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The Intelligence – Sala Upload, SON Estrella Galicia, Barcelona

Oda a la capacidad de entender, de comprender, de aportar ideas. De crear. Quizá sea esa una característica que pueda pasar desapercibida en un músico, pues la inspiración, la técnica y el talento los define más, pero la inteligencia es crucial. Y allí estaba él, con la camisa por dentro del pantalón, calzando náuticos. Con la actitud del que está por encima de la situación. Poco importa todo lo demás, cuánta gente hubiera en la sala, el set-list, o qué banda le acompañaba. Ni siquiera cuenta en qué grado de entusiasmo o iluminación se encontrara en el día de marras. Allí estaba con su aire desenfadado, bromeando a lo Bill Murray en los interludios. Un tipo inteligente –piensa uno-, tiene una inteligencia inteligente que diría Milan Kundera en La Inmortalidad. Parece autodefinirse con el nombre de la banda, pero aún es más obvio escuchando sus discos y sobre todo viéndole actuar. No es un privilegiado guitarrista, pero acelera garajeando como nadie y, sobre todo, frena las cuerdas y para el mundo. Asimismo, cantar no es su principal favor, pero sus composiciones son una oda a la fluidez y al contraste, a la sencillez supina, al factor común, al estilo, al experimento. Podría ser un Talking Head -más intelectual si cabe- o un Happy Monday dotado de control –solo un poco-, pero simplemente es él, el señor Lars Aldric Finberg. Disculpemos a todos los amantes de la música que no acudieron aquella noche a disfrutar de su sonido, el humanismo universal les dará otra oportunidad.

Texto: Pacus González Centeno

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