Encuentros

Siete70, “si lo hiciéramos por dinero, lo hubiéramos dejado hace 20 años”

A los chicos de Siete70 no les gusta que se les denomine como supergrupo. Huyen de un pasado que no quieren que condicione su presente, o bien se centran en este proyecto con la energía que cuatro miembros ya metidos en la cuarententa pueden manejar sin aparentar haber vuelto a la adolescencia. Esto es, con calma, elegancia y, a la vez, ese punto descreído y cínico que confieren las arrugas en los caracteres ingenuos que han visto demasiado. Puede que no sean un supergrupo en el sentido estricto de la palabra, pero sí en su significado literal, ése que se obtiene al dividir la raíz súper del resto del grupo. Y es que la contundencia del sonido de esta Estupidez (Subterfuge, 2019) que han presentado hace bien poco (y en familia, en la sala Superlativo de Madrid, casa también de Joanra), es arrollador y cristalino en su opacidad.

Un sonido que nos habla, efectivamente, de toda la estupidez que nos embadurna cada vez más; pero también de una lucha, una revolución, que llevamos demasiado tiempo procastinando y que Javi (Layabauts, aquí a la guitarra, la voz y en la parte compositiva de las letras), Juanma (La Bien Querida, Lazaro, aquí también en la batería), Jordi (otro letrista y cantante y guistarrista) y Joanra (bajista) no han querido dejar para el final.

Esta banda empezó como empiezan las bandas de adolescentes: compartiendo ideas en verano. Y se titula “La estupidez”. Muy contundente para un primer disco, ¿no?

Joanra: Empezamos antes de tiempo, Jordi y yo. No teníamos ni banda.

Javi: Salió este título porque, de hecho, es parte de la letra del single, que es de Javi. Pero tiene bastante sentido porque, al final, las canciones son cada una de su padre y de su madre, pero sí es curioso que, sin hablar de ello previamente, nos dimos cuenta de que todas tienen un nexo común que es el hartazgo, la desazón. De las redes sociales, de lo que pasa en la política… al final, tienen como punto en común esa estupidez en la que todos vivimos y con la que todos tragamos, nosotros los primeros, porque estamos aquí.

Joanra: fíjate, Jordi, que lo que decíamos al principio de que queríamos un grupo de enfadados…

Jordi: sí, es verdad que ahora estamos menos enfadados. Pero tienen muy mala leche las letras, tío.

Javi: tampoco ha habido un intento entre este señor y yo de “oye, vamos a hablar de esto”. A él le salen esas letras, a mí me salen las que me salen, y resulta que hablamos de lo mismo. Nos hemos encontrado en un punto común.

Juanma: además es interesante que hablan de lo mismo, pero desde un punto de vista complementario. Queda una cosa muy guay, la verdad.

Decíais en una entrevista que estáis enfadados con vosotros mismos.

Joanra: yo estoy enfadado conmigo mismo, sí. Eso de ir creciendo e irme dando cuenta de toda la mierda que hay… yo que estoy totalmente dentro de la rueda, con mi hipoteca, mis películas de impuestos, con todo… y me enfado conmigo mismo, porque no puedo arramplar con todo.

“Solo no, con amigos sí”.

Joanra: sí, digamos que con amigos es más fácil.

Casi podría catalogarse a este disco como de protesta. Tenéis una canción, “Manchas de vino”, que es bastante contundente.

Jordi: es que está basada en una historia real.

¿Puedes contárnosla?

Jordi: está basada en una carta que leí de una persona a la que iban a fusilar al día siguiente, o al cabo de dos días. Un familiar, de hecho.

¿Y qué dice una persona que sabe que va a morir?

Jordi: pues nada, que tiene cuatro cosas, que si las quieren pasar a recoger, que las recojan, y que hasta aquí.

Qué pragmatismo.

Jordi: sí. Dejarlo todo hecho, digamos. Entonces, sí. Esa canción tiene mucha contundencia de mensaje porque realmente estoy hablando de él.

Aunque tampoco apuntáis en ninguna dirección. Igual esas manchas de vino, para el PP, significan que hay que dejar las cosas en su sitio.

Jordi: para mí son más como venganza. Hay que limpiar esas manchas de sangre (porque son de sangre, no de vino).

Igual la escucha un votante del PP y le gusta igual.

Jordi: es el problema que tienen, sí.

Javi: les pasa muchas veces, que no se paran a escuchar.

Como Coque Malla troleando a los de VOX diciéndoles que “No puedo vivir sin ti” es una canción sobre la cocaína, ¿no?

Jordi: fue muy grande eso. Pero oye, que si la escuchan y les gusta, pues bienvenidos.

Joanra: es también parte de la magia de la música, ¿no? Que cada uno, con las letras, interpreta sus propias vivencias y sus películas. Aunque te esté explicando una cosa muy real, lo guay es que la melodía, la música… te puede llevar a otras cosas. A mí me pasa con esa canción, que me lleva a cosas que me han pasado a mí que han manchado a la gente que tengo a mi alrededor y que me es más querida. No me recuerda a un fusilamiento, me recuerda a mí y a mis vivencias. Y eso es lo guay. Que la música no es de un solo color.

Por ejemplo, hay otra canción llamada “Un trágico final”, que me quedé escuchando y… no se me ocurre de qué puede tratar.

Jordi: me gusta que no lo sepas, porque yo pensaba que era muy evidente. Y de hecho es una canción que va dedicada a una persona en exclusiva, que ya no está ni siquiera ni en su cargo. Es a Mariano Rajoy. Pero es que fue terminar la canción, y duró poco. Pensé en hacerle una a Trump, a ver qué pasaba.

Seguro que a Rajoy le hace ilusión haber inspirado una canción.

