El núcleo duro del rock australiano estará brindado con jarras cerveza en alto por la reedición lujosa en vinilo de Roman Beach Party, magna obra de los Celibate Rifles y uno de los imprescindibles capítulos de la Biblia del high-energy aussie. Grabado en 1987 en Holanda, en mitad de una gira europea, el disco inmortaliza la bipolaridad musical que marcó el final de la década de los ochenta: el grunge de Seattle y el rock australiano. Ellos sabían cómo nadie conjugar el verbo tocar con pelotas hasta ponerte pasado de revoluciones con la ciclópea guitarra de Kent Steedman, un killer de las seis cuerdas que cuando tenía el día hacía vibrar los cimientos del local. Significativo: “No keyboards used in this record”, advertía en la contraportada a algún despistado oyente subproducto de la década floripondia, aquella de las hombreras y los pelos cardados. ¿El contenido? Lo habitual en los que echaron los dientes abrazados a las obras de los Stooges, Radio Birdman y MC5: estilo matarratas, punk guarrete y riffs de motosierra, y si no me explico escúchese «The More Things Change» a toda castaña. El responsable de tal barbarie contra la humanidad es el sello italiano Area Pirata: portada desplegable, fotos inéditas, cupones de descarga y entrevistas exclusivas a Kent Steedman y Damien Lovelock a cargo de Roberto Calabrò, antiguo redactor de Ruta 66. Pásate la corrección política por debajo del puente de Sídney y disfruta de esta obra de arte antes de que el lobby de los indies domine el mundo.
MANUEL BETETA
