Encuentros

Tori Sparks, directo a nuestros corazones

Foto: Mario Olmos

Como en los tiempos más gloriosos del rock la cantautora de Chicago, afincada en Barcelona, Tori Sparks se nos destapa con un doble disco en directo con muchas particularidades. En primer lugar porque sigue acompañada por el Trío Calamento que le vuelve a aportar toques flamencos y hasta jazz a su amalgama inicial de sonidos cercanos al blues, folk y rock. La faceta rock atemporal también está muy (bien) influenciada por la poderosa y versátil guitarra eléctrica de “El Rubio”. Estará presentando este nuevo trabajo el próximo viernes 26 de abril en el Auditori Can Roig i Torres (Santa Coloma de Gramenet, Bcn) y el jueves 30 de mayo en El Perro Club (Madrid). Nos ponemos al habla para que nos ponga al día.

Tori se ha criado escuchando a Roy Orbison o Leonard Cohen, a quienes versiona, pero también se atreve con Manzanita («Verde») o clásicos tradicionales latinos como «La Llorona» o «Quizás Quizás Quizás». El single titular, «Wait No More» celebra ya una comunión espiritual total con la gente de Luz de Gas y cuenta con los destacados coros de Alba Bioque. Mágicas percusiones en «Everybody Knows». El juego de guitarra española y eléctrica en «Bitter Seeds» es una pasada y el rock desatado y eléctrico de «Sinner’s Shoes» tiene un punto entre PJ Harvey y Neil Young. “El Rubio” y su guitarra eléctrica también protagonizan esa «Mama» que cierra las canciones del vinilo para el Record Store Day. Pero es que en la versión en doble compacto tenemos 9 temas más. Todo pinta que se quedará definitivamente entre nosotros. Hablamos de su vida y de sus discos.

Lo primero de todo y como somos muy defensores del vinilo y de la música en directo. Sabemos que has sacado una edición especial en vinilo con 10 canciones para el Record Store Day. ¿Qué tal funcionaron las ventas en dicho día y qué tal la presentación en Disco 100 ese 13 de abril?

Record Store Day ha sido perfecto! A pesar de un ampli roto y los nervios de ese día, ja! Fue un momento muy bonito, por fin habíamos llegado al momento de poder presentar el disco oficialmente, estuvimos en una tienda de discos que siempre apoya a la música independiente y la música en vivo, con muchos amigos alrededor de nosotros, no hubiera podido ser mejor. Había una pareja que han venido desde Zaragoza para estar allí. Y las ventas han ido muy bien, hasta gente que quería que me dejaran que les regalara un disco (un fotógrafo que nos han ayudado mucho, por ejemplo) han insistido en compararlo, para apoyar. Me sentía (y me siento todavía) muy afortunada por ese día.

Foto: Javi Monsalve

Muchos solo te conocemos por tu trayectoria más reciente aquí. Así que háblanos un poco sobre lo que más te inspiró y te hizo dedicarte a la música en tu niñez o en tus comienzos?

Siempre tenía curiosidad por instrumentos musicales. Guitarras, pianos, trompetas, violines… son fascinantes. Empecé a tocar el piano con tres años. Luego el violoncelo, luego un poco la batería… pero fue probar clases de guitarra con 13 años, que fue cuando empecé a componer, y hacer algo que era “mío,” entre comillas. Al principio componer fue lo que me atraía, cantar y/o actuar en público no era parte del plan. Lo hice porque me gustó pero no con la idea de hacerlo profesionalmente. Como el teatro, o el arte, fue algo que estudiar por el placer de hacerlo. Fue en Tallahassee (Florida), donde iba a la universidad (estudiando negocios internacionales, y a la vez teatro y música) cuando hice el primero bolo pequeñito con 17 años, y grabé el primer pequeño EP de 4 temas. En este momento, empecé a tocar cada vez más conciertos en acústico en la ciudad, y en ciudades cercanas. Con 18 años, me llamó una discográfica de Nashville, y fui allí a grabar. Por eso me mudé a Nashville después de terminar mis estudios, fue el momento de decidir seguir ese camino profesionalmente. Luego, el fracaso con esa gente me inspiró a empezar mi propio pequeño sello discográfico, Glass Mountain Records, en 2007.

