Encuentros

Madrugada, la hora de color azul

Sivert Høyem en el escenario del mítico Paradiso (foto: Sergi Fornols)

La noticia saltaba a mediados del año pasado en los burladeros del rock: Sivert Høyem, Frode Jacobsen y Jon Lauvland Pettersen se reunía diez años después de su disolución y anunciaba una serie de fechas europeas. La excusa era conmemorar el vigésimo aniversario de su primer álbum Industrial Silence (1999). Muchos fans españoles empezaron a buscar vuelos y pedir días libres en el curro hasta que en enero de este año se anunciaban dos fechas en nuestro país. Esta misma noche del martes 7 de mayo Madrugada actúan en la sala But, Madrid, dentro del ciclo SON Estrella Galicia y mañana miércoles lo harán en Razzmatazz, Barcelona.

Ruta 66 estuvo en su concierto del Paradiso, Amsterdam, dividido en dos partes, el repertorio íntegro del disco homenajeado y un segundo acto con otras canciones de su discografía. ‘’El triunfo había sido abrumador y no quedaba ninguna duda de que ese anhelado sueño del retorno de los noruegos era ya realidad’’, sentenció nuestro corresponsal.

Dos citas ineludibles para ver en directo a los noruegos, uno de los mejores nombres de la escena alternativa europea de los noventa y la primera década del nuevo milenio, una banda que con discos como el mencionado debut, The Nightly Disease (2001) o The Deep End (2005) captó la atención de los aficionados a través de un rock tan elegante como intenso.

Ayudados en escena por Christer Knutsen y Cato Thomassen, el ahora trío —su guitarra original, Robert Burås, falleció en 2007— nos embarcará este mes de mayo en un viaje sentimental para el que todo buen rutero debería ya tener pasajes adquiridos. En primera.

Pero antes llamamos a Jon para que nos hable de cómo está yendo la gira, planes de futuro y curiosidades varias.

Parece que esta gira está siendo todo un éxito. ¿Cómo os sentís con las entradas agotadas y cómo percibís la reacción de los fans?

Nos sentimos privilegiados por hacer ‘’sold out’’ en todas partes. Para ser honestos, no sabíamos qué esperar. Hemos estado fuera de escena muchos años, y simplemente no sabíamos a qué tipo de interés nos enfrentábamos, excepto en Noruega, donde seguíamos siendo como parte de la familia. Pero en lo que respecta al resto de Europa es difícil controlar la cantidad de interés que generas. En Berlín, por ejemplo, el promotor contrató un club con capacidad para ochocientas personas, pensando que eso sería suficiente. Pero se agotaron las entradas en dos horas, por lo que tuvimos que organizar un segundo concierto en el Columbiahalle con capacidad para tres mil quinientas… y se vendió muy rápido, también. Ese ha sido el patrón en toda Europa. Podríamos decir pues que la gira ha superado nuestras expectativas. Lo más importante, sin embargo, es la cálida y entusiasta respuesta de los fans. Tenemos la percepción de que mucha gente ha echado de menos a la banda. Cada concierto es una celebración, ¡una verdadera fiesta! Y la camaradería entre la banda y el equipo en gira, no tiene precio. Lo estamos pasando mejor que nunca en la carretera.

Foto: Knut Aaserud

En esta gira celebráis el vigésimo aniversario de Industrial Silence y lo interpretáis entero. ¿Es vuestro disco favorito, se trata de volver en parte a los orígenes o es una mera excusa para volver a la carretera?

Supongo que la respuesta a esta pregunta es… que es tanto un álbum favorito como una cuestión de volver a los orígenes y una simple excusa para volver a estar juntos [Risas]. Para elaborarlo un poco más… el proceso que llevó al lanzamiento de Industrial Silence fue un período formativo en nuestras vidas. Varios años en el local experimentando, tratando de hallar nuestro sonido. Muchas peleas, discusiones, pero también revelaciones, como cuando apagamos las luces y tocamos nuestra primera canción propiamente dicha, «Electric», durante toda la noche. Fue como si hubiéramos encontrado un nervio, la primera pieza de la identidad que más tarde se manifestaría en un disco del que estamos muy orgullosos. Hacer esto es retroceder en el tiempo y revivir un poco de esa magia de los noventa, pero la respuesta de la audiencia nos dice que el material sigue vigente a día de hoy. Y por supuesto, fue una excusa para volver a estar juntos. La amistad que los cuatro desarrollamos fue algo especial. Vivíamos y respirábamos música las veinticuatro horas del día, viajábamos juntos todo el tiempo. En parte, volver a estar juntos fue iniciativa mía. Supongo que echaba de menos salir por ahí con estos muchachos, y esa amistad única que se desarrolla al hacer música juntos.

¿Cómo preparasteis los conciertos? ¿Volvisteis a ensayar todos esos viejos temas?

Empezamos a ensayar hace un año. Para nosotros, era imperativo sonar convincentes para sonar bien. Pero debo decir que incluso el primer ensayo tuvo ya un elemento mágico, sonó genial desde la primera nota. Y sí, hemos ensayado esas viejas canciones. Mucho.

Debe ser genial estar juntos y saborear el éxito de nuevo, pero a la vez ha de ser duro no tener a Robert ahí. ¿Cómo sobrelleváis su pérdida y los sentimientos contradictorios al respecto?

Es difícil lidiar con la pérdida de Robert. Todos extrañamos a ese gran tipo, a ese hombre amable y genio de la música. Hacer esto nos trae muchos recuerdos. Musicalmente, gran parte del tiempo en los ensayos se ha dedicado a integrar a Christer Knutsen y Cato Thomassen en la banda, en parte intentando encontrar elementos del sonido único de Robert y en parte también adaptando el material a su propia personalidad.

