Grabada en los estudios SilverRecordings, propiedad del erudito Martín “Capsula”, la opera prima del tridente, con base logística en Villarcayo, y compuesto por el legendario batería “Killer” Jordi Vila (Loquillo y Los Trogloditas, Corazones Negros, Romeo 13, Los Burros, El Ultimo de La Fila, Punk Guerrilla, Trogloditas (actuales)…), la bajista Marga Alday (Moonshakers, The Colmados, Bonzos…) y el hacha Tony Pick (Commando 9mm, La Broma de Satán, Trogloditas…), hace honor a las flamígeras e hipnóticas actuaciones en directo (Interroguen a la singular parroquia del Bar Boxer de Laredo y obtendrán prueba fehaciente de lo referido).
La declaración de intenciones del power-trio ya viene remarcada desde la inicial “El Poblao”, un “ruock hipodérmico” donde Vila, cantante principal y “parcheador”, “aulla” cruzando a los Stones y los Faces más “macas” con el desgarro del finado madrileño (y nunca bien ponderado) El Angel. Luego, “Amor Paranormal” y “9.8” (con claros ecos -por macabra y tremebunda temática y oscuros sonidos- a los mejores Seres Vacíos, o al combo de Benavente y “La Curra”) sobresalen y brillan notablemente en la sorprendente voz -aquí- de Marga.
El turno de loas para el finísimo guitar-hero viene definido por “Angustia”, “Armas de Destrucción” y “Voy a Morir”, con claras reminiscencias a los excelsos Killing Joke, a la banda de los Asheton Brothers y la puta Iguana, y a los Cult post-post-punk, respectivamente.
El punk-rock&roll de los Heartbreakers en “Vete” y el punk-pop de “Si algún día” subrayan, definitivamente, a un álbum que es puro deleite para amantes de la heterodoxia y el buen hacer en el negociado rock, y a una banda que, si precediese sobre las tablas al “talludo señor de negro” de El Clot barcelonés, provocaría -por seguro- miradas de reojo, acojone y sudores fríos en este.
Texto: Aitor Bakaikoa
Foto: Kerman Rodríguez
