Wet Cactus «más o menos descubrimos Kyuss a la vez y gracias a ello ¡nos zambullimos de lleno!». Esas aguas en las que se zambulleron son las de los sonidos densos, intrincados y psicodélicos de bandas como Black Sabbath, Yawning Man, Masters Of Reality o los mencionados Kyuss. Dos trabajos, el homónimo Wet Cactus de 2015, y el fantástico Dust, Hunger Gloom del año pasado, son su carta de presentación. Un stoner-rock ortodoxo, pero que huye de muchas de las taras del género. Lo que no es negociable es la creación de su música a partir de la improvisación, «nuestros temas suelen ser fruto de la improvisación, empezamos buscando un pequeño riff de cuerda y después vamos uniendo los demás elementos instrumentales hasta que se forma un bloque y vamos componiendo más partes». El resultado son temas que fluyen con naturalidad, con progresiones que llevan a los temas a diferentes paisajes, y en los que la base stoner toma elementos del rock inglés de los sesenta y setenta para darle toques más atmosféricos o melódicos según convenga, «creemos que es importante conseguir temas que tengan un desarrollo, aunque eso pueda resultar extenso, y que transmitan a quien lo escuche la potencia con la que nosotros la tocamos». A quien escuche a Wet Cactus le puede resultar complicado imaginar a sus cuatro miembros en Suances o Torrelavega, donde tuvieron que ir a ensayar al no tener un espacio adecuado para ello en la ciudad costera. Y pese a que Cantabria cuenta con una escena musical efervescente, las dificultades no son pocas. «Empezamos ensayan-do en el auditorio de Suances, pero nos echaron —explican—. Después ensayábamos en Ganzo, Torrelavega, en unos locales de un señor muy grasiento. Ahora estamos ensayando en el Espacio J.M. Illera, en Torrelavega. Un espacio cultural que se ha conseguido a base del trabajo de la plataforma Cultura Sin Techo. Es el entorno perfecto para ensayar y estamos muy agradecidos de poder formar parte de ello». De esa escena el mayor problema para Wet Cactus es la falta de circuito para tocar: «En Cantabria en general hay bandas de todo tipo. De nuestro estilo o nosotros del suyo, están Voltaje Cadáver, Granada Goblin, Mountain Stew, Kill The Redneck. Pero hasta hace poco, por ejemplo, no había ni un concierto en Torrela-vega. Ahora poco a poco la escena está resurgiendo gracias a plataformas como Cultura Sin Techo, Noche de Rock o Portugal, y esperemos que la gente de la ciu-dad pierda el miedo y se acostumbre a que no todo tiene que ser folclore». Wet Cactus ya trabajan para romper con ello y expandir su radio de acción, y este mes de julio actúan en el Resurrection Fest «con toda la ilusión de actuar en un festival de estas dimensiones». Y si el futuro es justo, Wet Cactus deberían tener una carrera larga y fructífera. Para ellos, su carrera ideal sería como «la de Bobby Liebling, que siempre ha hecho lo que le ha salido de las bolas». Que así sea.

 

SERGIO RODRÍGUEZ

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