Las canciones de Patty Griffin pueden clasificarse en dos grupos, buenas y muy buenas, y las de esta su décima galleta pertenecen al segundo grupo. «Mama’s Worried» abre la lata a lo grande. Es una balada jazzística como las de antes, sin trampas ni trucos, todo sentimiento. Patty arrastra su voz rota por encima de la guitarra española de David Pulkingham, antiguo escudero de Alejandro Escovedo, y uno tiene la sensación de que el mundo se detiene, de que lo único que importa es la frágil belleza de los acordes. Julie London cantaba así. «River», el segundo corte, mantiene la majestuosidad inicial con una melodía de aires taciturnos y letra poética. ‘’¿No es ella un río?’’, se pregunta la pelirroja en un estribillo que tiene tanto de Springsteen como de Emmylou Harris. Estos dos temas ya valen por si solos el CD, pero hay aquí mucho más por disfrutar. «Had a Good Reason» nos habla de las preguntas sin respuesta que deja el paso de la muerte a ritmo de precioso country-folk. «Coins» reúne a la cantautora con Robert Plant en una suerte de medio tiempo con mensaje #MeToo que dispara contra las relaciones tóxicas. «Just the Same» se desvela como una de los mejores temas de aceptación y supervivencia de los últimos años. Que el disco se gestara durante un período tumultuoso en el que Patty tuvo que enfrentarse a un cáncer de pecho y casi perdió la voz no hace sino darle más mérito.
JORDI PUJOL NADAL