Habéis lanzado recientemente el tema «Half Light», del filme Amundsen, vuestra primera canción en once años. ¿Cómo llegó a producirse esta colaboración?

Alguien del management nos habló de que esta película estaba en rodaje. Teníamos una demo grabada hace años y Frode pensó que podría ser adecuada para una película sobre el legendario explorador. Se la ofrecimos a Espen Sanberg, el director, y le gustó mucho. Es importante para nosotros decir que se hizo como banda sonora, no como single. Y en ese sentido estamos realmente satisfechos.

Una vez finalicéis la gira, ¿hay planes de entrar al estudio para grabar un nuevo álbum?

Esta gira, planificarla, ensayarla y ejecutarla, supone un enorme esfuerzo. Probablemente hagamos ochenta y cinco conciertos este año. Creo que primero toca seguir hasta finalizarla, y a partir de ahí ver qué hacemos. Dicho esto, ha sido muy inspirador, divertido y sorprendentemente exitoso hasta ahora, así que habrá que ver qué pasa, ¿no?

Si os lo pidieran, ¿colaboraríais con otra banda noruega de metal extremo como hizo Sivert con Satyricon?

Supongo que tendríamos que volver a grabar nuestro propio material antes de empezar a colaborar con otros. No veo la colaboración entre Satyricon y Madrugada como la más obvia, pero yo qué sé. Sivert lo hizo muy bien con ellos hace unos años.

Siempre se os ha considerado una banda muy emotiva e intensa no solo en lo musical sino también en lo lírico. ¿De dónde proviene la inspiración para esas letras?

Las letras son cosa de Sivert, y habría que preguntárselo a él, pero siempre ha dicho sentirse influenciado por Springsteen, Dylan, REM y Neil Young. Y ya que eres español, diré que sé que ha leído mucho el trabajo del poeta Federico García Lorca.

En los últimos años habéis reeditado en vinilo todos vuestros discos, en ediciones de gran calidad. ¿Cómo ves el futuro de la industria discográfica? ¿Sobrevivirá el formato físico o desaparecerá en unos años?

Vendemos mucho vinilo en los conciertos. Estoy seguro de que tanto el formato físico como el digital convivirán, aunque este último seguirá siendo el formato principal. El año pasado y por primera vez en décadas, en Noruega las ventas de vinilo superaron las ventas de CD. Aunque se trata solo del diez por ciento del mercado, creo que el vinilo crecerá aún más. Y esta banda lo mantendrá vivo.

La clásica pregunta sobre el último disco que has comprado: ¿qué escuchas actualmente?

Fui a ver a Sharon van Etten en Amsterdam recientemente, en el legendario Paradiso, donde también tocamos nosotros hace unas semanas. Fue genial. Aparte escucho a Alex Caeron, son risas y buenas canciones a partes iguales. Y, mucha música de los ochenta en estos momentos: Ultravox, Roxy Music, Talk Talk. Pero eso cambia muy rápido. La próxima semana podría ser otra cosa.

Europa está viviendo momentos cruciales. El Reino Unido está por largarse, los partidos de extrema derecha se hacen fuertes, rechazamos la llegada de refugiados sirios… ¿cuál es tu visión al respecto?

Es duro ver que la extrema derecha forma parte del gobierno noruego, y que los cambios en Europa también nos han alcanzado. Nos gustaría pensar en Noruega como una sociedad socialdemócrata que favorece la igualdad y la responsabilidad social. Con el nuevo gobierno conservador/liberal hemos visto políticas similares a las de Europa del Este y Estados Unidos: están tratando de reducir la libertad de expresión de los artistas, y algunos de esas tendencias están relacionadas ideológicamente con conceptos que eran populares en Alemania en los años treinta y cuarenta, especialmente en lo referente a los derechos de los refugiados. El prejuicio y la discriminación emergen a la superficie, y tampoco parecen tomarse en serio los asuntos ambientales. Mientras que el resto del mundo se centra en alternativas a los combustibles fósiles y en cómo no superar el objetivo de calentamiento global de 1.5 grados, nuestro gobierno decide otorgar permiso para el vertido de residuos tóxicos procedentes de minas en Repparfjord, un fiordo cercano al lugar donde yo vivo, Finnmark. Esto es algo a lo que darían permiso hace setenta años, pero ¿en 2019? Es tan arcaico. Envían un nefasto mensaje concediendo este permiso. Algunos de ellos probablemente consideran que la lucha por un futuro más verde es cosa de broma. ¡Es una locura, es tan atrasado!

El concierto en Madrid iba a ser en el teatro Lara, frente a una audiencia sentada. ¿Os sentís cómodos en este tipo de espacios? ¿El cambio a la sala But fue decisión de la banda?

El cambio se debió a un tema técnico, de sonido y luces en particular. Tal vez incluso por el tamaño del escenario. Estoy seguro de que ambos son excelentes lugares, pero fue decisión de nuestro management, no de la banda. Se hizo para poder lograr el mayor espectáculo imaginable [Risas].

Una curiosidad: vuestro amigo el escritor Øystein Wingaard Wolf propuso el nombre del grupo, pero las razones nunca han quedado claras… ¿por qué ese nombre y por qué en castellano?

Nos gustó el timbre de la palabra, se adaptaba a nuestra música. En Noruega, el amanecer es ‘’la hora azul’’, y esa transición entre la oscuridad y la luz, en mi opinión al menos, subraya el estado de ánimo de nuestro sonido. Hasta cierto punto, hay sin duda algunas influencias españolas y latinas en nuestra música. Y como te he comentado, Sivert tiene una estrecha relación con los escritos de Lorca.

 

Texto: Eloy Pérez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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