El disco está grabado también entre nosotros, en Luz de Gas de Barcelona. ¿Pero qué te marca más actualmente en tu música, tu nacimiento en Chicago, tu crecimiento en Nashville o tu vida aquí?

Creo que no es posible separar las cosas. Hablo de mi, pero creo que en general también. Somos la suma de todo lo que vivimos, y aunque por ejemplo la influencia de la música que he conocido en Barcelona me ha marcado bastante, y no sería la misma persona sin ella, la manera de tomarla o entenderla tiene que ver con los otros estilos que ya conocía. La manera de trabajar los arreglos y la producción que aprendí en Nashville aplicado a la vida musical de aquí ha dado como resultado lo que soy ahora. Al final todo está conectado. En cada etapa de mi vida he descubierto música nueva… Rock y folk en el colegio, blues y jazz y algo de world-music en la universidad, country en Nashville, flamenco y rumba en Barcelona. Todavía no sé que es trap pero a ver si algún día lo descubro también, ja, ja. Espero seguir descubriendo cosas. Así una sigue creciendo como músico y como persona.

Por cierto. ¿Sigues siendo una gran viajera física…y musical? Lo decimos por tus casi 200 conciertos anuales por todo el mundo y por la manera en la que asimilas las diferentes músicas de los lugares en los que has residido.

Siempre he viajado mucho tocando música y cuando lo hago intento tomar un poco de tiempo al menos para ver los sitios donde estoy. Y cuando puedo, viajo por placer también, aunque no tengo mucho tiempo para hacerlo hoy en día. Mis últimas vacaciones fueron en 2015. Viajar hace que encuentres gente con cultura distinta que la tuya, mucha música diferente de tu mundo musical también. Es una oportunidad para enriquecer tu vida. Siempre he sido inquieta en este sentido. ¡Hay tantas cosas en este mundo! Y claro, vivir en otras ciudades y otros países te da una perspectiva diferente sobre tus propias raíces, y hasta tu propia vida en el momento, algo que también es una oportunidad para aprender.

Si no nos equivocamos este es tu séptimo disco y en la versión en doble compacto se va hasta los 19 temas para capturar todas las diferentes facetas de tu música. De hecho desde El Mar (Glass Mountain Records) te has adentrado hasta en el flamenco y has colaborado con Calamento. También hiciste una muy buena versión del «EverybodyKnows» de Leonard Cohen. ¿Conoces el Omega de Enrique Morente y Lagartija Nick? ¿Si es así, cuál es tu opinión sobre él?

Si, conozco Omega y otros discos de Morente, soy muy fan de él. Me encanta su voz. Lo que hicieron en Omega, fue diferente de lo que hemos hecho nosotros, primero porque la idea de fusionar flamenco con otros estilos ahora es algo que han hecho bastantes grupos de una manera u otra. En su momento, no fue tan común y encima ya tenía una carrera potente como cantaor de flamenco. Romper con las expectativas de su público fue algo muy valiente. En mi caso, fue seguir el instinto como siempre. Vengo de una cultura de mezclar estilos, y no me parecía algo tan extraño la colaboración con Calamento. Me gustó, y quería explorarlo más. Fue cuando empezamos el proceso de promocionar el disco El Mar que me di cuenta de que podría ser algo polémico, una americana haciendo algo “aflamencado”. No sabía si la gente le daría una oportunidad para escucharlo en serio, pero al final, la recepción ha sido muy positiva, y me siento agradecida del apoyo que hemos recibido desde entonces del público y de la prensa.

Foto: Begonya Pe

Esas guitarras flamencas están muy presentes en tus últimos trabajos. ¿Quién se encarga de dicho instrumento en tu banda de directo y qué cosas más ha hecho recientemente?

Se llama Pepe Camacho, es un guitarrista flamenco que lleva muchos años tocando en varios lugares de Barcelona. Por lo que me ha contado, empezó en los tablaos. Ahora es guitarrista acompañante para Pedro Javier González cuando toca en el Palau de la Música, y sigue tocando con el trío Calamento, aunque hoy en día ellos y yo hacemos más cosas juntos que por separado. Tanto él como los demás, Ramon Vagué (bajo) y el fundador del grupo, Javi Garcia (percusión), aportan su propio toque, su conocimiento del flamenco y de otros estilos de música. Esa mezcla entre mis raíces y las raíces de cada uno de ellos es lo que nos permite crear una fusión en nuestra colaboración. Es bastante diferente que el mainstream, disfruto mucho de ella. Por cierto, hablando de Javi y de Ramón, ese grupo no sería lo mismo con otro percusionista u otro bajista. Javi usa el cajón de manera muy particular, tiene muchísimo poder en el escenario. Ramón navega ese territorio especial del bajista, entre ritmo, armonía, melodía, apoyo, detalles, solos con mucha elegancia, pero sin perder el eje de rockero. Les quiero un montón a los Calamentos.

