Un músico sin luz. Ni un foco iluminó su cara en todo el evento. Paradigma de un incomprendido artista y enorme estrella a quien, personalmente, considero que le falta ese plus de creérselo y dar un paso hacia adelante en sus actuaciones en vivo. Quizás es tímido o es su carácter. Quién sabe. Ya le he disfrutado en tres ocasiones y siempre sucede lo mismo. Apetecería saltar al foso y gritarle… ¡Gary! ¡Vamos, da un paso al frente! Lo tienes, pero ¡créetelo!. Porque una cosa está muy clara, cuando se desata con sus solos en temas como Bright Lights o When the train pulls, muy pocos, muy pocos actualmente le hacen sombra. Noche calurosa en los jardines con un aforo muy completo. Se mostró tímido y comedido con el respetable con el que incluso bromeó cuando anunció que iba a tocar Low Down Like Rolling Stone de su último disco y la gente le ovacionó sobremanera. Gary ni se inmutó y les espetó “no es el tema que creéis”. Ese fue uno de los muchos temas de su nuevo y flamante nuevo disco, «This Land» que interpretó en vivo.
Sorprendió a quien suscribe lo fidedigno de esos temas en directo respecto a lo que tenemos en el disco. Muestra de que Gary no es un producto de estudio sino un tipo que sabe lo que tiene entre manos navegando contra marea en los aficionados al género que echan pestes del de Austin, Texas. Fueron varios los temas del disco que sonaron la noche del sábado: I walk alone, la eléctrica What about us, Feed the Babies o la estupenda y brillante Pearl Cadillac (el Purple Rain del siglo XXI). En los bises, Guitar Man, Don’t Owe you y una exclente versión aplaudida a rabiar de Come Together.
Texto y foto: Jordi Sánchez
