La edición 2019 del festival Sweden Rock ha sido la segunda desde que entró en su organigrama la corporación Live Nation, todopoderosa en lo que a conciertos y festivales de Rock en todo el mundo se refiere. Dato para tener muy en cuenta referente a evolución y orientación del festival y la sexta vez consecutiva de asistencia por parte de un servidor.
Comenzó la actividad este pasado año con el anuncio al unísono de los tres cabezas de cartel: Ritchie Blackmore´s Rainbow, Def Leppard y KISS, similar a lo sucedido en la edición anterior (quienes fueron Judas Priest, Iron Maiden y Ozzy Osbourne). Ésta y otras son las estrategias de mercadotecnia que se utilizan para obtener el mayor rédito de beneficio en el menor tiempo posible. Se han notado los cambios, sobre todo en el aforo, mientras se decía que no se iban a superar los 35.000 espectadores, especialmente en la jornada del jueves que encabezaban KISS, se superó con creces, provocando una gran masificación principalmente en la zona entre los dos escenarios principales (Festival y Rock Stage) en los prolegómenos y durante dicho concierto. Posteriormente se evadían ésta y otras cuestiones negativas en los medios de comunicación del festival.
Comenzamos la jornada del miércoles con James Holkworth & The Coolbenders y sus sonidos Southern Blues pusieron un grato arranque de festival. A continuación, Rock Pa Svenska fue un sentido homenaje al tristemente fallecido Robert “Strings” Dahlqvist, guitarrista de Hellacopters y Dundertåget, en el que cada músico de la banda se repartió las labores vocales. También subió al escenario la propia madre de Robert para dar un discurso de agradecimiento. OZ pusieron su genuino sabor de la New Wave of British Heavy Metal. Demon realizaron un gran show, pudiendo haber lucido más de haber sido en horario nocturno. Joe Lynn Turner hizo un repaso a los temas más emblemáticos de su carrera con Rainbow, Deep Purple e Yngwie Malmsteen. El concierto del día, para mí fue el de los pioneros thrashers de la Bay Area de San Francisco, Death Angel. Realizaron un concierto intenso y enérgico, sin concesiones. El cabeza de cartel del primer día eran los supervivientes Skid Row comandados por Rachel Bolan y Dave “Snake” Sabo, los cuales hicieron un buen concierto, pero se nota al cantar la procedencia heavy en vez de hard rockera de su actual cantante ZP Threat (ex Dragonforce) tocando sus emblemáticos himnos.
A partir de la jornada del jueves ya se ponían en marcha todos los escenarios, incluyendo los dos más grandes. The Wild! y Cobra Cult nos hicieron recordar que, desde siempre, esto se trata de un festival básicamente sustentado por el Rock n´Roll. Blackberry Smoke inauguraron este año el escenario más grande (Festival Stage) con un show, a mi modo de ver, con falta de pegada. Con ellos me ha ocurrido que me han gustado más nocturnos que diurnos, canciones no les faltan, pero te quedas con la sensación que hay momentos en que tienen muy estudiado el set, no dejando apenas margen a la improvisación. Three Days Grace ofrecieron en el Sweden Stage su ritual Neo Grunge para satisfacer a un gran espectro de público. Los suizos Krokus se vaciaron dando un gran concierto de despedida, lleno de auténtica garra rockera. Lucifer es el nuevo proyecto del incansable Nick Royale (Hellacopters, Imperial State Electric) y su pareja, la preciosa Johanna Sadonis a la voz. En una onda Doom, aquí Royale vuelve a encargarse de la batería, como ya hiciera en sus inicios con Entombed. Show intenso, pecando de lineal por momentos debido a la forma de interpretar de la vocalista. Otro nuevo proyecto también son Deadland Ritual, formados por Geezer Butler (Black Sabbath) al bajo, Matt Sorum (Guns n´Roses, The Cult…) a las baquetas, Steve Stevens (Billy Idol) a la guitarra y Franky Pérez (Apocalyptica) a la voz. Dieron un buen concierto basado principalmente en canciones de las bandas a las que han pertenecido.
