Cuando Homer Simpson paseaba por las calles de París acompañado de Carl –en uno de los innumerables capítulos de la popular serie norteamericana– este último realizaba una apología de todas aquellas cosas que adoraba de los franceses salvo “su patética versión del rock and roll”. Cierto es que las imposturas culturales cuando se alejan de las raíces populares de cada región pueden derivar en parodias atroces de los originales. Sin embargo en los últimos años –y sin poner en tela de juicio las contribuciones del país galo a la música popular, incluso en géneros ajenos, de algún modo, al público rutero– numerosas formaciones se han encargado de vindicar la relación existente entre Francia y el rock and roll.
Parte de estos conjuntos beben del férreo rescate de los 60 –es el caso de Les Grys-Grys o Cayman Kings–, otros se suman a las prístinas guitarras y melódicos coros del power pop vigentes en algunos de sus coetáneos estadounidenses –como por ejemplo en los ya extintos Crusaders of Love– y algunos revitalizan el garaje sin quedarse atrás y con empuje renovador –The Lookers o The Madcaps–. Aunque resulta lícito destacar a otros que ya probaron atrás parecida suerte en el consabido páis como Dogs, Telephone o Camera Silens entre muchas otras formaciones afanadas en el punk y el rock and roll.
Toda esta engolada introducción nos desliza hasta Toulouse para dedicar las siguientes líneas a Facing Death el último lanzamiento de Cathedrale y a la vez postrera referencia del sello francés Juvenile Delinquent Records en cuyo catálogo se puede encontrar una interesante panoplia de conjuntos de toda índole.
Yet, so easy arranca con posos lisérgicos hasta la irrupción de unos enérgicos acordes en la onda de los neoyorquinos Parquet Courts. En I think I can emulan con gusto a unos Flamin’ Groovies setenteros. Question juega con paisajes cercanos a los de Atlanta Black Lips. Games irrumpe con musculado bajo para sacar a relucir la veta más punk del combo. Buena parte de la energía del corte previo se traslada a Shadow, la pieza más breve del disco. Facing Death, composición que da título al álbum se reviste con prolongada introducción para luego repetir algunos de los fundamentos postulados con anterioridad. En The Knight is gone away suenan como una especie de nervudos The Go-Betweens. Con Signal enhebran la senda –aunque de manera menos macarra y tamizada por un sonido contemporáneo– de unos Cockney Rejects o Sham 69. Recuperan lluminosidad pop en Which way I’ll go. No pierden el pulso y ponen el cierre con You Can Fall.
En definitiva diez canciones plagadas de reminiscencias y en consonancia al sonido de su generación dentro de las fronteras francesas y al otro lado del charco.
Texto: Alejandro Jiménez
