Prácticamente imposibles de encontrar, los dos primeros trabajos publicados por Endless Boogie ven la luz reeditados conjuntamente. Lanzados originariamente en 2005, y en tiradas muy pequeñas, constan ambos de tres extensos temas con los ingredientes habituales marca de la casa. Evidentemente, las grabaciones suenan mucho más rudimentarias y caseras, pero ya dejan bien claro que son absolutamente indomables. Bastante más indigeribles y densos que lo que plantearían posteriormente en Focus Level (2008) y Full House Head (2010), lo que deja muy claro desde el principio lo que llevaban ente manos. Ni son un banda fácil ni accesible; por ello reconforta perderse en «Stanton Karma» o «Morning Line Dirt» —ambas superan los veinte minutos de minutaje— y pensar en lo único que es este grupo. No es lo más indicado para adentrarse en su mundo, pero si es muy curioso oírlo tras sus trabajos posteriores. Visto con la perspectiva de hoy en día, ya da una visión acertada de sus planteamientos. Dudo que les hagan ganar más adeptos, pero es un golosina muy suculenta para cualquiera de sus acérrimos fans.
JORDI DEL RIO
