Tras un arranque fulgurante hace cuatro décadas, la carrera de Joe Jackson ha ido derivando hacia una espiral de intranscendencia. En su caso no por aburrida o repetitiva, sino quizás por todo lo contrario. Sus devaneos con géneros de lo más diversos, incluyendo el jazz, tenían potencial para confirmar que estamos ante un artista que no se conformaba, que seguía con ambición. Quizás abusando algo de las baladas al piano y de un enfoque un tanto AOR, sobre todo en su último trabajo, pero con ráfagas de genialidad y inquietud. Es por eso que se agradece este Fool en el que el autor de inmortales himnos de los setenta se pone las pilas y se apoya en su última y espléndida banda de directo para volver al pop punk y al nervioso rock nuevaolero de sus inicios. No sé si será su mejor disco desde aquellas grandes obras de hace cuarenta años, pero es el que más se le parece en mucho tiempo. Su inseparable piano marca el ritmo de una banda que genera un sonido crudo y directo que deja pocas dudas sobre su estado de forma. Si hubiera alguna, «Fabulously Absolute» las despeja todas con una bravura que pide a gritos un hueco entre su cancionero clásico. Siguen ahí las pizcas de AOR, los escarceos con el jazz y algún experimento, pero lo importante, las canciones, están a un gran nivel.
FIDEL OLTRA
