El joven trío francés lanza su primer disco: diez temas de puro garaje. Ellos lo llaman ‘’garaje del pantano’’ y es la definición perfecta, demostrándolo ya desde la primera canción, «My Thing». Ruidos sucios, una batalla de distorsión entre la guitarra, el bajo e, incluso, la voz y todo esto apoyado por un ritmo de batería que impulsa la canción. Es un estilo muy bien llevado durante todo el álbum. Es fácil advertir la influencia de The Cramps en el espíritu —innegable en la canción «Die Anna»— y toques de los Panther Burns de Tav Falco en el sonido. Es denso pero divertido, a veces con una sensación de terror, como en «Zombie Love» o «Yours», que, de repente, culmina en ritmos de garaje bailable, algo que ni la distorsión puede ocultar. Canciones como «Tell Me» se acercan al delirio de The Hives cuando empezaron, con ritmos ajustados que despiden sacudidas de energía. «Ethylic Night Out», con su ritmo de surf/rock’n’roll, sin duda te hace mover el esqueleto. Hay una escena creciente en Francia hoy en día, y The Silly Walks, con este disco, dejan claro que van a ser un grupo en alza dentro del garaje underground, con reminiscencias del pasado y, al mismo tiempo, grandes dosis de originalidad.
NATHAN WHITTLE