Eso no te impide descuidar las guitarras eléctricas con “El Rubio”. Cuéntanos también un poco quién es él en la música.

Rubio es mi guitarrista favorito. Se lo le he dicho muchas veces, pero no sé si me cree, ja, ja. Tiene muy poco ego, algo que también admiro. Sabe respetar lo que necesita cada canción y añadir una nota solo cuando hace falta. En otro momento es capaz de desarrollar un oleaje gigantesco de sonido y distorsión cuando llega el momento adecuado. Tiene una voz particular cuando toca, aunque hacemos un amplio rango de estilos. Le he conocido tocando el repertorio de rock y blues de mis cuatro discos anteriores en mis primeros años en Barcelona, antes de empezar a trabajar con Calamento. Cuando estábamos terminando las grabaciones de El Mar, le pedí que viniera al estudio para añadir un poco de color extra a los arreglos acústicos que ya teníamos montados. Poco a poco, desde ese momento, ha llegado a ser más y más parte de la banda, hasta llegar a grabar La Huerta en 2017, cuando ya éramos oficialmente un quinteto en lugar de un cuarteto. Entonces no fue solo una colaboración entre mi música y la música del trío Calamento, sino algo entre los 5. Por eso pongo ese nombre tan largo a veces, como Earth Wind and Fire o Crosby, Stills, Nash and Young, Tori Sparks con Calamento + El Rubio. Cada uno con lo suyo, pero juntos. También para darles el crédito que merecen.

En El Mar también descubrimos esa faceta tuya de rescatar tradicionales clásicos latinos y darles tu particular toque. Fue el caso de «La Llorona» o de «Quizás Quizás Quizás». ¿Siguen formando parte importante de tus conciertos o los vas variando con el paso del tiempo?

Por suerte los arreglos que tenemos de estos temas clásicos son un poco fuera de lo normal, entonces no me cansa repetirlos. Siempre hay algo nuevo que descubrir en ellos, como en todas las canciones. Así que el publico nos los pide bastante, especialmente «La Llorona». Solo que intento no cantarlos hasta el punto de cansar ni al público, ni a la banda, ni a mí. Por lo bien del show si que vamos variando el set-list. Cada concierto es un poco diferente.

Tus canciones han aparecido en bastantes series de televisión. ¿Supone eso en la actualidad un impulso mucho más importante que la aparición en medios escritos o lo más importante siguen siendo los conciertos y el boca a boca para una artista de tus características?

Todo suma, al final, y todo ayuda, pero el boca a boca y tocar en directo sigue siendo lo más importante para nosotros. Eso incluye el boca a boca digital y ahí también influye la prensa y las series, claro. Probablemente llegarás a más gente por el perfil de Twitter de una serie que por haber cantado en ella. Después de una entrevista o haber cantado en una banda sonora, la gente te busca por YouTube, Facebook o tu web, y lo comparten. La prensa y las series son un gran ayuda, son un filtro de cultura y entonces un buen punto para empezar, pero si la gente no reacciona y no comparten enlaces, tampoco avanza mucho en ese mundo digital.

Has trabajado también con músicos de renombre internacional. ¿Qué tal te fue con Fats Kaplin? ¿Llegaste a conocer a Jack White?

Sí, he tenido la suerte de trabajar en Nashville con músicos de muchísimo talento, experiencia, y corazón. He aprendido mucho de ellos, musicalmente y profesionalmente, y eso me ha permitido hacer el trabajo que he hecho después de dejar Nashville para vivir aquí. Algunos son amigos, y les aprecio mucho, como Fatsy su mujer Kristi Rose, por ejemplo. Fats toca un montón de instrumentos, casi todo lo que tiene cuerdas. Si le dices que traiga algunos instrumentos al estudio, cuidado porque aparecerá con una furgoneta llena. Fue un gran placer trabajar con él en el estudio y en directo. Y si, conocí a Jack White cuando estuvo en Barcelona hace un par de años. Estuvieron grabando un videoclip, fui a saludar a Fats y les acabé explicando cómo hacer pan con tomate en el catering. Jack me preguntó sobre cómo funcionan los ritmos de flamenco. Me gustó conocerle. Es uno de los pocos artistas que quedan con mentalidad “old-school,” que busca su propio camino musical aunque no sea lo más comercial. Prueba cosas nuevas, apoya y aprecia a otros artistas, no tiene miedo de ser diferente.

En tu sello, Glass Mountain Records, cuidan mucho las presentaciones. Tú también pareces apreciar mucho la letra de tus canciones. ¿Es por eso que te gusta que aparezcan en los libretos como en los viejos tiempos?

Las presentaciones son importantes. Como presentas el trabajo influye en la manera en que la gente lo recibe. Es importante que las letras estén disponibles, en los libretos, online o en algún sitio, aunque cuando sea posible, mejor en los libretos, como bien dices. Es parte de la experiencia de comprar un disco (o lo fue). Ver el art-work del disco y explorar las letras. Una gran parte de lo que hago es componer, no solo tocar y cantar. Entonces si son temas propios o temas de otra gente, la letra y el sentido tras ellos siempre es uno de los elementos que me importa cuidar.

En su momento te atreviste a cantar el «Crying» de Roy Orbison en castellano como «Llorando». ¿Cantas cada vez más a gusto en castellano o sigues y seguirás dando más presencia al inglés?

La verdad es que depende de la canción. Hay letras disfruto más cantando en un idioma u otro. Algunas suenan muy poéticas o muy divertidas en ese idioma pero en otro quedarían fatal. Es bonito tener la opción de los dos para expresarme, ya sea cantando o hablando. En los últimos discos hemos tenido una mezcla casi 50/50 de inglés y castellano. No sé qué sucederá en el futuro, ya veremos.

Foto: Quim Cabeza

Comentamos también esto porque los singles escogidos para tu disco en directo son «Mama» y el tema titular «Wait No More». ¿Cuál han sido los motivos que te han llevado a estas elecciones?

Estas dos canciones y también el tema «La Flor de Estambul» han sido los tres singles y tres videoclips grabados en directo. El disco en directo es una mezcla de canciones de los últimos dos álbumes juntos con algunas canciones nuevas. Hemos elegido estos tres porque cada uno contiene algo diferente o especial para el directo. «La Flor de Estambul», por ejemplo, es una canción que empieza sensual y termina con mucha locura. Quería una versión grabada con la incorporación de la guitarra eléctrica con toda su fuerza. La versión del disco El Mar me gusta mucho, pero el arreglo es mas acústico. Lo que hemos hecho para el directo es más rock and roll. En el concierto hemos tenido una artista invitada en esa canción, la bailarina Lena Nouar, y el video de esta canción con ella ha quedado súper bonito. «Mama» tiene un solo de cajón en medio. Hay pocos cajoneros como Javi García. Le da mucha caña y es un momento bastante espectacular del directo. En esa canción también presento a la banda y se ve la interactuación con el público. Ese tema capta muy bien la mezcla de estilos de la banda. Del flamenco al blues pasando por el rock. Por último, «Wait No More», es una de las canciones nuevas y además da título al disco. Refleja en qué dirección vamos musicalmente como banda y es un momento emotivo con el publico cantando con nosotros al final del concierto. Esa canción es como la suma de todo lo bonito del concierto en solo un tema.

Ya hemos hablado de tus versiones de Leonard Cohen o Roy Orbison, además de esos clásicos latinos. Pero es que en Wait No More te has atrevido hasta con el «Kashmir» de los Led Zeppelin. ¿Idea tuya? ¿Qué otros temas o artistas pueden caer en una actuación de Tori Sparks?

Esa canción de Zeppelin siempre me parecía interesante para la colaboración que tengo con Calamento. El “riff” de sus guitarras ya me sonaba como algo casi flamenco. Así que siempre estamos buscando canciones de otros estilos para llevar al terreno de flamenco fusión y al revés. Solo había un problema, cuando empezamos a plantear la idea de montar un repertorio juntos, en 2013 o 2014, no teníamos guitarra eléctrica en la banda y para poder hacer un arreglo de esta canción hacía falta. Lo descarté pero más adelante, cuando El Rubio se sumó al proyecto, lo rescaté y lo hemos probado. Es uno de mis temas favoritos para tocar con ellos. Otros temas a los que hemos dado la vuelta son, por ejemplo, «La Leyenda del Tiempo» de Camarón, «Verde» de Manzanita o el tema de jazz «Nature Boy», entre otros. Es interesante ver cuántas facetas diferentes podría tener una canción, ya sea mía o un tema clásico, en las manos de otros músicos.

Por cierto y ahora que citamos tu apellido. ¿Conoces al muy particular grupo Sparks? ¿Qué te parecen?

Mucha gente me han preguntado si es mi apellido de verdad, y si, lo es. Sobre el grupo Sparks, no es mi estilo de música, la verdad, pero siempre admiro la gente que hace lo suyo. Son muy teatrales, tienen un estilo que defienden y eso siempre está bien.

Hace bien poco en una entrevista en Ruta, Amy Rigby nos dijo: “Ser mujer me ha permitido tener mi propia voz en la música”. ¿Qué opinas al respecto? ¿No estás cansada de la separación de la música por sexos? En otras disciplinas artísticas como la literatura, creo que eso no ocurre tanto…

No sé si ocurre en la literatura o en otras disciplinas tanto como en la música, pero me da la impresión que hoy en día en todos los campos se destaca demasiado el hecho de ser mujer, sobre lo que aportas profesionalmente. Desafortunadamente, es necesario seguir haciéndolo hasta que cambie el status quo de verdad. Si alguien toca bien la guitarra, si es un buen abogado, un deportista con talento o un cirujano especialista, ya no sorprende que ese profesional pueda ser mujer. Cuando la gente dice que tocas tan bien como cualquier hombre no es un cumplido. Somos la mitad del planeta, y entonces, por estadística, debe ser normal que algunas de nosotras lleguemos bastante lejos.

El feminismo para mí es luchar para la verdadera igualdad de géneros, que empecemos a pensar en términos humanos y no de ser mujer u hombre. Hasta que lleguemos a ese punto, es necesario seguir diciéndolo, igual que hasta que no haya racismo, será necesario hablar de ello. Y es por eso que personalmente me cansa esa separación, porque a estas alturas ya no debiera ser necesario, pero lo es. ¿Quién organiza los conciertos, la producción de los discos, la promoción en las redes, la web, la distribución, etcétera, en nuestro proyecto? Lo hago yo. Y me dicen: “¡Y encima eres la única mujer del grupo!”. Si, y también soy la única persona en el grupo que tiene un gato, que le gusta el color rojo, y que bebe café con leche. Y cualquier mérito que tenga (o no) no viene del hecho de ser mujer. Viene de haber trabajado duro.

Asignar mérito por ser mujer me parece otra forma de sexismo. Con todo el respecto a Amy, porque tampoco he leído su entrevista y no sé cuál fue el contexto de su respuesta. Ser mujer no es lo que me ha dejado tener mi propia voz en la música, aunque forma parte de ello, porque forma parte de mi como humano. Dicho esto, es obvio que las mujeres tenemos que luchar contra muchas barreras que no son y nunca serán problemas para los hombres, y es algo que nos afecta bastante. A mí me afecta cada día. Eso sí que cuenta como parte de nuestro merito como profesionales.

La presentación oficial de Wait No More: The Live Album también será aquí, el 26 de abril en el Auditori Can Roig i Torres de Santa Coloma de Gramenet. ¿Alguna sorpresa o alguna colaboración especial para tan especial ocasión?

Si, tenemos la suerte de tener a Lisa Bause (violinista y compositora del grupo Las Migas) como artista invitada. Es una colaboración que me hace mucha ilusión. Lo hemos ensayado el otro día y está quedando muy interesante. Además contamos con la cantante Alba Bioque como corista. Ella fue parte de la grabación del disco en directo y lo que ha aportó allí fue espectacular. Y por último, hay una colaboración que será una sorpresa, una locura que se nos ha ocurrido hablando Javi (percusión) y yo. Espero que nos veamos el 26. Gracias por todo.

Texto: Txema Mañeru

 

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