Discomático

The Raconteurs – Help Us Stranger (Third Man-PIAS)

Resultado de imagen de The RAconteurs - Help Us StrangerA estas alturas de la película no hace falta esforzarse demasiado en pregonar las virtudes de Jack White y su importancia e influencia en el panorama musical de los últimos veinticinco años. El genio de Detroit ha ido alimentando, disco a disco y proyecto a proyecto, una leyenda que lo sitúa sin lugar a dudas en el Olimpo de los más grandes creadores de la historia del rock. Desde los imprescindibles y seminales White Stripes a sus excéntricos e interesantes discos en solitario, pasando por los oscuros The Dead Weather y sin olvidar la impagable labor que desempeñó en los discos de retorno de viejas leyendas como Loretta Lynn o Wanda Jackson, cada paso que ha dado White en su carrera ha supuesto un gozo para los amantes de rock y blues más genuino. Pero si hay uno de sus proyectos paralelos a los Stripes que merezca un capítulo especial en la historia de este genio de las guitarras afiladas y los ritmos pantanosos es, sin lugar a dudas, The Raconteurs.

Si bien es cierto que White Stripes nos pusieron en alerta y alucinábamos de las enormes posibilidades que podían surgir de la combinación de un guitarra y vocalista genial y una batería mediocre validando el formato de power-duo por los siglos de los siglos, al mismo tiempo conjeturábamos acerca de qué sería capaz Jack White si pudiera conjugarse con una banda completa de músicos que estuvieran a su altura. La concreción de esos sueños húmedos llegaba en 2006 con Broken Soldier, un disco de debut que nos dejaba boquiabiertos ante tal bofetada de sucia y exuberante energía blues, rock&soul, y volvía a materializarse en 2008 con un igualmente perfecto Consolers of the Lonely, coincidiendo con los rumores de que el distanciamiento entre Jack y Meg parecía ya irreversible. Han tenido que pasar once años hasta que White ha vuelto a alinear su talento con el enorme Brendan Benson y los habituales Jack Lawrence y Patrick Keeler para, de nuevo, regalarnos un disco redondo, sin fisuras y sin sorpresas.

Un genuino y perfecto artefacto sonoro repleto de energía rock, poderoso pop y profundo blues aderezado con un punto de psicodelia, un pellizco de funk y un buen chorro de soul y southern rock propio del Nashville donde ha sido grabado y producido el disco. La enérgica «Sunday Driver» y la nostálgica «Now That You’re Gone», ya nos hacen intuir que no hay grandes cambios en el concepto de la banda y que mantiene intacta su inspiración a la hora de componer y su energía a la hora de ejecutarla. La enorme versión del «Hey Gyp (Dig the Slowness)» de Donovan nos hace esbozar media sonrisa, la histriónica «Don’t Bother Me» nos hace apretar los puños, la eléctrica «What’s Yours Is Mine» nos despierta las ganas de tomar la pista de baile  y la épica y emotiva «Thoughts and Prayers» pone punto y final a un viaje sonsoro y sensorial que nos reconcilia con un presente gris y nos recuerda que aún hay artistas capaces de emocionarnos.

 

RUBÉN GARCÍA TORRAS

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter