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Jimmy Barnatán & The Cocooners – La Nube (Bilbao)

Hay que dejar claro que es difícil programar un concierto el mismo día en el que el Maestro Dylan visita tu ciudad. Pero la gente de La Nube tiene tanta valentía como amor a la música. ¿Qué Bob Dylan toca el viernes noche? Pues para los que quieran otro tipo de experiencia más cercana y eléctrica pues se traen a un artista como Jimmy Barnatán, un tipo que destila Blues por sus poros y sabe perfectamente lo que es el Rock´n´Roll Way of Life. Él y sus Cocooners ofrecieron un concierto tremendo, repleto de sudor, cercanía, sensualidad y diversión, vamos, Blues en estado efervescente.

Más de una persona se acercaría a Santutxu atraída por el pasado profesional de Barnatán pero lo que tuvieron enfrente fue a un músico en mayúsculas, alguien que quiere vivir por y para esto, que tiene un talento excepcional (algo de su infancia en New York seguro que influye) y que sí que sabe aprovechar su vena profesional para darle más rotundidad a su show, un entertainment en estado puro, algo que refuerza su faceta de cantante desgarrado para conseguir la ecuación perfecta, difícil no apartar la mirada de él cuando sus botas camperas pisan las tablas.

The Cocooners ofrecieron un concierto de casi dos horas, potente, coordinado, sonado maravillosamente y con una interacción plena con un público entusiasmado, casi tanto como ellos (Barnatán no dejaba de repetir que Santutxu era su otra casa, dos años hacía de su última visita). El showman estuvo perfectamente acompañado por Sergio González a la guitarra y con una base rítmica contundente con Ángel Camacho a las cuatro cuerdas y Rubén Rodriguez con las baquetas.

Repasaron temas de sus tres discos (“Room 13: a Blues Tale”, “Motorclub”, y el más reciente “Bourbon Church”) junto con algunas versiones, en un concierto basado en el Blues (desgarrado, pantanoso, clásico, de todo hubo…), Rock, Country, Funk y por momentos Hard Rock, porque como dijo el cantante, “no somos el puto Orfeón donostiarra”.

En el repaso a su larga lista de canciones destacaron varios temas como “Like the grown needs the rain”, “Back Way Home” o “I´m Alone” (ambos con un color Country muy intenso), “Touch the sky” o el Hard Rockero “Remakers”, con el que acabaron su actuación, aunque la insistencia local les hizo continuar un buen rato más.

Sonó también el primer tema que compusieron (gracias a la historia de una botella de whiskey muy barata, la necesidad te lleva al averno), “Old Crown Blues”, su particular “I´m a Man”, “Good things of the life” o “I´m Alone”. Por todos ellos fue fluctuando de un estilo a otro (Blues en las raíces, eso siempre) y asombrando con un “Bad Boy” a capella tras anunciar que la sensibilidad que se gana en la garganta se pierde en las yemas de los dedos.

“Living down the highway” sonó Funk (y nos hizo agacharnos a todos para inerpretarla y vivir su letra) y “How deep is your love” totalmente stoniana. Pero lo mejor de la velada, sin duda alguna, fue la comunión con el público (que abarrotó La Nube) con “Elevate my soul”. Un gran tema en el que participó la audiencia con un Barnatán, de nuevo a capella, y que demostró que la cercanía en salas pequeñas ofrece una magia que no se da en otro tipo de recintos.

Se cerraba la actuación con el segundo bis versionando un temazo como es el “Roadhouse Blues” de The Doors. Y los Cocooners, sudorosos como debe ser tras una gran sesión de Blues, decían adiós. Y el grrrr de Barnatán (“Like a cat, like a tiger”) nos recordaba a Jerry Lee Lewis, al peligro que destilaba el Asesino y a todo lo que significa vivir on the road.

Texto y fotos: Michel Ramone

 

 

 

 

 

 

 

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