Jordi: seguramente. Por ejemplo, hay un momento en el que la canción dice “no me voy a quedar ni un día más aquí”… y con eso me refiero a la Independencia.

¿Hablamos de independencia?

Jordi: no, para nada, para nada… no quiero que entre en este disco. Aunque yo en esa canción sí me posiciono, pero…

Joanra: a ver, yo sí que estoy a favor de un referendum, obviamente.

Jordi: una democracia sería eso, poder opinar.

Joanra: claro. Y yo votaría… pues lo que me saliera en el momento. Aunque tampoco podría votar, porque ahora estoy empadronado en Madrid. Pero está claro que tendría que ser un porcentaje altísimo de un sí o un no… de un sí, en este caso. El 80% o así. Pero si algún día hay esa base social de gente que se quiere independizar, pues… me iré a ver a mis padres al extranjero en vacaciones. Total, yo me quedo aquí. (Risas).

Jordi: yo también me he “nacionalizado” en Madrid hoy mismo.

También me hace gracia que cantéis algunas frases bastante ácidas con esa base tan alegre. “Ni siquiera haces el esfuerzo de verlo en directo”, por ejemplo.

Jordi: ¿Qué querías decir con eso, Javi?

Javi: me refería a la gente que va a los conciertos y se lo pasan viendo una pantalla. Al final es lo que te digo. En conciertos, pero también en muchos aspectos de la vida, la gente está viendo la vida a través de una pantalla.

Pero volvamos al comienzo. Montasteis la banda en dos meses, ¿cómo fueron esos primeros ensayos?

Jordi: pues quedamos primero Joanra y yo y nos dimos cuenta de que necesitábamos un batería y otra guitarra. Se lo comentamos a Juanma, y dijo que sí, y Javi igual. Y no teníamos muchas canciones, tan solo dos o tres. Y las tocábamos en bucle. Repetidas, incesantemente.

Jordi comentaba en otra entrevista que ni siquiera se atrevía a decir que su grupo fuera bueno.

Jordi: yo suelo ser bastante crítico. Me suele gustar más lo que hacen otras personas que lo que hago yo. Incluso en este disco, me gustan más las canciones de Javi que las mías. Y con todo y eso, creo que estoy superandolo, porque este disco me gusta mucho. Ni lo mío, ni lo que triunfa en general. Más que una cosa sea buena, es que la gente la consuma.

¿Por qué crees que podrían consumir tu grupo?

Jordi: bueno, nosotros también estamos dentro del borreguismo. Yo creo que la gente consume lo que se quiere que consuma. Yo mismo me incluyo en la gente. Desde un teléfono móvil hasta una marca de cerveza, o lo que sea.

Es curioso que digáis eso cuando se supone que pertenecéis a un ámbito que, se supone, ya está liberado de todo eso. Que en la contracultura tenemos nuestros propios referentes y canales y tal.

Jordi: pero es imposible vivir de espaldas al sistema.

Javi: y hoy en día no hay cosa más mainstream que el indie. Esto tiene de contracultura, cero. Y ojalá. No hay nada más “indie” que sacar un disco y tener que pasar todo el día en las redes sociales, porque sino no te comes una mierda. De ahí viene un poco el cabreo. Y el cabreo con nosotros mismos. Hablamos de estas cosas porque las pensamos, pero al final estás aquí dentro. Y tienes que hacerlo. Y si no, no te comes una mierda. Y si quieres comértela, pues te puedes agarrar a tus principios de la mejor manera que sepas y rechazar todo, o al final quieres que surja algo con lo que mínimamente puedas acabar ganándote la vida, que es muy complicado. Pero si lo quieres hacer, a día de hoy, desgraciadamente, tienes que entrar en unos círculos. Tienes esa dualidad, que por un lado piensas de una manera, pero por otra estás ahí dentro. A día de hoy nadie está exento. El indie perdió la independencia hace años.

En cuanto al sonido, sois indies que se llaman Siete “70” por la década que compartís todos, pero que suenan ochenteros.

Joanra: el sonido ochentero ha sido buscado. Hemos ido a por ello.

Javi: Dany Richter tuvo mucho peso ahí porque son unas canciones realmente, amén de que sean más rock o más pop, que fácilmente te las puedes llevar a un terreno o te las puedes llevar a otro. Ahí es donde Dany lo vio más claro y tiramos hacia un sonido que, sin haber inventado la rueda, pues tiene su cierta peculiaridad, su cierto nicho. Huis un poco del indie pop clasicote puro y duro y llevarlo a otro terreno donde pueda llamar la atención.

Decís que teméis que se os califique como supergrupo… pero realmente lo sois.

Joanra: la sensación de supergrupo creo que es un divertimiento de los miembros de diferentes bandas que han montado un grupo para pasarlo bien durante giras o durante la grabación del disco, y no es el caso. Esta es una banda que tiene que durar muchos años.

Jordi: es cierto que todos venimos de muchos grupos pero, precisamente ahora, nadie estaba tocando con otras bandas. Juanma es el que está más activo tocando.

Pero este grupo lo habéis hecho para pasarlo bien.

Jordi: bueno, es que con 45 años, como montes un grupo y no sea para pasarlo bien… si lo hiciéramos por dinero, realmente lo hubiéramos dejado hace 20 años.

Juanma: de todas formas, en la música, siempre tiene que ser así. Todos empezamos a tocar para pasarlo bien. Montar una banda de otra manera, para triunfar o ganar dinero… estás comprando muchas papeletas para ser un señor frustrado en muy corto espacio de tiempo.

Joanra: empiezas la gira, y a las diez fechas ya has dejado el grupo.

 

Texto: Elena Rosillo

 

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