Los cabezas de cartel de este día eran Def Leppard, quienes con su veteranía y saber estar, dieron un concierto plagado de éxitos en sincronía con la genial parte técnica en el montaje, dando un gran resultado. Siempre habrá voces que digan que, si usan algunas bases grabadas, pero para mí, sintiendo la emoción que viví, eso pasa a un segundo plano. Slayer ofrecieron un tremendo show de despedida espectacular lleno de pirotecnia. Para acabar el día, una de las mejores actuaciones del festival fue la de FM con su gran sensibilidad y destreza hard rockera.
El viernes fue el día de más afluencia de gente debido al tirón que siempre han profesado KISS en Suecia. Empezaba el 4Sound Stage con las Burning Witches, grupo heavy de bellas jóvenes féminas. Las cuales descargaron su repertorio y versiones con ganas de agradar, aunque todavía les falten tablas. En el Sweden Stage, The Night Flight Orchestra repartieron buenas vibraciones al respetable, tal es así, que hubo un intervalo de tiempo que se formó una conga de gente unida sin fin, bailando y disfrutando al son de la banda.
Magnum en el escenario más grande, ofrecieron un show sobrio y emocionante. La reunión de la formación original de los hard rockeros suecos Easy Action con Kee Marcello (ex Europe) al frente, era uno de los atractivos del festival, sobre todo para el público autóctono. Dieron un concierto irregular con unas fases buenas y otras, no tanto. Axel Rudi Pell me transmitieron buenas vibraciones, interpretando canciones llenas de feeling. The Quill lograron resolver con solvencia su actuación, tras su ausencia la anterior edición. El ex Scorpions y discípulo de Hendrix, Uli Jon Roth se lució y puso en valor su dilatada experiencia. ZZ Top nos brindaron un recital dividido en dos partes, la primera más jam e improvisada y la segunda, directa a sus grandes éxitos.
KISS y su espectacular montaje milimétricamente ensayado, no defraudó. Aunque ya sabemos que Paul Stanley no conserva integra su voz durante el espectáculo. Pero el show compensa las carencias. Dream Theater fueron el fiasco del festival, recortando ampliamente la duración de su actuación sin motivo aparente.
Y así llegamos al sábado, que significa que el festival toca a su fin. Señalar que fue en general la jornada más fructífera de todas. Comenzamos con los jóvenes paisanos Dust Bowl Jokies realizando su particular Sleazy, el cual sienta perfectamente a esas horas tempranas. Danko Jones nos puso en órbita directa a la intensidad de su Punk Rock. Los Electric Boys de Conny Bloom vuelven a repetir en el festival, pero no seré yo el que ponga alguna objeción a su valía. Styx protagonizaron un concierto mágico.
Integrados por unos músicos de primerísimo nivel, conforme va transcurriendo su actuación sientes que ese no es un concierto más, es especial. UFO a estas alturas de la película, gira de despedida en su cincuenta aniversario, me sorprendieron dando una actuación cargada de emoción e intensidad, con un veterano Phil Mogg inconmensurable. Saxon se sabe que son un valor seguro, Byford y compañía imprimen maestría heavy metal, sentando cátedra.
Y llegó el momento de la actuación más esperada, el retorno de los Rainbow del guitar hero Ritchie Blackmore. Esta encarnación de la banda cuenta con la voz del chileno afincado en España, Ronnie Romero quien completó una actuación animada y satisfactoria. En cuanto al dios Blackmore, se mostró como el icono que es, dirigiendo su banda profesional y visiblemente disfrutando. Los últimos fueron Blue Coupe, banda integrada por los hermanos Bouchard (Blue Öyster Cult) y Dennis Dunaway (Alice Cooper Group) los cuales recibieron la ayuda del magnífico guitarrista Ryan Roxie (Alice Cooper, Casablanca, Slash´s Snakepit) a lo largo de todo el show. Sonando en el repertorio los grandes clásicos de sus bandas madre, que hicieron despedirnos de la mejor manera posible.
Deseamos que la organización tome buena nota de los inconvenientes producidos este año y rectifique adecuadamente para que su fiel público vuelva a experimentar el disfrutar de la atmósfera y el ambiente del mejor festival del mundo.
Texto y Fotos: Javier Balenzategui Pérez
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